Las galerías de arte de Málaga constituyen una asociación para responder a la crisis
Arte
Siete espacios se unen en la Asociación de Galerías de Arte de Málaga (MAGA), que ya ha solicitado una reunión con los responsables municipales de cultura para recabar apoyos
Málaga/En lo que a las artes plásticas y visuales se refiere, es bien sabido que Málaga empezó a construir la casa por el tejado: cuando los primeros grandes museos comenzaron a llegar en 2003 con el CAC y el Museo Picasso, algunas galerías como Alfredo Viñas y Gravura llevaban ya décadas construyendo un tejido social de base y bien amplio con el arte por bandera, a base de trazar estímulos significativos y puntos de encuentro para artistas y coleccionistas. La nueva definición de Málaga como ciudad de los museos ignoró este tejido y apuntó a una construcción distinta, enfocada al atractivo turístico y a la participación local a través de cauces bien concretos, entendidos a menudo como excepción. En cualquier caso, el coleccionismo quedó desplazado de la ecuación y con él su hábitat natural, las galerías, que terminaron desprotegidas, soslayadas y en más de una dolorosa ocasión abocadas al cierre. Este paisaje propició la paradoja de que una misma ciudad contara con museos de división internacional y una red de galerías frágil, con aspiraciones truncadas y con un peso específico reducido a la hora de adquirir presencia en ferias como ARCO, donde desde hace no pocos años la ausencia de galerías malagueñas es norma. Con semejante premisa, parecía evidente que, si bien los grandes museos se veían abocados a afrontar las consecuencias del coronavirus, las galerías lo hacían con muchas menos defensas y garantías. Sin embargo, la mayor adversidad ha favorecido una reacción inédita: la unión de las galerías malagueñas en una asociación para establecer una respuesta común ante la crisis.
Y así ha sido: Galería Benedito, Galería Estudio Ignacio del Río, Galería Isabel Hurley, Galería JM (Javier Marín), Galería Taller Gravura, La Casa Amarilla y Yolanda Ochando Obra Gráfica han constituido la Asociación de Galerías de Arte de Málaga (MAGA), cuyos impulsores presentaron al completo este viernes en la Sociedad Económica de Amigos del País. La entidad, creada ya formalmente, carece aún no obstante de naturaleza legal, por lo que su organigrama es todavía una cuestión pendiente, pero el nacimiento terminará de ser una realidad en todos los términos en las próximas semanas. De cualquier forma, los objetivos que asume MAGA son compartidos de manera unánime: "Dar visibilidad y fuerza al sector y reclamar el apoyo institucional", según reza el comunicado con el que se presenta la asociación y que la galerista Isabel Hurley leyó en la puesta de largo ante los medios de comunicación. La entidad reúne así a siete galerías de muy distintas orientaciones, querencias y grados de veteranía, pero con riesgos comunes ante la crisis. De ahí que sus requerimientos sean los mismos.
"La presencia de las galerías es imprescindible en el engranaje cultural de una ciudad, básica para el correcto y deseable funcionamiento de los mecanismos del sistema artístico y cultural. Así, cuanto más fuerte sea el entramado de galerías de una zona, más fuerte y cohesionado será su sistema, que nunca alcanzará el tamaño y salud óptimos si sus galerías son pocas y con escasa capacidad operativa", apuntó Hurley, quien recordó las conclusiones de la Mesa Sectorial del Arte Contemporáneo, expuestas el pasado marzo cuando la amenaza del coronavirus llamaba a las puertas: "Las galerías de arte y los espacios para la creación representan un bien necesario para la educación y el Estado del bienestar, así que corresponde a las instituciones reconocer este valor y actuar en consecuencia". "Somos un sector productivo que dinamiza la economía y contribuye al desarrollo de las ciudades", recordó al respecto Hurley, quien hizo referencia precisa a las dificultades de las galerías en Málaga, donde "el desarrollo hipertrofiado de los museos no ha prestado atención a los agentes de base, las galerías, que desde mucho antes de su aparición trabajaban a favor de un tejido social creado en torno al arte, con una programación regular de exposiciones y otras actividades". Así, si bien la galerista admitió que la constitución de una asociación constituye una novedad, "lo que hemos hecho es formalizar una unión que ya existía".
El principal sentido de la aparición de MAGA es dar una llamada de atención que permita a las galerías ganar suficientes apoyos públicos "en un cambio de paradigma que plantea retos bien concretos para nuestra continuidad". Así, Isabel Hurley confirmó que la asociación ha solicitado una reunión con los responsables municipales de Cultura que, de momento, no ha tenido respuesta de ninguna clase (ni siquiera en la expresión de un compromiso o de una sensibilidad mínima respecto a la situación de las galerías), "aunque confiamos en que la respuesta llegue pronto". Los galeristas esperan contar así con el apoyo del Ayuntamiento para alimentar y renovar "las colecciones públicas locales", hacer uso de los espacios públicos en actividades comunes, asistir a ferias y completar los procesos de digitalización ahora imprescindibles. "La Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura establecen sus particulares convocatorias de ayudas, pero, dado que trabajamos en Málaga, entendemos que lo lógico y lo deseable es celebrar un encuentro con los responsables municipales de Cultura y llegar a acuerdos. La aportación que hacemos a la ciudad así lo merece", explicó Hurley.
Eso sí, MAGA nace también con la intención de organizar actividades comunes de cara al público en la que se impliquen todas las galerías. La asociación tiene previsto celebrar una presentación a comienzos de la próxima temporada y otra a mediados de la misma, en primavera, para dar a conocer sus propuestas en contextos más amplios, algo para lo que, de nuevo, el apoyo institucional es necesario. Muy a pesar del creciente adanismo especulativo, convendría reparar en hasta qué punto la cultura que hoy se vive en Málaga es fruto del trabajo que en su momento, contra viento y marea, desempeñaron las galerías de arte en la ciudad, no sólo a favor del mismo arte, también de otras disciplinas como el teatro, la literatura y la música. Sus riesgos son privados, pero las peores consecuencias serán públicas. Salvo que, claro, la ciudad logre evitarlas.
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