La aurora en el bolsillo

Pensamiento | María Zambrano

La editorial Alianza recupera en su histórica colección cuatro títulos esenciales de María Zambrano, con las icónicas portadas del diseñador Manuel Estrada

María Zambrano y su obra, en una ilustración de Rosell
María Zambrano y su obra, en una ilustración de Rosell / Rosell

Málaga/Resultaría difícil calibrar en su justa medida la contribución a la cultura en lengua española de la colección El libro de bolsillo de Alianza Editorial desde su misma fundación, en 1966, por obra y gracia de José Ortega Spottorno: su catálogo ha abierto puertas accesibles y económicas para el lector a la obra de los autores fundamentales de la literatura universal, de Borges a Camus pasando por Lorca, Brecht, Heine, Kafka, Cortázar, Poe, Proust y tantos otros. Pero no ha sido menor el peso específico que han mantenido en este paisaje cultural español las inolvidables portadas que diseñó para la colección Daniel Gil hasta 1992, así como las que alumbró posteriormente Manuel Estrada a modo de proverbial relevo. Por todo esto resulta digna de celebración la reciente llegada al mismo catálogo de María Zambrano con cuatro de sus títulos esenciales: Hacia un saber sobre el alma (1950), Persona y democracia (1958), La tumba de Antígona (1967) y Claros del bosque (1977), con sus portadas diseñadas en el Estudio de Manuel Estrada (con la colaboración en esta ocasión de Roberto Turégano y Lynda Bozarth) y cuatro respectivos estudios introductorios a cargo de otros tantos zambranianos de pro: el ex director de la Fundación María Zambrano, Juan Fernando Ortega; Rogelio Blanco, Marifé Santiago Bolaños y Joaquín Verdú de Gregorio. Aunque Alianza ya había editado otros textos de Zambrano (como el mismo Hacia un saber sobre el alma, en 2000), la llegada de estos cuatro volúmenes a las librerías confirma que la pensadora veleña ya es compañera de sello de Nietzsche, Schopenhauer, Kant, Descartes, Locke, Ortega, Wittgenstein y sus amados Séneca y Spinoza, entre otros maestros.

Portada de 'Persona y democracia'.
Portada de 'Persona y democracia'. / Estudio Manuel Estrada / Alianza Editorial

La recuperación de estos libros para la colección portátil de Alianza llega sólo unas semanas después de la publicación de la última entrega de las Obras completas de María Zambrano de la mano de Galaxia Gutenberg, en un momento de manifiesto esplendor respecto a la revisión crítica, filosófica y biográfica de la autora y su ingente legado intelectual: especial atención merece, en este sentido, la inminente aparición del nuevo libro del poeta y ensayista leonés Antonio Colinas, Sobre María Zambrano. Misterios encendidos, en la editorial Siruela, que también cuenta con su propia colección zambraniana. De este modo, puede concluirse que María Zambrano es el filósofo español (y convendría recordar que a la veleña le gustaba referirse a sí misma como tal, como estrategia de supervivencia en un mundo, el del academicismo filosófico de su tiempo, que no estaba precisamente inclinado a aceptar que la mejor entre los suyos era una mujer) que más atención bibliográfica recibe en la actualidad. Semejante panorama acontece después de un creciente interés en la obra de Zambrano en universidades europeas y americanas, que ha logrado sobreponerse al ostracismo y la dispersión al que quedó condenado tal corpus tras casi medio siglo de exilio; en cualquier caso, la llegada de estos cuatro títulos (prometedora de otras futuras y deseadas incorporaciones) a El libro de bolsillo de Alianza revela otro interés, no menos creciente, por parte del lector de a pie.

Zambrano es ya ‘el filósofo español’ que más atención bibliográfica recibe en la actualidad

Hacia un saber sobre el alma recoge diversos escritos publicados originalmente entre 1933 y 1945 que constituyen el germen de la razón poética, la más feliz aportación de María Zambrano al pensamiento filosófico. Persona y democracia aboga, desde una Europa malherida y de manera abiertamente política, por el desarrollo de instituciones democráticas que garanticen el pleno y libre desarrollo de los ciudadanos; mientras que Zambrano recupera en La tumba de Antígona uno de sus mitos predilectos con disposición dramática. Claros del bosque es, por último, la culminación del más firme empeño de la razón poética, un monumento que interroga e ilumina en un sentir primigenio. El ágape está servido.

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