Raíz negra, fuente callada
Raúl Rodríguez presenta hoy en La Térmica el documental 'Gurumbé', sobre los esclavos africanos que vivieron en Andalucía entre los siglos XVI y XX
Málaga/El estreno hace ya un par de años del documental Gurumbé. Canciones de tu memoria negra, dirigido por el jerezano Miguel Ángel Rosales (2016), causó un notable impacto en España, así como en los diversos festivales internacionales en los que fue presentado a partir de entonces con éxito, desde Nueva York a Sao Paulo pasando por Bruselas. Y el impacto, en gran medida, se debía a que la historia que Rosales se había propuesto narrar, la de los esclavos africanos que vivieron en Andalucía entre los siglos XVI y XX, es tan poco conocida en España (y Portugal) como incómoda en muchos aspectos. Aunque el episodio haya quedado soslayado en la memoria nacional, una parte importante de la población que fue traída contra su voluntad a la Península Ibérica desde África Occidental para su posterior distribución entre el Norte y Sur de América no llegó a marcharse, sino que anidó aquí, diseminada desde Lisboa hasta Valencia pero con una fuerte presencia en Sevilla y Cádiz, los puertos que ganaron el mayor esplendor comercial tras la conquista del Nuevo Mundo. Su destino, sin embargo, fue el mismo: la más absoluta esclavitud. Los datos hablan por sí solos: en torno al año 1700, Sevilla, Cádiz y Lisboa eran los principales mercados europeos de compraventa de esclavos. En Sevilla se contaban entonces 80.000 esclavos negros, mientras que el 15% de la población de Cádiz era de origen subsahariano. La esclavitud se abolió en España en 1821, pero siguió practicándose de forma clandestina incluso hasta los albores del siglo XX. Por más que los registros documentales sean abundantes, y que incluso queden testimonios artísticos como La mulata, el cuadro también conocido como La cena de Emaús y atribuido a Velázquez (quien presuntamente lo pintó durante su etapa sevillana, entre 1618 y 1622) que representa a una sirviente africana en una cocina, la oportunidad que entraña un proyecto como Gurumbé es enorme dada la ignorancia al respecto. De hecho, los malagueños interesados podrán ver la película hoy a las 19:00 en La Térmica con la presentación de uno de sus protagonistas: el músico y antropólogo Raúl Rodríguez.
En sus diversos proyectos musicales (como el grupo Son de la Frontera), pero especialmente en sus dos trabajos en solitario, Razón de son (2014) y La raíz eléctrica (2017), el sevillano Raúl Rodríguez (referencia clave en España de la música contemporánea de raíz, nunca mejor dicho) ha ahondado como pocos en la profunda huella que la música africana ha dejado en músicas populares americanas y españolas como el flamenco, donde palos como el fandango hacen referencia explícita ya en su etimología a un pasado africano. Esta huella procede justo de los esclavos andaluces, lo que, según apunta Rodríguez a este periódico, constituye una "dulce venganza, en tanto que de la inhumanidad que entraña la esclavitud creció un arte que impregnó la música popular en su acepción más amplia". Así, tal y como sostuvo ya en la ponencia Cinco fuentes de la cultura andaluza, presentada dentro del colectivo Asamblea Andaluza, "si tradicionalmente se señalan cuatro fuentes de las que emana la identidad cultural andaluza (la castellana, la morisca, la judía y la gitana), habría que añadir una quinta, que es la negra". El problema es que se trata de una fuente invisible "por cuanto la tradición negra no ha tenido acceso a la historia escrita. Se ha transmitido siempre de forma oral, principalmente a través de la música". Así, más allá del análisis histórico, Rodríguez (que tras su viaje a Mali el pasado mayo en busca de rastros musicales comunes celebrará una residencia musical de diez días a finales de este mes en Guinea Ecuatorial con el mismo fin) sostiene que "hay que poner la teoría en práctica. Y eso pasa por reescribir el mapa de la creación de todas las músicas reconociendo el protagonismo de la raíz negra".
Para Raúl Rodríguez, la historia de los esclavos afroandaluces que narra Miguel Ángel Rosales en Gurumbé "nos obligaría a reconsiderar nuestra perspectiva en relación con África. Y el valor del documental es poner esta historia en imágenes, con lo que podemos divulgarla de manera más eficaz. Las representaciones que nos quedan de aquella época nos hablan de herrajes y de grilletes, de un sufrimiento enorme que tuvo lugar en Andalucía; así como de una cultura muy rica que prendió en el Golfo de Guinea y que fue exterminada por los esclavistas y negreros. A tenor de todo esto, igual habría que plantearse algunas cosas. Porque hoy encontramos, también en el litoral andaluz, situaciones que podemos identificar como de esclavitud y que se dan de manera clandestina". Fuera mordazas, entonces, para la quinta fuente.
También te puede interesar
Lo último