La Phármaco devuelve a la danza su función sanadora con su nuevo 'Miserere'

La compañía de Luz Arcas celebrará mañana el estreno absoluto del montaje en el Cervantes, dentro del Festival de Teatro

Luz Arcas, ayer, en el Centro Pedro Aparicio, durante la presentación de 'Miserere'. / Teatro Cervantes
R. C.

04 de febrero 2017 - 02:10

Málaga/La bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas estrena mañana domingo en el Teatro Cervantes, dentro del Festival de Teatro, su reconstrucción danzada del folclore universal, un ambicioso y coral montaje con seis bailarinas de diferentes generaciones y estilos y tres músicos en escena. La coreógrafa malagueña y el poeta Abraham Gragera, aliado esencial en labores dramatúrgicas, han enfocado una mirada de antropólogo para describir en Miserere. Cuando la noche llegue se cubrirán con ella la relación entre la violencia, la fe, el folclore y la danza popular, concebida ésta como herramienta de cohesión comunitaria y elemento de orden. La compañía de ambos, La Phármaco, da el salto al Teatro Cervantes después de haber presentado sus anteriores creaciones en el Echegaray, y lo hace con una nueva pieza con la que tratan de devolver el carácter mágico, primitivo, arcaico y ancestral a la danza contemporánea. Tal y como explicó ayer Arcas en la presentación del espectáculo (del que avanzó un breve solo que sirvió de germen a las primeras escenas del montaje), el Miserere "retoma el sentido original del pharmakon que da nombre a la compañía: el chivo expiatorio que garantiza la seguridad de la comunidad. Frente a una concepción de la danza meramene estética, en La Phármaco queremos devolverle su utilidad social primigenia, una razón sanadora que quedó luego ensombrencida bajo la influencia de las religiones". La obra ha sido armada en los madrileños Teatros del Canal, en los que la compañía tiene residencia artística y en la que han trabajado con otros cómplices como el músico Carlos González.

Además de Arcas, en Miserere bailan Ana Catalina Román, musa y discípula del influyente William Forsythe; Raquel Sánchez, figura clave en la danza experimental española; Begoña Quiñones, bailarina clásica habitual en las producciones de La Phármaco, y las jóvenes y talentosas Elena González y Nadia Vigueras. Todas ellas han compartido una comunión artística forjada a lo largo de varios meses de trabajo: "Para diseñar las coreografías he partido de los cuerpos de que disponía", explica Arcas. El remedio está a punto.

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