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Málaga/Quiso el destino, o un plan improbable que finalmente salió a pedir de boca, que Antonio Banderas tuviera en su agenda este lunes un encuentro con el público en Málaga organizado por la Academia del Cine Español menos de dos horas después de que se anunciara su nominación al Oscar como mejor actor por su trabajo en Dolor y gloria, la cinta de Pedro Almodóvar que aspira también al Oscar a la mejor película internacional. Y aunque el cometido de Banderas era presentar la proyección del filme como candidato al Goya a la mejor película, el acto, celebrado en una abarrotada sala del Cine Albéniz de la capital malagueña (que una hora antes del comienzo ya estaba rodeado por una larga cola), sirvió, inevitablemente, para que el intérprete diese cuenta de sus impresiones respecto al órdago lanzado desde Hollywood. Su confesión fue inequívoca: "No me lo esperaba. Que pasara algo así era muy difícil".
"He vivido durante más de veinticinco años en Los Ángeles. Conozco bien el proceso que sigue una nominación al Oscar y sé que es muy difícil obtener una sin estar allí, que es justo lo que ha pasado. Por eso no me lo esperaba. Este año tomé la que creía que era la mejor decisión para mí, que era estar en Málaga con mi teatro, que es lo que a mí me gusta. Pero la gente de Sony me insistió en que también debía de estar allí, así durante los ensayos de A Chorus Line me trasladé hasta en tres ocasiones a Los Ángeles. Fue muy complicado combinar estos viajes con las funciones en el Teatro del Soho, con horarios distintos cada vez y un ritmo de trabajo muy severo. Pero todo esto ha dado sus frutos", explicó el malagueño, que logró acceder al Cine Albéniz tras romper una ingente barrera de reporteros gráficos y en compañía del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre y del director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar.
Banderas destacó la importancia "para la cinematografía española" no sólo de su nominación al Oscar, "también la de la película. Que Dolor y gloria haya conseguido esto no es menos difícil. Pero, al final, lo cierto es que Dolor y gloria ha logrado conectar de manera muy poderosa con el público. A través de una autoficción, Almodóvar habla de la posibilidad de cerrar círculos, de cerrar heridas, de reconciliarnos y de pedir perdón. Él lo hace desde una perspectiva familiar, pero lo que cuenta puede entenderse de muchas maneras. Y todo esto ha conectado muy bien con la gente. Por eso estamos ahora en esta nube, recibiendo premios y nominaciones: porque el público se ha sentido muy identificado con Dolor y gloria". Y no perdió Banderas la oportunidad de reivindicar la película con un dardo bien sutil: "El protagonista, al que interpreto, sufre un dolor físico, que luego se convierte en psíquico y que finalmente le sume en una profunda soledad. Hay otras películas en las que los personajes responden a esto a través de la violencia, pero la respuesta de Almodóvar se da a través del arte y la creación".
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