Garriga Vela ahonda en las relaciones familiares en su novela 'Pacífico'
Anagrama publicará el mes próximo la última obra del autor malagueño, que vuelve a vincular "desgracia y humor negro"
La última novela de José Antonio Garriga Vela (Barcelona, 1954), malagueño de adopción, es también la más difícil de su trayectoria. De hecho, entre la anterior, Los que no están, y Pacífico, que publicará Anagrama el mes que viene, han transcurrido cinco años. En todo este tiempo, el autor escribió primera una novela bastante extensa que rechazó finalmente, "por dispersa, sencillamente porque no funcionaba: jugaba de forma paralela con dos historias que no terminaban de conjugar", según explicó ayer el también articulista. Así que decidió tomar una de estas historias y emprender desde cero la escritura de la ya bendecida nueva novela, de dimensiones mucho menores (176 páginas) aunque garante del mundo literario de este creador discreto pero admirado por nombres tan emblemáticos como Juan Marsé y Enrique Vila-Matas. En este caso, el marco de una familia examinada desde los ojos del narrador sirve al escritor para extender su particular interpretación de las relaciones humanas.
De manera obvia, podría entenderse que Pacífico mantiene conexiones con otra novela de Garriga Vela titulada Océano, con la que ganó en 2001 el Premio Alfonso García Ramos. Pero el escritor prefiere tratar este último trabajo como entidad independiente: "Existe la atmósfera, el estilo, el uso del humor negro frente a la desgracia, al igual que en otras obras; pero Pacífico es distinta en cuanto trata sobre el amor, plantea una serie de historias de amor en el seno de una familia, cuya estabilidad se ve así amenazada". Esta trama aparece contextualizada mediante elementos históricos del pasado siglo, como el primer trasplante de corazón o la llegada del hombre a la Luna, pero, en la nueva novela, lo histórico no ejerce la influencia que pesaba en Los que no están. Sencillamente, según el autor, "empleo esos datos objetivos históricos como excusa para contar algo".
La historia de Pacífico, una suerte de desfile de criaturas de humana fragilidad, se desarrolla en primera persona desde los ojos de un observador externo, aunque Garriga Vela se anticipa a dar cuenta de la completa ausencia de elementos autobiográficos. "Lo que ocurre es que uno tiene la sensación de que durante toda su vida va escribiendo una sola novela que va entregando por partes. En este sentido, Pacífico vuelve a retratar mi mundo literario, construido por atmósferas cerradas de las que sólo se puede escapar mediante el deseo y los sueños", explica el autor. Y resume, a modo de balance: "Si tuviera que hacer memoria desde mi primera novela hasta ahora, diría que poco a poco he logrado desprenderme de mí mismo, he ido cogiendo más confianza; pero no estoy seguro de que hoy escriba mejor que cuando publiqué Una visión del jardín en 1985. De todas formas, no soy el más apropiado para hablar de esto. Escribo, que ya es bastante".
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