Pablo Alborán, la tierra prendida en la piel

El cantante llegó a su ciudad natal con su tercer trabajo, "Tanto" Las entradas llevaban semanas agotadas

Pablo Alborán hizo suyo anoche el Auditorio Municipal.
Tamara Harillo Málaga

03 de agosto 2013 - 05:00

A Pablo Alborán ya le avisaban sus fans por Twitter que el concierto en Málaga no iba a ser como los demás. Desde el lunes, cuando las primeras seguidoras hacían cola a las puertas del Auditorio Municipal para ver de cerca a su ídolo, la red social se revolucionaba con cada tuit que el cantante enviaba. "Málaga es mucha Málaga. Pienso dejarme la garganta como siempre" hacía presagiar que el joven cantautor se entregaría en cuerpo y alma en la cita de anoche con sus incondicionales.

En esta ocasión volvía con su tercer trabajo, "Tanto", álbum que consiguió ser el más vendido en España en el año 2012 y que le valió al artista su séptimo disco de platino. Tras el éxito cosechado en San Sebastián y Gijón, donde había recalado anteriormente con su gira de promoción que recorre todo el país y también había colgado el "no hay billetes", Pablo Alborán pisaba de nuevo suelo malagueño con las mismas ganas y los mismos nervios, decía, que un principiante.

Poco antes de las ocho se desató la locura en Cortijo de Torres, cuando las puertas del Auditorio se abrieron y las entusiasmadas fans se apresuraban a coger el mejor sitio posible para disfrutar del concierto. Ni un hueco libre quedaba para ver al malagueño en el recinto, que agotó las entradas para el espectáculo pocos días después de que se pusieran a la venta. En el tendido y en las gradas, miles de nerviosas admiradoras coreaban alguna de sus letras y su nombre, impacientes por que el espectáculo empezara pronto.

Y el artista quiso ser puntual con su cita. El malagueño, que celebró en mayo su cumpleaños encima de un escenario, comenzó el espectáculo al ritmo de Toda la noche tras una introducción de vídeo y luces en la pantalla gigante instaladas en el escenario. Pablo se lanzó incluso con los timbales, momento que el público agradeció con sonoros aplausos. Deshidratándome vino luego, con constantes gestos de cariño del artista hacia sus fans. Y fue en la tercera canción, Me iré cuando el ídolo por fin saludó a los suyos. "La carne de gallina", dijo mientras se tocaba el brazo. "Gracias por hacer esta noche inolvidable, os llevo en mi corazón". Aún faltaban más mensajes de amor: Málaga cayó rendida a sus pies cuando se escucharon los primeros acordes de No te olvidaré, una de sus más afamadas letras. "Yo no te olvidaré, Málaga" susurró al micrófono dulcemente el cantante ante los gritos de sus seguidores enloquecidos. A ella le siguieron títulos de igual renombre, como Yo no lo sabía o las canciones que lanzaron al éxito al artista malagueño.

Pero, por muy poco que lo desearan sus seguidoras, llegó el momento de la despedida; otra ciudad esperaba las canciones del malagueño, que, con un juramento de sal y limón como reza en su canción insignia, prometió regresar a la tierra que lo vio nacer. Aún así, no será la única vez que el artista cante para su tierra. La próxima cita del malagueño la tendrá a finales de este mes, cuando regrese a la provincia para repetir el "fenómeno fan" esta vez en Fuengirola.

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