El humor del dibujante Joan Cornellà y el grafitero Imon Boy "invaden" el CAC
Ambas exposiciones se pueden visitar hasta el próximo 4 de junio
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Málaga/El humor absurdo o negro del dibujante de cómic e ilustrador Joan Cornellà reflejado en sus obras y la vida de un grafitero como Imon Boy, contada por él mismo en sus creaciones, invaden desde este viernes el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga, aunque ninguno de ellos ha aparecido por allí.
El barcelonés Cornellà (1981) vive en Hong Kong y prefiere alejarse de los medios de comunicación pese a que las redes sociales son uno de los ámbitos más importantes de reflexión de su trabajo, mientras el malagueño Imon Boy (1991) mantiene el anonimato dada su faceta de pintor en lugares públicos sin permiso y para evitar el arresto.
Dek Tau ("Diez años", diez en el idioma esperanto y años en la lengua maorí) es el título de la exposición de Joan Cornellà, que presenta 161 obras (145 de ellas historietas en papel originales y 16 acrílicos sobre lienzos) de la última década en lo que constituye su primera muestra en un museo en Europa y las más completa del artista.
Utiliza la sátira para enseñar el lado siniestro de la naturaleza humana con un lenguaje visual simple, y la sangre y las armas son frecuentes en sus obras; el humor absurdo le vale para mostrar situaciones muy exageradas, mientra que con el humor negro ofrece una crítica social contemporánea.
Reconocido en el ámbito internacional y en redes sociales, Cornellà -que publicó ilustraciones en varios diarios y en la revista El Jueves- se inspira en el mundo que le rodea y expresa los problemas de la sociedad actual con un estilo característico y reconocible.
Con sencillez crea historias imaginativas que impacten al espectador; en los lienzos introduce frases sarcásticas que contrastan con la sonrisa de sus personajes, ha explicado este viernes, Helena Juncosa, comisaria de la exposición junto a Fernando Francés.
En sus ilustraciones los personajes se caracterizan por estar alegres, inmersos en situaciones donde no deberían, y toma como referencia los folletos de seguridad de las aerolíneas de los años 50, que mostraban personas felices siguiendo con sonrisa las medidas cuando un avión sufre problemas técnicos y se presenta una situación de riesgo.
Es habitual ver pintadas tragedias y mostrada una sonrisa por lo sucedido, los personajes se desangran manteniendo el tipo y la intención del artista es hacer reír al espectador.
El grafitero Imon Boy
Al lado de este particular universo, está el de Imon Boy, que no logró ser astronauta, pero sí artista de calle y que expone por primera vez en un museo de forma individual para presentar una decena de obras y una instalación en las mismas paredes del CAC -un mural con pintura en espray gris-, todo bajo el título global de "El principio de algo".
Muestra en las obras elementos de su infancia como los videojuegos, la música o el cine y es que utiliza la pintura como diario; sus personajes realizan las actividades cotidianas del artista y denomina su arte como autorreferencial al explicar acontecimientos que ha vivido.
Sus formas causan una sensación afable y su estilo denota delicadeza dentro del mundo del grafiti; no hace critica social y, además de las obras en acrílico sobre lienzo, también trabaja con rotuladores y papel.
Retrata el arte urbano con varias obras que contienen grafitis y destaca entre los elementos de sus trabajos los policías, un asunto recurrente entre quienes crean en la vía pública sin autorización.
En su obra Bridge un personaje se esconde bajo un puente porque un oficial busca al responsable de un grafiti. Imon Boy contó alguna vez que las anécdotas con la Policía en sus cuadros son historias reales.
Ambas exposiciones se pueden visitar en el CAC de Málaga hasta el próximo 4 de marzo.
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