Nieves Rosales: "Para que la danza llegue solo hacen falta ganas de emocionarte y un corazón abierto"

La directora de la compañía Silencio Danza ha ganado dos Premios Lorca con su montaje ‘Las Furias’, estrenado en el pasado Festival Danza Málaga

La bailarina y coreógrafa malagueña Nieves Rosales en 'Las Furias'.
La bailarina y coreógrafa malagueña Nieves Rosales en 'Las Furias'.

Málaga/La coreógrafa y bailarina Nieves Rosales (Málaga, 1981) disfruta de un momento dulce. Los Premios Lorca han reconocido su arte con dos galardones, a la mejor intérprete de danza contemporánea y al mejor espectáculo por Las Furias, producción que estrenó el pasado octubre en el Festival Danza Málaga. Ahora espera que el espaldarazo que otorgan estos reconocimientos se traduzca en más funciones y más público en las salas. Porque, como dice la fundadora de Silencio Danza, la danza es cuestión solo de "dejarse llevar".

-¿Qué supone ganar el premio Lorca a la mejor intérprete de danza contemporánea?

-Es la segunda vez que me dan el Lorca en esta categoría. La primera tenía hasta dudas, pensé que se habían equivocado o que me lo otorgaban por ser la nueva. Así que haberlo recibido por segunda vez y en danza contemporánea supone la reafirmación de que el camino está más o menos bien hecho y que la primera vez no fue un error. Habían visto algo que sigue creciendo. Para mí ha sido muy importante como bailarina.

-¿Es reafirmar una coherencia en ese camino?

-Sí, totalmente. Yo llegué a la danza contemporánea bastante tarde. Cuando sentí que el flamenco se me quedaba un poco corto para todas las cosas que tenía que contar empecé a trabajar desde el contemporáneo. Pero, aunque de forma tardía, es cierto que con esta disciplina trabajé muchísimo y la hice mía. Creo que entre el flamenco y el contemporáneo hay un lenguaje que se ha definido a lo largo de estos once años y para mí es muy importante que se reconozca.

-Su obra Las Furias se ha alzado también con el galardón al mejor espectáculo de danza. ¿Cree que se ha entendido su mensaje?

-Las Furias es un espectáculo que va hacia la reivindicación dentro del universo femenino, de todas esas mujeres que han sido silenciadas a lo largo de la historia. Es un homenaje hacia ellas, pero también un agradecimiento por las que han luchado por nosotras, para que mujeres como tú y como yo hoy estemos donde estamos. Para mí ha sido muy bonito que le den el reconocimiento.

-Un premio que es para todo un equipo

-Sí, claro. Normalmente yo suelo trabajar solos de danza y en este espectáculo somos tres sobre el escenario, más José Carlos Cuevas que es el dramaturgo. Detrás de Las Furias hay un equipo que ha trabajado muchísimo. También es muy especial por todo el significado del espectáculo. Estamos en un momento difícil porque es verdad que hemos avanzado mucho como mujer en la historia pero tenemos mucho trabajo por hacer todavía.

-¿Llevar el sello del premio Lorca en el cartel ayuda a su programación?

-El Lorca que recibí hace unos años supuso un antes y un después y espero que estos dos Lorca supongan un impulso en la venta del espectáculo. Este año no voy a hacer producción nueva de danza, la apuesta de la compañía va a seguir siendo Las Furias, y espero que a nivel de difusión, de publicidad y visualización, los Lorca nos den ese poquito de aire. Siempre la venta es muy dura y llevar un aval como este es algo muy positivo.

Andrea Prieto, Carmen Romero y Nieves Rosales en el espectáculo.
Andrea Prieto, Carmen Romero y Nieves Rosales en el espectáculo.

-¿Está funcionando bien Las Furias desde su estreno en Málaga?

Sí, está funcionando bien. Después de Málaga hemos trabajado fundamentalmente en la provincia de Sevilla, que siempre me trata muy bien. Desde que empecé con Silencio Danza, trabajo en Sevilla muchas veces al año. Tenemos funciones allí, en Cádiz, y otras fechas que todavía están un poco en el aire. Nos ha ido muy bien.

-¿Seguirá en sus siguientes creaciones en esa exploración de los personajes femeninos?

-Seguramente sí. Aunque cada producción es diferente y cada espectáculo tiene un sentido distinto, creo que la labor que hago desde Silencio Danza tiene que seguir siendo esa. Me siento mejor conmigo misma, como mujer, cuando veo que empiezo a trabajar otra vez en el universo femenino. Sigo pensando que tengo mucho que aprender, me conflictúo mucho conmigo misma, es difícil llevar a la práctica todos los conceptos teóricos y tenemos en el ADN esos micromachismos o ese síndrome de la impostora que me hace cabrearme mucho conmigo misma. Montar espectáculos a partir del universo femenino me ubica mucho y me ayuda. Seguramente la siguiente producción gire de nuevo hacia el universo de la mujer.

-Le ayuda a usted y espera que tenga su efecto al otro lado, en el espectador...

-Claro. Si algo nos toca a todos son las emociones, todos sentimos más o menos de la misma manera, por eso funcionan bien los clásicos, porque hablan de lo universal. Con el tema de la mujer y la reivindicación social, esto es casi cíclico. Creo que si me ayuda a mí, si pongo esto sobre el escenario y para mí supone una reflexión, un debate interno y ciertas conclusiones, a poco que el espectador sea un tanto reflexivo puede caminar en el mismo sentido. Luego las conclusiones a las que lleguen serán tan diferentes como cada persona, pero creo que invita al debate, que es lo que intento promover.

-¿Sigue siendo complicado abrirse un hueco como coreógrafa y empresaria en los escenarios?

-Sí, sigue siendo difícil. Las artes escénicas, en general, son una carrera de fondo y la danza tiene, además, el añadido de que es un arte tan, tan subjetivo, que no suele o utiliza poco la palabra, que la gente tiende a no acercarse a la danza porque creen que no la van a entender. La danza tiene bastante poco público con respecto a otras artes. Pero el camino se está haciendo. Aún así me sigue pareciendo complicado trabajar desde la danza, como empresaria ya ni te cuento. Hay funciones que tenemos que seguir yendo a taquilla, casi cubrimos gastos pero no se saca beneficios... Todo el entramado empresarial sigue siendo muy difícil.

-¿Cómo se puede apelar a que el público se acerque a la danza?

-Les diría que se dejen llevar, que el arte tiene una función comunicativa y te llega o no. No necesito que el público que venga a verme entienda de técnica, lo que más me interesa es que se sienten, disfruten y se dejen llevar por lo que se les está proponiendo, que vengan abiertos a dejarse emocionar por la música, por la estética de lo que están viendo. No es tan difícil, se trata de entrar en unos códigos. Solo hacen falta ganas de emocionarte y corazón abierto para que la danza te llegue.

-¿Qué es lo siguiente en lo que está trabajando?

No tengo proyecto dancístico nuevo, pero sí que hay un proyecto de texto que estamos preparando para el Festival de Teatro de Málaga. Con la dramaturgia empezaremos en septiembre. Hice dirección escénica y quería retomarlo. Trabajando con José Carlos Cuevas en Las Furias nos entraron más ganas de colaborar, se puso el motor en marcha y tenemos una idea que está macerando. Me apetece mucho volver a dirigir texto, creo que voy a aprender mucho del proceso y me puede venir bien para futuras producciones de cuerpo. Lo cojo con ganas.

-¿La danza tiene fecha de caducidad?

Tengo 40 años, llevo muchos años como profesional y es verdad que el cuerpo no reacciona como antes. Soy consciente de eso y aunque sé que me quedan años todavía sobre el escenario y así quiero que sea, efectivamente los bailarines tienen una etiqueta con su fecha. Luego hay más caminos fuera del escenario, seguiré coreografiando y dirigiendo desde atrás, eso lo tengo claro, el escenario forma parte de mi vida en cualquiera de sus formas. Pero lo cierto es que el teatro de texto es algo que llevo pensando desde hace un tiempo.

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