Javier Ojeda reivindica a Los Íberos
El cantante presenta el 9 de octubre en el Cervantes un espectáculo homenaje al legendario grupo de pop nacido en el Torremolinos de los 60 · Reunirá a sus miembros junto a una banda base de músicos locales
Cuando Javier Ojeda pensó dar forma a sus recuerdos musicales ya sabía que Los Íberos tendrían una mención destacada. El pasado año subrayó la trascendencia de su música en el libro Una historia del pop malagueño (1960-2009) y el próximo 9 de octubre le rendirá otro homenaje, esta vez sonoro y presencial, con un espectáculo en el Teatro Cervantes que volverá a reunir sobre el escenario a los miembros del grupo 30 años después, y que contará además con una banda base formada por músicos locales y otros invitados.
"El rock en Málaga empieza con ellos, aunque durante mucho tiempo parecía que aquí empezó a partir de Tabletom, pero no fue así", expresa el líder de Danza Invisible. El tributo a su música cobra mayor significado al cumplirse en 2011 "cincuenta años de los primeros Íberos", recuerda Ojeda. Para la ocasión, el cantante malagueño tiene en mente invitar a la banda granadina Los Ángeles, a Micky; a Conde, de Santos de Goma; a Salva de Los Perrillos; y a Alejandro Díez, de Cooper, entre otros. La puesta en escena se completaría con la proyección "de algunas entrevistas a los músicos originales", planea Ojeda. La banda base contará con Antonio Gil y Miguel Batún (de Danza Invisible), Miguel Paredes, Roberto Cantero y Víctor Vallejo, bajo la batuta del propio Javier Ojeda, que ejercerá de maestro de ceremonias.
El Teatro Cervantes se sumerge con ellos en la historia del pop de los 60 en pleno boom de la Costa del Sol. Hijos de Torremolinos: un tributo a Los Íberos se convierte así en la "reivindicación" de un grupo que lideró el guitarrista Enrique Lozano y en el que militó Adolfo Rodríguez, del grupo Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán.
"El único disco que sacaron, llamado como ellos Los Íberos reúne el mejor pop español de la historia", califica Ojeda. Temas hoy tan populares como Summertime Girl o Hiding Behind my Smile hicieron de esta formación una banda de culto en la época. "Luego editaron tres singles y poco más", matiza el músico.
El álbum -con doce temas- se grabó en Inglaterra producido nada menos que por Los Bravos y, según los expertos, "sonaba como los mejores grupos de sesión ingleses", recalca Ojeda. La banda comenzó entonces a ascender en popularidad y buenas críticas, participó en el programa televisivo Escala en Hi-fi, adquirió proyección internacional y gracias a estas apariciones, firmó por la discográfica Columbia para grabar en los estudios de la Decca en Londres.
Pero ya en los 70 su éxito empezó a decaer, con los grupos de rock progresivo en pleno auge. Aún así, Los Íberos han pasado a la historia como una de las bandas internacionales con mejor sonido, "cuando Torremolinos era el sitio más moderno de toda España, donde se pagaba muy bien a los músicos", rescata Ojeda. En esta localidad fue donde el grupo empezó a actuar -en el Top Ten Club- versionando a bandas de la época del calibre de The Beatles, Hollies, Small Faces o Manfred Mann.
Ya en los 70, Adolfo Rodríguez -a la guitarra rítmica y voz- se recicla en la banda Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, también conocida por sus siglas, CRAG, un cuarteto español integrados además por Juan Robles Cánovas, Rodrigo García, y José María Guzmán, que publicó solamente tres elepés, entre ellos, Señora azul, considerado posteriormente uno de los mejores de la historia del pop español.
Del sonido Íbero son deudores Los Elementos, una banda marbellí que resucita su música con versiones en directo. Y de los originales Íberos tan sólo Adolfo "sigue en forma como cantante", evoca Ojeda. De hecho, integra el grupo Recordando a Módulos & Los Íberos.
Tras el verano, Málaga viajará en el tiempo para rescatar del olvido a una banda que elevó como pocas a los altares el pop patrio.
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