Kandinsky, el elogio del color
Las raíces del maestro del arte abstracto y su etapa de formación, conectada con el arte popular e influida por su religiosidad, se muestran hasta el mes de julio en 'Kandinsky y Rusia'
Málaga/Sin poder apartar las miradas, totalmente seducidas por el color de un Kandinsky muy reconocible en su creación abstracta, pero también nuevo e ignoto en las pequeñas joyas figurativas sobre cristal y en la delicadeza de los paisajes impresionistas. Así, prendidos, se encontraron los ojos de aquellos que ayer asistieron a la presentación de la nueva exposición temporal de la Colección Museo Ruso. Kandinsky y Rusia, comisariada por la directora artística del museo matriz, Yevguenia Petrova, ha reunido un total de 78 piezas -29 de ellas del maestro de la abstracción- que ponen en relación la obra de Kandinsky con sus raíces rusas, con el arte popular, con la obra de sus contemporáneos y la iconografía religiosa. Hasta el mes de julio se podrá visitar esta exposición que, además, ofrece un espacio didáctico complementario sobre la relación del pintor y el compositor Arnold Schönberg.
"Kandisnky es una de las figuras más importantes del siglo XX, con muchísimas obras en distintos países del mundo, sin embargo, es un autor del que no se suele mostrar su periodo de formación y nuestra exposición está dirigida a sus raíces rusas", explicó ayer Yevguenia Petrova, comisaria de la muestra. Por ello, junto a sus piezas, conviven iconos, grabados conocidos como lubok y elementos etnográficos como cestas, trineos, juguetes, ruecas, piezas textiles. Es, como explican sus organizadores, "una exposición sugerente que desvela nuevas facetas del creador de la abstracción".
El artista, nacido en Moscú en 1866, "conoció el arte popular y esta pasión siempre fue con él", comentó la comisaria. "Antes de la abstracción, como se le conoce mundialmente, podemos observar el impresionismo, el realismo en las obras sobre cristal, en las que también intenta copiar el arte popular ruso, ucraniano, alemán, es un arte figurativo y nos acercamos a través de ellas a sus obras abstractas de las que mostramos nuestra colección, más de una decena de obras que se conocen muchísimo en el mundo", agregó Petrova. Y subraya que el objetivo de esta muestra era hacer que el público percibiera de forma más clara el desarrollo del arte del pintor tras ver sus obras iniciales.
El río en otoño, El río en verano, La hacienda de Ajtirka, Iglesia Roja y Otoño, obras pintadas entre 1901 y 1903 son sus piezas más antiguas recogidas en esta muestra. Estos campos, ríos y edificios se van tornando en pinceladas más impresionistas en los dos lienzos de Murnau. Paisaje estival, fechados en 1909. San Jorge (I), de 1911, ya es un juego de manchas y líneas que, si bien se intuye la figura, en el cuadro simplemente ha permanecido su esencia, al igual que Improvisación nº 11 (1910). Mancha negra (I), Cuadro con orla blanca, Cuadro con puntas, Dos óvalos y En Blanco (I), fechados entre 1912 y 1920son ejemplos de su lenguaje pictórico más universal, la abstracción y el elogio del color. "La exposición la hemos trazado siguiendo su biografía", apuntó la comisaria que subrayó que "la muestra se cierra con la última obra que hizo en Rusia y con un icono, porque todo el mundo se olvida de que sus raíces están en Rusia y de que era profundamente religioso, lo fue toda la vida, hasta su último momento". Según Petrova, "los iconos para él eran una inspiración y un símbolo espiritual"
Presentar la muestra de Kandisnky junto a La dinastía Románov supone un contraste interesante para el espectador. "Nuestro deseo era preparar dos exposiciones distintas, complementarias a su vez y para distinto tipo de público. Nos parece que en este caso hemos elegido bien porque para la gente que le gusta el arte realista y la historia rusa, la exposición de los Románov es una gran oportunidad para conocer la creación rusa a través de las obras del XVIII, XIX y XX y es la historia de Rusia", dijo Petrova. "Kandinsky y Rusia es totalmente distinta", añadió. Para Vladimir Gusev, director del Museo Ruso de San Petesburgo, "Kandinsky es el pintor de este tiempo de cambio" que se genera incluso antes de la revolución bolchevique. Y subrayó que "nuestra colección es interesante porque representa un periodo que poco se conoce en Europa". Gusev reiteró que "la obra de Kandinsky se pone en relación con los iconos, con el arte popular que adoraba y a partir del cual inició su desarrollo de vanguardia, es un conjunto muy interesante", consideró y quiso adelantar que para el año que viene "enseñaremos el socialismo realista, será una muestra también muy interesante".
Y antes de llegar a los óleos de formato mayor, en una sala pintada de negro, los focos destacan los tesoros que en 1918 pintó sobre cristal. Algunos están deteriorados, con rajas e, incluso, faltas, pero suponen deliciosas estampas pintadas al óleo sobre vidrio, una técnica antigua propia de las tradiciones de la pintura popular alemana por la que Kandinsky se apasionó en Murnau afínales de la década de 1900 y a la que volvería a finales de la siguiente.
En relación a las dos muestras presentadas ayer, el director de la Colección del Museo Ruso de Málaga, José María Luna, apuntó que "continuamos en esa línea que se abrió de hacer una mirada global, una mirada con perspectiva al arte, cultura e historia rusa y focalizar en las exposiciones temporales una mirada más detenida, más detallada sobre el arte de vanguardia en la que los rusos estuvieron a la cabeza". Luna consideró que "la tercera exposición anual va a ser un éxito de público y crítica porque es una exposición ambiciosa, con un gran número de obras pero con un discurso también muy bien armado que nos hace recorrer tres siglos de la historia de Rusia". Esta muestra "desemboca en esa vanguardia artística que luego tendrá puntos de brillantez en maestros como el gran referente del arte abstracto, Vassily Kandinsky", señaló Luna y subrayó que "su arte está estrechamente vinculado con la cultura popular, según se puede observar perfectamente en esta muestra comisariada por Yevguenia Petrova".
Para que el visitante pueda conocer con mayor profundidad el perfil del pintor y su vinculación con otras disciplinas, la Colección del Museo Ruso ha habilitado un espacio didáctico complementario que bajo el título de Arnold Schönberg y Vassily Kandinsky ahonda en la relación de amistad y mutua admiración entre el compositor y el artista, una sala en la que se llegará a entender cómo el maestro era capaz de hacer música con su pintura y cómo Schönberg dibujaba entre partituras.
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