Librería Luces, en marcha para su nueva casa

Cambio de sede

Con la mudanza ya culminada, el equipo del establecimiento trabaja a toda máquina para tener listas las instalaciones en un par de días

Una de las salas de la nueva sede de la Librería Luces, en la segunda planta. / Javier Albiñana

Málaga/Apenas asoma uno la nariz queda contagiado por el ritmo frenético con el que todo el mundo se mueve de acá para allá. A poco que te descuides, pasas a formar parte de la familia y te dan un teléfono para que lo enchufes allí o te requieren para mover un expositor hacia allá. Después de cuatro días de frenética mudanza con jornadas interminables desde el número 16 de la Alameda Principal, la Librería Luces cuenta ya con todos sus fondos, mobiliarios y equipamientos en el número 37 de la misma vía, justo en la acera de enfrente y ya en los márgenes del Soho, cerca del río. Los trabajadores y responsables del establecimiento trabajan ahora a toda máquina para poder recibir a los clientes con toda normalidad en un par de días, aunque los pedidos y encargos ya se despachan este lunes en la sede nueva. De cualquier forma, a pesar del jaleo, lo que ya se puede constatar resulta altamente prometedor.

Fue a comienzos de noviembre cuando la dirección de la librería anunció el traslado al número 37 de la Alameda Principal, un inmueble del siglo XVIII, inscrito en el Catálogo de Edificios Protegidos, que en su momento acogió la legendaria Imprenta Sur y cuya historia daría desde luego para una monografía completa. Con esta medida, Luces encontró finalmente una salida a la difícil situación a la que se había visto abocada después de cuatro años en los que las obras del Metro en la Alameda habían condenado a su antigua sede a la invisibilidad absoluta y a una notoria incomodidad para sus clientes, con la consiguiente caída del negocio. Con su nueva casa, Luces no sólo espanta el fantasma de las obras del Metro sino que gana argumentos de cara al futuro, precisamente en uno de los núcleos urbanos de mayor identificación cultural.

Parte del equipo de Luces, en la escalera de la nueva sede. / Javier Albiñana

Con una superficie de unos 400 metros cuadrados, similar a la anterior sede, la nueva Luces se distribuye en dos plantas y se ve beneficiada por el protagonismo clave de la luz natural, que se filtra en prácticamente todas las estancias. El ambiente evoca en cierta medida a algunas librerías emblemáticas españolas, como la Central de Barcelona, así como el que quedó recreado en la reciente Central de Callao; pero con más amplitud y más comodidad de cara al cliente en sus distintas salas. Sorprende, de entrada, el aprovechamiento de la muralla antigua, como una de las seguras señas de identidad de la nueva Luces; pero, más aún, la conservación e integración de los artesonados de madera, verdaderamente imponentes, en los techos de la segunda planta, a la que se accede por una escalera transparente o por un ascensor. La librería cuenta también con acceso desde Trinidad Grund, a donde da la sala que se empleará como espacio para presentaciones de libros, particularmente pródiga en cuanto a luz natural. Aunque tal vez uno de los mayores valores del edificio sea el patio interior, que se empleará también para la celebración de actividades literarias, así como la zona reservada a los pequeños lectores, toda una librería independiente que este lunes recibía sus últimas manos de pintura. El conjunto es, ciertamente, uno de los mejores templos con que contarán los libros en Málaga.

Apuntaba el director de Luces, José Antonio Ruiz, que el equipo mantendrá el mismo ritmo para que este miércoles todo esté definitivamente listo. Serán los nuevos libros en manos de lectores los que den por concluida, al fin, la operación.

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