Pata Teatro traslada su ciclo de clásicos al Colegio Prácticas Nº1
Después de cuatro temporadas en el IES Vicente Espinel, la compañía representará en julio 'Donde no hay agravios, no hay celos' de Rojas Zorilla
Málaga/De la compañía malagueña Pata Teatro, con dos décadas de trayectoria a sus espaldas y montajes adscritos a todos los palos (con especial éxito en el ámbito infantil y familiar; baste citar El árbol de mi vida, obra premiada en Fetén y todavía en gira cuatro años después de su estreno), se puede decir aquello de no sabían que era imposible y lo hicieron. Hace seis años, nadie daba un duro por la existencia en Málaga de un festival veraniego de teatro, con funciones al aire libre, que diera alas al repertorio de comedias del Siglo de Oro, en virtud de un modelo ampliamente compartido, de Almería a Almagro pasando por Sevilla, pero que por misteriosas razones parecía no tener hueco en Málaga. No obstante, Macarena Pérez Bravo y Josemi Rodríguez, responsables de la agrupación, decidieron hacer de Quijotes y poner en marcha un ciclo propio, con puntuales apoyos de instituciones públicas y patrocinadores pero desde la querencia más independiente. En 2012 llegó el primer paso con la representación de El perro del hortelano de Lope de Vega en el patio del Museo de las Cofradías, en la iglesia de San Julián. A partir de entonces, las cuatro ediciones siguientes se celebraron en otro patio monumental, el del IES Vicente Espinel (más conocido por el malagueñismo recalcitrante como Instituto Gaona), con funciones prolongadas durante un mes (de No hay burlas con el amor, El lindo Don Diego, La Celestina y Mucho ruido y pocas nueces, respectivamente) y una inestimable eficacia del boca a boca que terminó contando las representaciones por llenos, con una respuesta del público que vino a demostrar, en contra de los agoreros, cuánto echaba de menos Málaga una oportunidad así. En este 2017, Pata Teatro mantiene su ciclo Clásicos en Verano. Y lo hará del 1 al 31 de julio con Donde hay agravios, no hay celos, de Francisco de Rojas Zorilla, en una nueva sede que comparte con las anteriores su categoría emblemática: el patio del Colegio Prácticas Nº1, en la Plaza de la Constitución.
Así informa la misma compañía, que para su nuevo proyecto ha armado un reparto de intérpretes bien conocidos por los seguidores (que ya son legión) de los clásicos veraniegos de Pata Teatro: Carlos Cuadros, Josemi Rodríguez, Rocío Rubio, Andrés Suárez y Macarena Pérez Bravo componen un plantel menos nutrido que en envites anteriores aunque ampliamente solvente para estar a la altura del reto. El cambio de sede, eso sí, obedece a razones un tanto fortuitas: el IES Vicente Espinel continuará durante el verano la rehabilitación de sus instalaciones y la intervención excluía la posibilidad de que el patio acogiera nuevas representaciones. Finalmente, la compañía ha encontrado cobijo en otro enclave no menos espectacular: lo que hoy es el Colegio de Prácticas Nº 1 integró, junto al edificio que ocupa actualmente el Ateneo de Málaga, la sede de la Compañía de Jesús fundada en 1607, que posteriormente acogió la Escuela Náutica de San Telmo y la Escuela de Bellas Artes en la que ejerció de profesor José Ruiz y Blasco y en la que su hijo, Pablo Picasso, tomó sus primeras lecciones de dibujo. Ya en 1859, sin embargo, se instaló en el área en la que hoy se extiende el colegio la Escuela Normal de Magisterio. En cualquier caso, el nuevo escenario, con el privilegio que entraña su ubicación en la misma Plaza de la Constitución, contiene a priori ingredientes de sobra para que la reválida clásica de Pata Teatro se salde con todos los éxitos. La compañía informará próximamente sobre todo lo referente a la venta y adquisición de las entradas, pero lo mejor será que los interesados estén atentos a su página web, www.patateatro.com
En cuanto a la pieza escogida, Pata Teatro juega sobre seguro con Rojas Zorilla (Toledo, 1607 - Madrid, 1648) y su Donde hay agravios, no hay celos, una comedia de índole calderoniana que contiene todas las esencias (aunque de forma ya tardía en lo que al cómputo de influencias se refiere) del Siglo de Oro, con enredos, juegos de equívocos, venganzas y las suplantaciones de identidad que tan bien cunden, tanto tiempo después, en escena. La obra fue todo un hit en el siglo XVII y ahora amenaza con volver a serlo en esta Málaga, quién lo diría, de capa y espada.
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