Javier Ojeda celebra que Danza Invisible sea "respetada" tras cuarenta años de carrera
El vocalista malagueño disfruta tanto con su banda como en su gira en solitario que parará en octubre en Sevilla.
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En 2022 se cumplieron 40 años de la publicación del primer disco del grupo malagueño Danza Invisible, cuatro décadas de uno de los iconos del pop español, una banda que camino de su medio siglo de vida se siente "respetada en toda España", asegura su cantante solista, Javier Ojeda.
A un mes de la cita, el 26 de octubre, en 'Las noches Icónicas en Meliá Sevilla", Ojeda asegura que sigue haciendo lo que le gusta, ahora con su gira en solitario, y del mismo modo que llenaron estadios o teatros en los años 80 del pasado siglo, el vocalista disfruta ahora con un contacto más directo con el público.
Es muy difícil hablar con él sin aludir a 'Sabor de amor', la canción emblema del disco de 1988 'A tu alcance', que, aunque fue el segundo sencillo se ha convertido en un himno del grupo y del pop español.
"Hubo un momento que, cuando era más joven, pensaba que era algo que oscurecía a otras canciones mías", pero hoy día "puedo decir que seguramente tiene mucho que ver con seguir haciendo lo que me gusta", reflexiona.
Bromea con que la repercusión del tema es tal que la afición del Atlético de Madrid la coreaba el pasado domingo cuando animaban al defensa Azpilicueta rescatando la letra el resto del canción: "Azpilicueta, sabor de amor, pulpa de la fruta de la pasión".
Ese tema, y muchos más, forman parte del repertorio que llevará a 'Las Noches Icónicas en Meliá Sevilla' con un guitarrista y un teclista, que además hacen los coros, un formato "en el que los cantantes tocan de forma muy desnuda", que se adapta a un concierto puro y duro o incluso a un ciclo literario, como el que protagonizó con su música días atrás en Alhaurín de la Torre, en Málaga.
Tanto él en solitario como Danza Invisible perciben allá donde van que "hay gente a la que le encantamos, para la que somos su grupo de referencia, porque formamos parte de una generación en la música", y sentencia: "cuando han pasado los años nos hemos dado cuenta de que, allá donde vamos, somos muy respetados en todos los sentidos".
Porque no solo han conseguido romper el centralismo cultural al llegar a lo más alto desde Málaga: "hemos conseguido algo extraordinariamente difícil, crear consenso en nuestra provincia en torno a nosotros, y, como malagueño te puedo asegurar que somos muy especialitos. Somos buena gente pero no veas si nos gusta criticar", bromea otra vez.
Que Javier Ojeda lleva la música en la sangre no es ningún secreto, por eso fue de esas personas que aprovechó la pandemia para crear, entre otras cosas porque "venía de una racha de muchísimas canciones, de muchos conciertos, y me puse a componer. Puede que en el año 2021 haya sido el artista español que haya podido sacar adelante más conciertos", señala.
Pero como todo en la vida, la saturación no es buena: "2022 fue un año, para mí, excesivo, extenuante", ese año se conmemoraban los 40 años de Danza Invisible y, cuando iba por el mes de julio, "les dije a los compañeros que necesitaba un descanso y que 2023 lo necesitaba solo para mí".
De modo que el malagueño, que va camino de los 60 años, disfruta ahora desplegando en solitario su propio estilo tras "una especie de locura colectiva, un año de locura".
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