JMGalería inunda su espacio Columna con la potente explosión de color de José Lizasoain

La primera exposición individual del artista, vendida antes de la inauguración en un 90%, se podrá ver hasta el 30 de septiembre

La exploración sobre las sombras coloreadas de Laura Brinkmann ocupan el espacio superior de la galería malagueña hasta el 14 de octubre

Algunas de las obras recientes de Lizasoain expuestas el espacio ColumnaJM.

Málaga/Tras las grandes y coquetas cristaleras de la fachada, JMGalería ofrece un oasis en este final de primavera excesivamente cálido y pegajoso. Las dos propuestas con las que encara el verano y el cierre de temporada, aunque totalmente diferentes, componen un atractivo viaje de sensaciones en las que sumergirse dejando atrás el ruido de fuera.

El trabajo de investigación sobre la luz y las sombras coloreadas de la consolidada Laura Brinkmann y la obra pictórica más reciente de José Lizasoain Freüller, en su primera muestra individual, convivirán hasta el otoño en la galería malagueña.

Maximov, en honor a su padre, es el título bajo el que se reúnen las 18 piezas de José Lizasoain, obras que inundan de una potente explosión de color y de vida el espacio ColumnaJM. Esta planta baja es la que el galerista Javier Marín dedica a los artistas incipientes.

Múltiples capas de óleo sobre lienzo, algunos de grandes proporciones (162x130 cm), y óleo sobre papel son las técnicas que utiliza el artista para crear esos universos celulares, epidérmicos, llenos de simetría dentro del caos, estructuras abstractas y a la vez precisas que llaman poderosamente la atención.

'Moongod', 2022. Óleo sobre tela de José Lizasoain.

"Lo fundamental de mi obra es el proceso, llego a una conclusión a través de la suma de errores, no hay nada preconcebido, voy sumando capas y errores hasta dar con algo completamente inesperado, algo que no tenía en mi cabeza", explica Lizasoain, cuyas obras se podrán ver hasta el 30 de septiembre.

"Para mí lo interesante es encontrarme algo completamente distinto, ajeno a cualquier cosa que tuviera en la cabeza", agrega el artista y detalla que el color, con una abrumadora presencia de tonos ocres y anaranjados, es un criterio que une las piezas. "Eso se debe a un estado del espíritu, hace dos años que tengo el privilegio de dedicarme en exclusiva a pintar, que es mi pasión, y creo que la explosión y la potencia se ve reflejada en el trabajo", añade.

Se pueden ver algunas piezas realizadas en el año 2020 y 2021 y, principalmente, las creaciones más recientes en las que se refleja "todo eso que pasa entre el orden y el caos". "Parto de muchas tramas, algunos tienen diez y doce capas, que son el andamiaje subyacente que sostiene el cuadro", dice Lizasoain. A partir de ahí, de la búsqueda y la investigación, de la prueba y el error, surgen esas formas hipnotizantes.

"Tienen una parte espiritual, me interesa tener una mirada hacia adentro, pero también reflejan mi pasión terrenal. En esa mezcla se encuentra el equilibrio", apunta el artista, hijo del pintor Eduardo Maximov y que comenzó su relación con la pintura hace unos 15 años.

"La exposición ha sido un éxito, llevo más de 20 años como galerista y es la primera vez que inauguramos con el 90% vendido", explica el galerista Javier Marín. Esta "trama orgánica" de la creación más reciente de Lizasoain viene "de una etapa anterior que era mucho más geométrica". Y ahora, una vez completado este ciclo, pretende iniciar otro mucho más libre. "Llevo dos años pintando así y necesito una cosa mucho más expansiva, aunque he enseñado algunos bocetos de lo nuevo y no gustan nada, pienso ser totalmente libre", asegura.

"Encuentro que son piezas decorativas, me gusta ser decorativo, pero un pintor no puede hacer una cosa ajena, si estás pintando para agradar a un tercero no estás haciendo arte", estima y apela a sus años de investigación y a su amor por los libros. "Lo que he visto en ellos es lo que motiva esta exposición", afirma.

Laura Brinkmann, 'Comienzo de espiral', 2022. Papel gelatina de plata.

Laura Brinkmann y sus 'Conversaciones con Goethe'

Después de esperar más de un lustro desde su última muestra en JMGalería titulada La luz también se pudre, Laura Brinkmann regresa con Conversaciones con Goethe. La muestra, compuesta por una veintena de piezas de sus sombras coloreadas y otras tantas cromatografías, se podrá ver hasta el 14 de octubre.

"Es un trabajo con el que lleva inmersa un par de años y se nota el entusiasmo", explica el galerista Javier Marín. También apunta a que no usa la cámara, pero sí un papel fotográfico (papel gelatina de plata) en el que ha ido descubriendo los colores.

"Es una propuesta que se enmarca en lo científico. Las obras están realizadas a través de la exposición del papel fotográfico. En algunos casos han pasado días, horas, minutos o segundos, con objetos que ha ido poniendo sobre el papel para que la luz proyecte sombras y salgan colores. Hay un trabajo de descubrimiento y experimentación en el que la propia artista no sabe lo que va a salir", agrega el galerista.

También apunta que ha usado luz artificial, luz natural y distintos objetos, algunos construidos por ella misma con diferentes materiales, para ver qué efecto provocan en el papel fotográfico. Y subraya que hay un referente en su obra, la botánica Anna Atkins que consiguió captar plásticamente las sombras que marcaban las algas y especies vegetales que estudiaba mediante la técnica de la cianotipia, uno de los primeros descubrimientos protofotográficos.

Laura Brinkmann ha tomado como referencia esa parte científica que luego desarrollaron otros fotógrafos como Man Ray, que experimentaron a través de la huella que dejaban los objetos con el paso del tiempo.

"Son elementos muy geométricos, muy azarosos, con los que ha ido construyendo imágenes muy relacionadas con la naturaleza, abiertas a la libre interpretación, son espacios atmosféricos, que hablan de la percepción óptica", considera Marín y destaca que "los colores que ha conseguido son muy agradables, dan sensación de relajación, son violentas, rosáceos y marrones creados con mucho gusto".

"Es un trabajo muy curioso, que conecta de lleno con su trayectoria artística, porque esta investigación siempre le ha apasionado", dice Marín y apunta a que con esta propuesta Brinkmann ahonda en los orígenes de la fotografía.

En cuanto a las cromatografías, se trata de fotografías de distintos elementos de la naturaleza, de frutos, insectos u otros materiales y "a través de ellos y con una serie de compuestos químicos ha conseguido que quede un poso del tiempo en unos vidrios de cristal". En ellos han quedado marcadas formas raras y colores vibrantes, "como sedimentos o huellas que han dejado estos elementos de la naturaleza", concluye Marín.

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