El Museo Picasso Málaga inaugura 'El eco de Picasso' o cómo sigue vivo en el ADN del arte contemporáneo
La pinacoteca alberga hasta el 31 de marzo 85 obras de 55 creadores en una de las exposiciones capitales del 50 aniversario del fallecimiento del malagueño
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Como lo fue Cervantes para la novela, hubo otro genio español, malagueño para nuestra honra, que logró la categoría de astro. Ese que fue capaz de iluminar, de servir de referencia, de marcar caminos, ya fuesen paralelos o secantes, de liberar de ataduras y condicionantes preestablecidos, de hablar sin miedo. Ese fue Pablo Ruiz Picasso y, aunque se esté celebrando el 50 aniversario de su muerte, los artistas coetáneos y los que le siguieron llevan décadas demostrando que sigue vivo porque, simplemente, él y su obra están en el ADN del arte contemporáneo, como ha subrayado Almine Ruiz-Picasso en la presentación de la muestra El eco de Picasso. La exposición se inaugura este martes 3 de octubre en el Museo Picasso Málaga y es una de las más importantes de las llevadas a cabo en los actos dedicados a su memoria.
Articulada en las dos plantas de las salas temporales de la pinacoteca, la exhibición reúne 85 obras de 55 creadores, entre ellos Pablo Picasso, Willem de Kooning, Jean-Michel Basquiat, Louise Bourgeois, Jeff Koons, Francis Bacon, Martin Kippenberger, Karel Apple y María Lassnig.
Pinturas, esculturas, collages y dibujos, de distintos formatos, épocas y estilos, establecen un diálogo directo con las obras del malagueño, en algunos casos, y en otros desprenden cierta influencia picassiana, algunas claramente reconocibles y otras de formas más sutiles o con una intencionalidad declarada por sus propios creadores. Un pequeño grupo de obras son recientes y concebidas especialmente para este proyecto.
Eric Troncy, comisario de la muestra, explica que "El eco de Picasso no es una exposición sobre Picasso sino es una muestra de arte contemporáneo que reúne a más de cincuenta artistas, es una muestra muy poética y también un viaje salvaje hacia las relaciones existentes entre obras de Picasso y otros creadores coetáneos o posteriores". Y asegura que el malagueño "estaba en la mente de todos, no es solo que fuese una influencia". Si pasó eso en los años 20 del siglo pasado, continúa ocurriendo hoy porque "se sigue mirando a Picasso", afirma.
"Estoy obsesionado con Picasso y pienso que se ve en todas partes, así que nos lo hemos pasado muy bien preparando esta exposición", asegura Troncy. "He intentado mostrar aspectos que no se habían mostrado, con piezas que podíamos evaluar, de las que tuviéramos disponibilidad, motivado por la oportunidad, la provocación, también, la razón", añade el comisario, que reconoce que "ha sido mi fantasía la que me ha hecho seleccionar estas obras, porque es una exposición sobre el placer".
El visitante encontrará en las salas del MPM una "exposición poliédrica", como apunta José Lebrero, director artístico del museo. "Picasso es un clásico y estos artistas transforman con espejos cóncavos su trabajo", comenta Lebrero sobre la que será la última muestra antes de dejar su cargo a finales de este año. Y esa es la sensación que puede recorre al espectador cuando se introduzca en ella, que se puede ver a Picasso desde decenas de ojos distintos, con miradas de reconocimiento expreso, con destellos en los que se intuye en casi todas las piezas.
Para el comisario El eco de Picasso está plagada de "cosas divertidas", como la Copia de un Picasso de Twombly, de cuadros que conviven por primera vez, de asociaciones que nunca antes se habían hecho. También de obras espectaculares y de gran formato que atrapan la mirada, de guiños al universo del genio y a sus referencias principales. Las líneas maestras de Peter Halley, el rabioso color de Brian Calvin, el imponente minotauro de Thomas Houseago, las formas cautivadoras de Rouy, la Dora Maar de Antonio Saura y la elegancia de Curtis conviven en un discurso en el que habla con fuerza una de las grandes obras de Picasso, Masacre en Corea, por la que ya solo merecería la pena la visita a la muestra. El lienzo no se había podido ver en España en los últimos 15 años.
"Estamos muy felices de inaugurar esta exposición que supone dar al público una posibilidad de ver cómo nuestro mundo artístico se pudo liberar de un peso, de la lucha de esos artistas del siglo XX para cambiar la forma en la que vivimos el arte", comenta Bernard Ruiz Picasso, nieto del artista y uno de los fundadores del museo. Con este gran proyecto, que se podrá visitar hasta el 31 de marzo y que se enmarca dentro del Año Picasso y el programa binacional de conmemoración entre los gobiernos de España y Francia, la pinacoteca celebra además su vigésimo aniversario.
Para su esposa y patrona de la Fundación, Almine Ruiz-Picasso, el malagueño "sigue vivo aunque muriera hace 50 años". Comenta la especialista que los artistas actuales "beben de muchas fuentes, pero es fantástico constatar que Picasso sigue vivo en sus obras", y apunta que algunos de los artistas presentes en el proyecto malagueño, que viajará tras su estancia en la ciudad a la Unesco, han sido seleccionados porque "algún día dijeron que Picasso les había inspirado".
La muestra ha sido organizada con la colaboración de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, con el apoyo del Musée national Picasso-París y la Comisión Nacional española para la conmemoración del 50º aniversario de la muerte de Picasso, Telefónica y la fundación la Caixa. Carlos Alberdi, comisionado del 50 aniversario, afirma que "Picasso es un símbolo de la libertad creativa, de la figura del artista como investigador y uno de los constructores de la mirada moderna, el homenaje y la revisión de su obra más que merecidos". Y El eco de Picasso es, dentro de las 43 exposiciones que se han celebrado o se van a celebrar en Europa y en América durante esta efeméride, "la que de una manera más clara incide en la influencia de Picasso en las generaciones posteriores a él".
Como explican los organizadores de la muestra, la exposición actúa como el eco en un recinto, explorando la experiencia visual de estas resonancias a través de préstamos excepcionales de obras de artistas desde la década de 1920 hasta la actualidad. No se trata, aseguran, de una catalogación exhaustiva, que sería inmensa ya que implicaría a la mayoría de artistas del último siglo. Más bien es "un viaje onírico a través de los ecos de los asombrosos experimentos de Picasso vivido por varias épocas, estilos y generaciones", apuntan.
El eco de Picasso hará posible que el público pueda repensar la obra del artista y "redescubrir a un Picasso actual, desvelado por la mirada de creadores de otras generaciones", indican los organizadores de la muestra que abre sus puertas este martes. Para la visita se dispone de un servicio de audioguía en español e inglés que incluye en algunos casos citas de los propios artistas. Además, el catálogo complementa la muestra con las biografías de los 55 artistas presentes, así como un texto de análisis del comisario, Eric Troncy, y un artículo del especialista en el genio malagueño, Michael FitzGerald.
Como es habitual, el MPM, igualmente, organizará talleres para adultos en torno a algunas de las técnicas presentes en la muestra, así como un ciclo de conversaciones con artistas y expertos. También se recoge un amplio programa educativo para niños y familias y el programa de participación social dirigido a mujeres en situación de vulnerabilidad.
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