Florencia acoge la juventud creadora de Dalí, Miró y Picasso
La exposición, comisariada por el malagueño Eugenio Carmona, recoge a través de más de 60 obras los elementos comunes y encuentros artísticos entre los tres genios
La exposición Picasso, Miró, Dalí: Giovani arrabbiati. La nascita della modernitá comisariada por el catedrático de Historia del Arte, el malagueño Eugenio Carmona, recoge en Florencia la producción de juventud de estos tres genios españoles, descubriendo su interacción en ese periodo formativo y su aportación a la relación entre el arte y la modernidad al inicio del siglo XX.
A través de más de 60 obras, la muestra presentada ayer en el palacio Strozzi de Florencia y que se inaugurará el próximo día 12, recorre los elementos comunes entre Pablo Picasso, Joan Miró y Salvador Dalí, a la vez que analiza cómo los tres jóvenes plantearon su acceso a la transformación creativa de su tiempo.
La exposición parte del año 1926, cuando un joven Salvador Dalí se encuentra con Pablo Picasso en París, donde se vinculará también con Joan Miró, para después recorrer junto al espectador los orígenes y el camino de los tres creadores. Un encuentro, el de Picasso y Dalí, del que se tiene constancia sólo a través del relato del genio de Figueras en su obra Vida secreta pero que se toma como el final de un recorrido que, sin embargo, no cuenta con un punto de partida común, pues existe una importante diferencia generacional entre los tres artistas. Se trata, según Carmona, de "empezar por el final para ver el momento en el que coinciden en un escenario artístico y ver cómo han ido evolucionando".
Para lograr este objetivo, los responsables de la exposición han decidido dividirla en pensieri, diferentes salas en las que se recogen y se relacionan las obras de los tres pintores descubriendo los registros intelectuales y plásticos que influyeron en ellos. Sin embargo, precisó Carmona, con "relacionar" no se quiere sugerir que Picasso, Dalí y Miró pintaran lo mismo, sino que los tres "respondieron" ante las diferentes situaciones que planteaba el arte y cómo decidieron seguir su propio camino.
Así, en el primero de esos episodios, titulado Psicomaquia. Cuando Dalí afirma que fue a ver a Picasso se plantea la peculiar interpretación que Dalí hizo entre 1925 y 1927 de la obra de Picasso, así como el estadio de producción de los tres artistas en 1926. En el segundo, Miró, Dalí. Genius Loci, se reúnen paisajes, bodegones y cuadros con figuras de Miró y Dalí, evidenciando "la relación entre el origen vernáculo de cada uno de ellos y la aceptación de lo moderno", explicó Carmona.
El tercer episodio atestigua el paso de Picasso por Barcelona en 1917 con motivo de la representación por parte de Los Ballets Rusos de Parade, para la que el malagueño diseñó los figurines. Carmona destaca que ese momento en la trayectoria del pintor malagueño supuso una refundación del arte español y catalán.
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