'Osgemeos': el universo amarillo de los hermanos Pandolfo en el CAC Málaga

Málaga/Todo empezó en São Paulo. Allí, en el barrio de Cambuci, entre fábricas abandonadas y campos de fútbol, los gemelos Octavio y Gustavo Pandolfo comenzarían a nutrir desde su niñez, allá por los años 80 y sin ser muy conscientes de ello, su personal estilo a través de artes como la música o la pintura urbana. Y que en la actualidad, en conjunto, componen la muestra Osgemeos, que se ha presentado este miércoles en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), constituyendo la primera exposición de los artistas en España.

La obra, de acusada impronta social, se marca, entre otros objetivos, mostrar la vida de calle que llevaron los artistas al otro lado del Atlántico, influida por la concurrencia de emigrantes y la cultura de barrio, y que poco a poco fue calando en sus adentros hasta convertirse en lo que es: una geometría variable entre el uso del color, con el amarillo como protagonista por su viveza; o el empleo de lentejuelas, a modo de detalles deslumbrantes. La experiencia cristaliza en 22 pinturas de cariz onírico, un mural instalado para la ocasión y un acompañamiento sonoro; lo que supone una mezcla inédita hasta la fecha en la historia de la pinacoteca malagueña.

En cuanto al proceso creativo, según comentan los hermanos, ha resultado un misterio desde sus inicios: "La relación que tenemos pintando no sabemos cómo es". "Cuando vivíamos con nuestros padres convertimosla habitación en un taller: sacábamos el colchón y practicábamos todos los días", ha comentado Octavio, dejando entrever el germen de sus intereses conjuntos, que también se reflejan en su técnica. Normalmente, uno de los dos comienza trazando sobre papel parte del dibujo que quieren representar para que a continuación el otro lo termine.

El comisario de la muestra, Fernando Francés, por su parte, ha querido destacar cuales resultan a su parecer las claves de la presentación: "Tiene que ver con cómo entienden el mundo. Me recuerda a Imagine, de John Lennon, que hablaba de eso: de tener un equilibrio y de que todos podamos vivir en paz", ha aseverado.

A lo que se une la querencia compartida de expresar su arte en lugares más o menos comunes: "Buscamos otras superficies, otros lenguajes; siempre hemos mirado la ciudad como un estudio. Porque São Paulo tiene una cosa muy curiosa: la costumbre del grafiti empezó siendo de noche, pero muy pronto cambió y los artistas pintaban durante el día, delante de todos. La gente empezó a entenderlo como una manifestación". Aunque su inspiración común, tal y como ha explicado Octavio, puede nacer prácticamente de cualquier disciplina, como la danza o la música, un aspecto que incluso les ha llevado a probar suerte como Dj.

"Es una exposición en la que conectan unos cuadros con otros: son como ventanas al universo paralelo en que vivimos. Es muy gratificante para nosotros", ha concluido Gustavo en nombre de ambos.