Málaga, la ciudad que se eleva a personaje principal en 'La chica de nieve'

Los exteriores de la serie estrena en Netflix este 27 de enero son escenarios perfectamente reconocibles por los malagueños

'La chica de nieve', un thiller atractivo, contado por mujeres y con Málaga como escenario

¿Qué es lo que nos cuenta la serie 'La chica de nieve'?

Milena Smit y José Coronado durante el rodaje en la calle Alemania. / Javier Albiñana

Salvando las diferencias con Malaka y sin ánimo de comparar, la miniserie La chica de Nieve, estrenada este viernes en Netflix, también tiene en Málaga no solo un potente escenario, sino también una ciudad que arropa la trama y se eleva a la categoría personaje principal. El thriller, producido por Atípica Films y basado en la novela homónima del escritor malagueño Javier Castillo, seguro que interesará al público nacional e internacional. Porque atrapa y entretiene, de eso no hay duda. Pero para el público malagueño será mucho más.

Desde los primeros minutos, con el atasco en el entorno de Atarazanas y la cabalgata de Reyes en la plaza de la Constitución, el malagueño caminará por sus calles, las auténticas, las que recorre en su rutina diaria, las reconocerá y hará propio el viaje de la joven periodista Miren Rojo (Milena Smit), redactora de diario Sur, de Eduardo (José Coronado), el veterano de sucesos, y de los inspectores Millán (Aixa Villagrán) y Chaparro (Marco Cáceres) en la búsqueda de la pequeña Amaya.

Hay decenas de localizaciones en la serie que son completamente reconocibles por los malagueños y los que ha vivido un tiempo en la ciudad. Porque, aunque recurre a algunos enclaves turísticos, también muestra la Málaga más propia, la de los bares con barra de metal y paredes de azulejos crema, la de bloques humildes en El Palo, la de la playa de la Araña o la zona de caravanas de Sacaba.

La cabalgata creada para la serie de Netflix en la plaza de la Constitución. / Javier Albiñana

Uno de los amigos de la familia de Amaya tiene un piso en el paseo de la Farola, frente al Pompidou aparece un mensaje importante, Miren pasa por el puente de la Esperanza de camino a casa, también se encuentra con su colega por el entorno de la calle Alemania con el puente de hierro a sus espaldas. El paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, Pedregalejo, la plaza de las Flores, el pasillo Santa Isabel, el Muelle de Heredia y la calle Especería son escenarios de la trama.

La Comisaría de la Policía Nacional es el antiguo Centro de Internamiento de Extranjeros de la Plaza de Capuchinos y todo su entorno es un punto recurrente en la serie. También han utilizado una perspectiva de las escaleras del Auditorio del Cortijo de Torres, un piso en el Soho y la playa de Sacaba, con los bloques que también fueron telón de fondo de Malaka.

En La Chica de Nieve se ha optado por elegir algunas zonas de El Palo para retratar a esa Málaga que linda entre la pobreza y la delincuencia, ese entorno más marginal que no falta en un thriller de estas características. El edificio de la Ciudad de la Justicia también tiene cabida en el metraje y una de las salas de La Térmica la han convertido en el salón de una parroquia.

Rodaje junto al colegio público García Lorca. / Javier Albiñana

La bahía malagueña y las playas de la ciudad, igual que las vistas aéreas de la zona centro, sirven de cortinillas para enlazar las escenas. Los edificios de Correos y Hacienda, vistos desde la zona del CAC y la desembocadura del Guadalmedina, también se ven y en Carretería se encuentra el estudio de tatuajes de un investigado en relación al suceso.

Está tan bien integrada la historia en su paisaje que lo que extraña es que Javier Castillo, el autor de la novela, eligiera Nueva York y no Málaga para situar su caso, que pusiera nombres anglosajones a sus personajes y decidiera que la pequeña iba a desaparecer durante el desfile de Acción de Gracias y no la cabalgata de Reyes.

Explican el productor de Atípica Films, Alberto Félez, que cuando les llegó la posibilidad de adaptar la novela lo primero que supieron es que en Nueva York no podía ser. Por razones económicas, logísticas y porque iba a ser una producción española que debía de encontrar una ciudad que respondiese a las necesidades de este thriller.

Comenta Félez que pensaron en Málaga por muchos motivos. "Por un lado, es una ciudad grande, creo que ahora están por encima de los 575.000 habitantes. Es también una ciudad muy potente, tanto económica como culturalmente es pujante. Es una ciudad de costa, tiene población internacional, hay aeropuerto, un puerto muy importante… Todos estos elementos en una historia que gira en torno a la desaparición de una niña, ayudaban. Podría ser cualquiera, se podían haber llevado a la niña fuera… generaba muchos interrogantes", ha dicho en entrevistas recientes.

Pues ahí está Málaga, sufriendo con esos padres rotos por el dolor y con esa periodista de investigación que arrastra un pasado tan castrante que no la deja salir a flote. No es la Málaga más bonita, ni es la más soleada -en muchas escenas los suelos están mojados- ni la postal turística. Pero tampoco es la más fea o degradada. Es un escenario real y lleno de contrastes que puede que saque a más de un malagueño de la ficción por la cercanía que desprende eso que está viendo en su pantalla plana.

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