Jose Antonio Sau le saca los colores a 'La chica de los ojos manga'
El escritor y periodista malagueño presenta este miércoles en el CAL su segundo libro de relatos
No era su primera intención, pero cuando José Antonio Sau terminó de escribir los dos primeros relatos de La chica de los ojos de manga se dio cuenta de que estaba perpetrando un libro con historias de amor y, lo que viene a ser casi lo mismo literariamente hablando, de desamor. Pero el autor advierte: "Nada hay aquí parecido al amor edulcorado, ni a lo políticamente correcto". En el fondo, Sau ha vuelto a alumbrar un libro sobre personajes en crisis; sólo que si en su primer envite, Cuentos de la cara oscura, publicado el año pasado, la crisis que movía los hilosera la socioeconómica, "que sorprendía a unos protagonistas que a su manera ya estaban en crisis", la que ahora atañe a Sau es la que tiene que ver con las relaciones humanas: "El amor y el desamor son como un torbellino que entra en tu casa y lo pone todo patas arriba. Cuando el torbellino termina, te aplicas para dejarlo todo como estaba. Y cuando has terminado te das cuenta de que el que ha cambiado para siempre, sin posibilidad ya de remediarlo, eres tú mismo". El escritor y periodista malagueño José Antonio Sau pondrá de largo La chica de los ojos manga (La Isla de Siltolá) este miércoles a las 20:00 en el Centro Andaluz de las Letras (C/ Compañía, 24) acompañado por dos compañeros de oficio y recorrido, el poeta y periodista Israel Olivera y el redactor jefe de La Opinión de Málaga José María de Loma. Será la ocasión idónea para advertir en boca del escritor los alcances de esta otra crisis, no menos devoradora que la consagrada en tantos titulares durante los últimos años.
Admite Sau que la decisión de seguir adelante con sus historias de amor y desamor revestía ciertas inseguridades "al tratarse de un género tan denostado. Pero no creo que mis cuentos respondan al canon del género romántico. Más bien son historias de gente que aparenta una cierta felicidad en su existencia pero que en realidad vive al borde del abismo. Porque ése es el punto que más me interesa, el extremo en el que los personajes perciben que están ya cerca de saltar por los aires. Y las relaciones sentimentales son a menudo el camino más fácil para llegar a ese abismo. Mis personajes tienen que vivir con la evidencia de que aquello en lo que habían puesto sus ilusiones, aquello que creían que iba a durar para siempre, se ha esfumado para no volver". De hecho, más que una querencia a un género determinado, Sau defiende una multiplicidad en este sentido: "Cada uno de los diez relatos se corresponde con un género distinto, desde el histórico al policiaco. El último, por ejemplo, es una narración de detectives, aunque el amor tiene mucho que decir". La diversidad alcanza también los ambientes, contextos y trazos, de lo urbano a lo rural, desde la Guerra Civil hasta el presente, "porque, aunque cada uno codifica el amor y el desamor a su manera, siempre son experiencias universales". Materia prima para la mejor literatura.
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