Joaquín Rodrigo: un compositor por descubrir
El décimo aniversario de la muerte del maestro coincide con un renacido interés por su obra menos conocida e interpretada
El décimo aniversario de la muerte de Joaquín Rodrigo se cumple en 2009, una ocasión para descubrir la extensa obra del autor de El concierto de Aranjuez, el compositor español más programado en el extranjero y que escribía en braille sus partituras antes de dictarlas al copista, nota a nota. "En este aniversario, mi deseo sería que se tocaran obras de mi padre que apenas se han interpretado en España; hay muchas casi por estrenar y me gustaría que entraran en repertorio porque serían descubrimientos y otros estudiosos extranjeros están en ello", afirmó Cecilia Rodrigo en la sede de la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, ubicada en la casa familiar, que conserva intacta.
Entre infinidad de fotografías y recuerdos, parece sentirse la presencia del matrimonio, Victoria y Joaquín, en este piso madrileño, donde se encuentra, en la misma sala del piano, la máquina braille donde el compositor, ciego desde los tres años por una epidemia de difteria, escribía sus partituras. Posteriormente, se las dictaba a un copista, nota a nota, instrumento por instrumento, con sus respectivas variaciones. Después, Victoria y Rodrigo corregían al piano la copia, antes de enviarla a la edición, que también revisaban antes de su publicación definitiva.
"¡Formaban un equipo bárbaro!; ella era su verdadero agente", explica Cecilia Rodrigo, quien no oculta la emoción que sintió el 12 de diciembre, cuando la Orquesta Nacional de España y la soprano Ainhoa Arteta, con la batuta de Vasily Petrenko, dieron el pistoletazo de salida a este aniversario. "Fue una interpretación magistral; fue muy bonito, pasé unos momentos muy emocionantes", recuerda la hija del compositor, al que volverá la Orquesta Nacional en mayo para tocar El concierto de Aranjuez, sobre el que su creador solía decir: "Si yo supiera qué tiene, habría encontrado la piedra filosofal".
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