Manuel Alcántara, el poeta que limitaba "al norte con nadie y al sur con Málaga"
La Fundación Manuel Alcántara presenta el libro 'Málaga nuestra', una obra que difunde el legado y la obra del escritor malagueño fallecido en 2019
Semblanza de una ausencia (dos años y un día)
Manolo y la existencia capicúa
"Limito al norte con nadie y al sur con Málaga" escribió en un poema Manuel Alcántara (1928-2019), protagonista de un libro que reúne los textos en los que hizo patente su estrecha vinculación con su ciudad natal, marcada sobre todo por su obsesión constante por el mar. "Ya en uno de sus primeros poemas, mi padre hablaba de que Málaga naufragaba y emergía, algo a lo que se le dieron hasta explicaciones de tipo político", explica a Efe Lola Alcántara, hija del poeta, periodista y autora del prólogo del libro Málaga nuestra, presentado este lunes. Sin embargo, a lo que en realidad se refería su padre era "al tranvía amarillo que recorría Málaga, y desde el que por unas calles se veía el mar y por otras, no", precisa Lola.
Para su hija, lo más significativo de esa relación de Alcántara con Málaga era esa "obsesión constante" por el mar, que para el poeta "también representaba la muerte". Lola Alcántara resalta además el texto de una conferencia de su padre acerca de los recuerdos de su infancia, entre ellos los del colegio de San Agustín. "Curiosamente, nos pidieron ese texto para una historia de los agustinos, cuando mi padre realmente ponía verde la enseñanza de los ágrafos padres agustinos, como les llamaba", recuerda.
Su padre se sentía "muy malagueño", pero rechazaba el "tipismo", y por ejemplo decía de uno de los símbolos de la ciudad, la estatua del Cenachero, que "no se podían hacer monumentos de la cochambre". Tampoco le gustaban postales típicas de la época como las que mostraban "a una mujer con un cántaro en la cabeza", puesto que subrayaba que "eso era así porque no tenía agua corriente".
Esa vinculación con Málaga se reforzó, curiosamente, cuando Manuel Alcántara trabajaba en Madrid y regresaba solo en vacaciones, lo que le permitió descubrir el municipio de Rincón de la Victoria. "Vinimos al Rincón por primera vez en los 60 y en 1969 compró allí el apartamento", que años después se convertiría en su residencia habitual hasta su muerte y que ahora es sede de la Fundación Manuel Alcántara, apunta Lola.
Sobre este libro publicado por esta Fundación, el Ayuntamiento de Málaga y la editorial Arguval, desvela que a su padre "le asombraba que se hicieran antologías de artículos", ya que él decía "que vendía pescado fresco". "Yo a veces le preguntaba que por qué no escribía el texto de mañana, pero respondía que eso era indecente, porque conocía la fugacidad del artículo y le gustaba".
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