Luchadores por la justicia

La Semana de Cine de Estepona homenajea a Santo y su hijo

El Hijo del Santo, en uno de sus combates.
J. L. G. G. / Málaga

05 de septiembre 2008 - 05:00

¿Qué sería el mundo sin héroes? Esa pregunta se la ha hecho la Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Estepona, y en su novena edición ha decidido recompensar a una familia heroica, y esta noche el Hijo del Santo recibirá el premio Waldemar Danisky por la aportación de su fallecido padre al cine clásico de lucha libre. Será en el Palacio de Exposiciones y después, cuando se haya pasado la emoción y el recuerdo, el campeón mexicano se enfrentará en un combate de lucha mexicana con otros luchadores como El Último Chigón, El Guerrero Azteca, Mil Huesos y el Ginecólogo Asesino. Así es el certamen que coordina Paul Naschy.

Rodolfo Guzmán Huerta (1917-1984), conocido como Santo El enmascarado de plata fue, probablemente, el más legendario luchador profesional mexicano. Durante sus cuatro décadas de combates contra el mal, su figura vino a ejemplificar la esencia del bien y la justicia para millones de seguidores. Junto con Cantinflas, Santo es uno de los personajes más populares en México, un ídolo y un campeón de los oprimidos.

Desde que el 26 de julio de 1942 luchó en la Arena México por primera vez como El Santo, Rodolfo comenzó a labrarse el favor del público -algo complicado al principio, pues combatía del lado de los impopulares rudos-. Pero lo logró, y a partir de los 50 ya contaba con su propio tebeo. Y en 1958 inició su larga trayectoria cinematográfica, con Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales, ambas dirigidas por Joselito Rodríguez. Cuando en 1982 estrenó sus dos últimos largometrajes, El puño de la muerte y La furia de los karateca, su filmografía contaba con casi 60 películas.

Fue en 1983 cuando uno de los diez hijos de Santo obtuvo su licencia para luchar, heredando el nombre del padre. El Hijo del Santo comenzó su carrera bajo los nombres de Acuario y Korak. Aunque nunca ha perdido su máscara en combate, al igual que el padre, sí tuvo que soportar ver su rostro en varias revistas tras divorciarse de su primera esposa -algo que muchos aún no le han perdonado-. Ahora, con 25 años de lucha cumplidos, recibe un homenaje a su padre en Estepona.

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