La Filarmónica continúa su temporada con piezas de Debussy, Ravel y Bernaola
Bajo la batuta de Aldo Ceccato, la Orquesta Filarmónica de Málaga continúa con su programación de temporada después de su última intervención en la ópera AndreaChénier. El Teatro Cervantes acoge hoy y mañana los conciertos de la formación en los que interpretará obras de C. Bermaola, M. Ravel, X. Montsalvatge y C. Debussy. El programa contará con la voz de la soprano Ana María Sánchez.
Fanfarria-Preludio para gran orquesta de Bermaola será la pieza inicial del recital, un partitura que estrenó Juanjo Mena, discípulo del compositor, en 1995. Se trata de una obra solemne, elocuente, escrita de manera ágil y efectista con el lenguaje personal del autor vasco. La delicadeza de Une barque sur l'ocèan de Ravel, una obra para piano dedicada al pintor Paul Sordes, precederá a la Shéhérezade, escrita también por el compositor francés. En 1897, Ravel concibió el boceto de una ópera oriental, dominada por la influencia de la música rusa, repleta de color y magia.
El repertorio continúa con Cinco canciones negras, para soprano y orquesta, de Montsalvatge, un desafío para cualquier cantante después de las versiones magistrales de voces como las de Victoria de los Ángeles o Teresa Berganza. Música de mestizaje entre los sones folclóricos de las Antillas y las nuevas tendencias europeas de las que participó este músico catalán.
La última obra que interpretará la Filarmónica es Lamer, de Debussy. Muy rica y compleja, es la única sinfonía del francés y está dividida en Del alba al mediodía sobre el mar una forma abierta que cumple la función de primer movimiento tradicional, Juegos de olas, hace las veces de scherzo, y Diálogo del viento y del mar, próximo al rondó.
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