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Málaga/Fuente Obejuna, municipio cordobés de poco más de 4.600 habitantes, pasó a la posteridad cuando Lope de Vega, hace más de cuatro siglos, inmortalizó en su obra teatral uno de sus sucesos más señalados. Se trata del asesinato colectivo del comendador Hernán Pérez de Guzmán, acusado por el vulgo de tiranía y abusos constantes en tiempos de los Reyes Católicos.
El texto se ha seguido representando en las calles que lo inspiraron cada cierto tiempo. El primer verano de la pandemia iba a ver la luz la versión de Fuenteovejuna escrita y dirigida por Pedro Hofhuis y José Carlos Cuevas, de la compañía malagueña Jóvenes Clásicos. Las restricciones sanitarias lo aplazaron pero ahora, hasta el 23 de agosto, la plaza principal regresa al siglo XV y Lope cobra vida como testigo de excepción de los acontecimientos.
“Este es un proyecto que presentamos desde Jóvenes Clásicos, Pedro Hofhuis y yo somos los directores”, explica José Carlos Cuevas. El elenco, subraya, son habitantes del pueblo. “En mayo se hizo un casting para elegir a los personajes con texto y se configuró el grupo definitivo según los perfiles”, agrega Cuevas y subraya que “incluir el personaje del propio Lope de Vega es una propuesta de nuestra versión”.
La obra fija su atención en “el proceso que creemos que pudo seguir para documentarse”, dice. “Lope descubre el hecho en las crónicas medievales de Rades y Andrada y nosotros hemos querido mostrar en esta versión cómo fue la construcción dramática del texto”, añade. También, apunta Cuevas, han introducido otro personaje nuevo, Ríos. Se trata de un bululú, un comediante solitario que cantaba y actuaba de localidad en localidad.
“Lope escucha la canción en la plaza del pueblo, le interesa, se cita con él y el bululú le da las crónicas. Nuestra propuesta pasa por estar entre la ficción y la realidad y el personaje de Lope está siempre presente. El espectador es como si estuviera dentro de su cabeza viendo cómo se imagina lo que puede escribir”, agrega el director, que, además, es el actor que interpreta al escritor del Siglo de Oro.
Desde sus ojos, como un espectador de excepción en todos los acontecimientos, la propuesta de Jóvenes Clásicos va desentrañando los hechos que llevaron al motín de todo un pueblo. “Fuenteovejuna es el levantamiento de un pueblo contra los abusos de un comendador, que le quita las tierras a los campesinos para dárselas a sus soldados, que viola a las mujeres y se aprovecha de su poder en un sistema todavía feudal y Lope es el testigo, el que le da voz a este pueblo que se reveló contra ello”, añade.
Otra de las malagueñas que participa en el montaje es la coreógrafa Nieves Rosales, que ha montado la coreografía del baile popular de la boda de Laurencia y Frondoso. Isabel Alba, profesora de la Esad de Málaga y que ha trabajado con Jóvenes Clásicos en otras funciones, está al mando con el vestuario y Jesús Esperanza, maestro de esgrima del Ateneo de Madrid, ha hecho la coreografía de espadas.
“Otra de las novedades es que incluimos dos batallas, la toma de Ciudad Real por los Reyes Católicos, que es la que narra Lope de Vega en su Fuenteovejuna, pero también la primera batalla cuando el mando de Calatrava conquista Ciudad Real.
Unos 25 actores tienen texto en esta obra pero son más de un centenar los que participan en la representación como figurantes. El resto del equipo, entre costureras, regidoras, luces y sonido, superan en mucho las 200 personas.
Cuentan los directores que en 1935, con motivo del tercer centenario de Lope de Vega, la compañía de Margarita Xirgu fue a al municipio cordobés a representar la obra y a la cita acudió hasta el mismísimo Lorca, amigo de la actriz. Entre el 35 y el 62 se hicieron tres representaciones a cargo de compañías profesionales. Pero se sufrió un parón y en 1992 se retomó Fuenteovejuna, esta vez con los actores y la figuración del propio pueblo.
En estos 30 años han pasado directores como Emilio Goyanes, Manuel Canseco, Fernando Rojas y Javier Osorio. Las dos últimas ediciones, en 2016 y 2018, las dirigió Ángel Luis Fernández, la primera vez que un melariense (gentilicio de Fuente Obejuna) tomaba la batuta de la obra cuyo promotor es el ayuntamiento de la localidad. “La idea es hacer Fuenteovejuna en Fuente Obejuna y por la gente de Fuente Obejuna”, dice Cuevas y apunta que el nombre del pueblo viene de abeja, no de oveja, y que melaria era el nombre de la ciudad romana y venía por su famoso cultivo de la miel.
“No sabemos si fue una licencia o una equivocación, lo que sí parece es que a Lope le valía la figura de rebaño para su argumento”, sostiene el director y actor. Cansados de aguantar los desmanes del comendador y mirar para otro lado, de ser dóciles como ovejas camino del matadero, los habitantes se toman la justicia por su mano y se sublevan.
“Lo que ha quedado, al margen de que se diga que había intereses políticos que ostigaron esa acción, es la rebelión contra la tiranía y la injusticia social, es la fuerza de un pueblo unido”. Esa que se podrá ver en la plaza Lope de Vega de Fuente Obejuna cada noche a las 22:00 hasta el 23 de agosto.
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