Wicked | Crítica
Antes de que Dorothy llegara a Oz: la historia de Bruja Mala
Es su última entrevista del día. Está en su casa de Madrid, un poco resfriado, confiesa. Pero atiende el teléfono con enorme simpatía y complicidad, como si fuese una conversación entre amigos que esperara con ganas. En medio minuto desaparecen los 500 kilómetros que separan a Pablo Alborán de su Málaga natal y comienza a explicar, con la ilusión de un niño con juguete nuevo, los líos de la promoción de su sexto disco. La cuarta hoja se publica hoy, aunque ya lleva tiempo adelantando algunas de sus canciones. Seguro las habrán devorado mil veces su legión de seguidores. El chico que empezó con una guitarra a autoproducirse sus temas ahora es un músico hecho y derecho con más de 12 millones y medio de oyentes mensuales. Y la rueda sigue girando.
-¿Se siguen sacando discos? Esto suena un poco al pasado…
-¿Verdad? Pues sí, pero qué bien poder hacer un disco y seguir sacándolo. No soy de los que están anclados en el pasado, acepto bastante bien el momento en el que vivimos, me parece que hay mil formas de hacer música y de consumirla, pero si se pueden seguir sacando discos porque la gente lo quiere, yo feliz. Hago discos con cajas, regalos, estoy muy metido en el diseño, lo hace mi hermano, y se crea todo con mucho mimo.
-Aunque ya ha hecho adelantos de este álbum.
-Claro, llevo adelantando el disco un año. En los dos últimos años todo ha sido un poco anárquico. Yo soy súper cuadriculado y organizado, súper exigente, y en este caso no he dejado de ser exigente pero sí es verdad que he hecho el disco de una manera muy anárquica, sin orden. Me preparaba para la gira de teatros en España y de repente me inspiraba y me ponía a grabar una canción en casa, como tengo el estudio aquí... Todo ha sido muy divertido… Que estés estudiando y preparándote para algo y de repente te surja la inspiración para un tema nuevo es una bendición, porque nos pasamos el día buscando inspiración.
-¿Y cómo ha sido la grabación del disco?
-Pues grababa el disco entre giras, luego hice colaboraciones con gente que no tiene nada que ver conmigo y sin ningún tipo de prejuicio musical tiramos para adelante, si salía bien y si no ya buscaríamos otra oportunidad, todo se ha ido haciendo de una manera muy liviana y divirtiéndome muchísimo.
-La cuarta hoja es su sexto trabajo de estudio. ¿Qué tiene para usted de especial?
-Sin que suene pedante y egocéntrico, es la primera vez que estoy satisfecho casi al 100% del disco. Normalmente no termino los discos, siempre me quedo con ganas de darle una vuelta de tuerca a algún tema, un arreglo, a alguna letra… y este disco, aunque mejorable siempre es, pero creo que está como tenía que estar en el momento en el que lo grabé. A parte de esto es un disco muy alegre, que habla de amor pero desde un lugar más liviano, no dejo de ser profundo pero no soy tan intenso. Celebro la vida, la amistad, es un disco que tiene un tema muy autobiográfico, A batir las alas, que habla de la rapidez en la que estamos metido en la industria musical, cómo seguir escribiendo en mitad de esa rueda… En la forma y en el contenido influye que lo haya grabado en movimiento.
-¿Fue muy distinto el anterior?
-El anterior lo grabé en pandemia, sin poder defender el disco personalmente, ni hacer entrevistas, sin poder viajar a otros países como suelo hacer, y este ya lo he promocionado en México, Latinoamérica o Estados Unidos. Este disco, La cuarta hoja, tiene otro color.
-Dice que es un disco muy positivo...
-El volver a estar en contacto con la gente, el volver a los ruedos, a la actividad, a poder cantar con el público cerca, volver a Estados Unidos después de seis años, a Latinoamérica, el poder estar en teatros emblemáticos, repetir fechas, ha habido mucho movimiento y mucha alegría y las canciones están impregnadas de esto. He hecho este disco gracias a la gente.
-¿Cómo surgieron las colaboraciones de este disco?
-Pues, por ejemplo, colaborar con Ana Mena, que es de Málaga y llevaba tiempo queriendo hacer algo con ella, me lo sugirió mi hermana. Escuchó un tema y pensó que le pegaría muchísimo Ana Mena, que no iba a perder nada con llamarla y podía darle otro rollo a la canción. Me dijo que sí sin escuchar el tema siquiera, es maravillosa y súper trabajadora. Con Leo Rizzi escribí el tema con él. Lo conocí en unos premios y me gustó mucho su forma de ser, su manera de vestir, de hablar, de ver la música, de cantar, de escribir, y surgió. Con María Becerra ha sido muy chulo, también. Fue de las primeras canciones que escribir y el puente del tema siempre me llevaba a un escalón más alto vocalmente, a hacerlo con una chica y empecé a buscar. Es una canción que tiene ritmos diferentes, entra dentro del reggaeton pero tampoco, y de la rumba, pero tampoco, tiene mi sello pero tiene otras cosas, pensé en María, que tiene una voz muy camaleónica. Todo ha sido muy libre, les he pedido que escuchen los temas y si sale bien y si no, pues también.
-La más reciente ha sido con Carín León. ¿Cómo fue el encuentro?
-Sigo mucho a Carín León desde hace dos o tres años, intentaba contactar con él pero no lo conseguía, ni yo ni mi mánager y de repente estoy en el Palau de la Música de Barcelona y en los stories de Instagram tras el concierto veo que ha estado allí. Había tocado con C Tangana en Barcelona y aprovechó y vino a verme. Le escribí corriendo y le pedí que volviera al día siguiente para darle un abrazo, para hablar y enseñarle el tema que había pensado hacer con él. Todo ha sido con esa magia y espontaneidad. Estoy súper contento.
-¿Qué es lo irrenunciable dentro de su sello particular?
-Las raíces y mi tierra están siempre muy presentes. Y mi forma de cantar está irremediablemente y afortunadamente ligada al flamenco, al sur, a Marruecos también porque mi madre es de allí, a la música folclórica, me gusta mucho la música francesa, la portuguesa, la música de raíz, la música mexicana… La raíz está muy presente en mi forma de cantar.
-Supongo que como la poesía para el poeta, componer será para usted la forma de verse dentro del mundo…
-Sí, de verme en él y de salirme también, de viajar y de escaparme, de desahogarme, de inventarte un mundo mejor. Yo creo que la música, tanto para el que escribe como para el que escucha, nos ayuda a retirarnos un poco de este planeta que, a veces, es un tanto turbio. También hay cosas muy bonitas aquí y en este disco procuro hacer un homenaje al presente y a las cosas buenas que nos da el estar vivo, que se nos olvida.
-¿Ese homenaje a las cosas buenas de la vida tiene que ver mucho con las renuncias a las que nos obligó la pandemia?
-Sí, no nos gusta recordarlo, lo hemos pasado muy mal, a cada uno en sus circunstancias personal y de un modo distinto, pero a todos nos ha tocado la fibra de un modo u otro. A mi sí me ha tambaleado. Aunque lo ha hecho en el buen sentido, porque se aprecia más eso de viajar, de poder encontrarte con la gente, de irte de gira… de pronto me hizo ver las cosas con su importancia, y quitarle a aquellas que no la tenían, claro.
-Echar a andar el disco es su proyecto a corto plazo…
-Sí, saco el disco hoy 2 de diciembre, el 3 estoy firmando, el 4 hago el directo de TikTok, que va a ser una actuación para presentar el disco y va a estar súper chula, llevamos preparándola mucho tiempo, y luego de gira, que la sacamos a la venta esta semana y va como un tiro. Estoy feliz, no me lo creo.
-¿Cuándo regresa a Málaga?
-Estaremos en el Marenostrum de Fuengirola el 20 de mayo.
-¿Y a medio y largo plazo, dónde y cómo se ve?
-Voy a ser súper honesto, no puedo estar hablando de un disco que celebra el presente y estar pensando en el futuro. Estoy súper pendiente del aquí y el ahora. Puedo hacer el ejercicio de imaginarme y me encantaría poder dedicarme a esto toda la vida, pero sobre todo el tiempo que me dedique quiero disfrutarlo como lo estoy disfrutando ahora. Ojalá pudiera alargar este momento que estoy viviendo tan feliz, creo que es de los momentos más bonitos de mi vida.
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