Maluma, un acento para seducir a todos en Marbella

El artista colombiano presenta una historia de desamor, conquista, enamoramiento y vuelta a empezar para el goce del público de Starlite, que colgó el 'no hay billetes'

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Maluma en el concierto en Marbella

Marbella/Un acento parce, una lista de éxitos moldeada para contar una historia y mucho carisma. No le habría hecho falta más a Maluma para celebrar en la cantera de Nagüeles (Marbella) una carrera que lo sacó de Medellín para llevarlo worldwide. Presenta Maluma, en algo más de una hora de concierto una setlist elegida con el cariño del que quiere señalar un camino de desamor, conquista y enamoramiento en un infinito más que un círculo, que empieza y acaba en el mismo sitio. La sensación es que podría volver a comenzar todo en Hawái, y el público marbellí de Starlite podría seguir cantando sus canciones a coro.

Una sonrisa picarona, una cálida voz latina con requiebros de Medallo y una mirada de las que acompaña a conquistar el mundo; todo lo trajo el colombiano que dejó que un vídeo con imágenes suyas le presentara. La entrada, casi a coro, sólo le hicieron falta un par de versos para que el público saliese al envite quince minutos más tarde de lo esperado. No pareció importar el pequeño y esperado retraso en una cantera que estaba hasta los topes y todo se notaba en la congestión.

Trae una banda Juancho, como los viejos roqueros: guitarras eléctricas, baterías, bajos y coros; y así sale, con tanta fuerza que no pareciera un artista latino. Después de narrar su corazón partio’ en Hawái, primero, y Madrid, después, llega Corazón; para que pueda repartirlo, “dónde están las señoritas solteras?”, no se cansa de alentar al público.

Por momentos, se aleja del rockerito para cortejar, “en mi carro tú te ves mejor, te ves muy bonita para estar con él (…) él no va a extrañarte”. Claro, pasan las 11PM y Maluma ya ha recordado dónde dejó sus pedacitos de corazón, ahora quiere recuperarlos. Y es que, claro, “ella no está buscando novio, porque el cabrón le fue infiel”. No parece necesario, al menos en Starlite Catalana Occidente, donde 3.000 personas (sólo habían llenado antes C Tangana, Vanessa Martín y Sebastian Yatra) suspiran cada uno de sus versos.

Un momento del concierto de Maluma en Marbella

Bajan las pulsaciones y Juancho recuerda sobre un piano que lleva más de diez años a ese lado de los micros, y eso que sólo tiene 28. Le queda poco para terminar el tour y ha aprovechado su gira por España para “comer paella y beber mucho vino”. A los seductores también les gusta el costumbrismo cuando viajan.

En esta historia que guía el concierto llega Juancho a cantarle al “amor de mi vida”. Sigue sólo el piano para que se vean algunos ojos enrojecidos y lágrimas sobre las mejillas. Demuestra que no todo en él es reggaeton e influencias de rockstar, también baja al barro de la baladita que podrías cantar bajo un alféizar.

Poco dura el momento ñoño para que vuelvan los bajos. “Y es que los tragos, hicieron estrago en su cabeza, que ella con cualquiera no se besa”. No parece que Juancho sea cualquiera esta noche. Las bailarinas, con cada vez menos ropa, se pegan más y más. Si hoy tuvieran que erigir una figura literaria de la seducción dejaría de ser Don Juan para ser Don Juancho, Maluma fuera de Medellín.

Controla los tiempos y rebaja lo canalla de Felices los cuatro dejando una instrumental más parecida a una balada y pidiéndole al público que le acompañe y se acaba dejando la garganta. Maluma vuelve al redil de la conquista y lo canallita, no importa cuántas veces puedan partirle el corazoncito, más a repartir. “No importa que se vaya, siempre vuelve a mí”, que acaba con un ritmazo de salsa. Es su tema más celebrado y se recrea, hasta tres veces invita al público a que le cante.

El concierto de Maluma en Marbella

Continúa justificándose, “ya que sobrio no me da…” y quién no ha llamado con una copa de más a alguien que no debía. Antes invitó a brindar al público a la salud de una prospera carrera y de Medellín, claro, que uno es incapaz de dejar el barrio. No hizo falta justificación para que el público se levantase en su colaboración con Ricky Martin, Vente paca'. Tampoco le hacía que alentase a la cantera, rendida desde el preshow. Siguió un conato de paro cardíaco en el público cuando en Chantaje le acompañó una voz femenina, hasta que, pasado el shock, se descubrió que no era Shakira su dúo.

Mucho menos elude las culpas, “mala mía” y vuelve a erigirse Don Juancho, “me besé a tu novia? Mala mía (…) así es mi vida, en el fondo me quieres, por eso me imitas”. Pero es que el público, menos a estas alturas, no iba a pedirle explicaciones por sus múltiples idilios amorosos en esta rueda por su historia de conquistas y desamores.

Tampoco tiene pudor en reconocer que está enamorado de cuatro babys, y eso que sólo una está soltera. Se seca el sudor Maluma antes de la última canción, es arduo trabajo ser Don Juancho. Cierra en su infinito con el Hawái que abría. “Llorando por mí te vieron (...) muy lindo en Instagram lo que posteas, pa que yo lo vea”. Maluma y su acento parce siguieron siendo el epicentro de la cantera marbellí anoche.

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