Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Nuevo número de la revista 'Litoral'
Málaga/La culpa, en principio, la tiene Manuel Altolaguirre, que en 1926 publicó en los primeros suplementos de la revista Litoral (cuando aún a la Generación del 27, claro, le faltaba su identificación definitiva) su poemario Las islas invitadas, uno de sus libros más emblemáticos y una de las cimas de la poesía española del siglo pasado. Altolaguirre fundó precisamente Litoral junto a Emilio Prados y ahora son sus sucesores al frente de la publicación los que han decidido recoger aquel guante con un número, el 266 de la revista, que justo estos días llega a las librerías, dedicado por completo a las islas. Bajo la dirección editorial de Lorenzo Saval y con la complicidad del Centro Cultural de la Generación del 27, Islas propone un recorrido amplio y enciclopédico por las muchas modalidades con que tales territorios rodeados por la mar han inspirado a poetas, pintores, pensadores, narradores y creadores de la cuerda más diversa desde la Antigüedad hasta el presente: comparecen así, a modo de crucero bajo letrada brújula, las islas utópicas, míticas, paradisíacas, fantásticas, aventureras, ignotas, turísticas y espirituales. Y sorprende, tal vez, el modo en que, sobre todo por su naturaleza propicia al aislamiento (con evidente conexión etimológica), la soledad y el naufragio, tales accidentes geográficos han sido aprovechados por autores y artistas de tendencias a menudo contrapuestas para llegar a menudo a esos continentes llamados intenciones sorprendentemente parecidos. Como también es marca de la casa, el viaje, ya sea como exploración concienzuda o en el mero paseo hojeado tras la caída de la tarde, constituye un banquete editorial para los sentidos.
De este modo, las ínsulas extrañas a las que se refiriera San Juan de la Cruz terminan haciéndose en manos del lector insospechadamente acostumbradas, como si todo el mundo hubiera visitado alguna vez todos y cada uno de estos horizontes. Rafael Cámara Artigas firma el estudio introductorio, La isla más allá de sus costas, al que siguen otros artículos jugosos de los poetas Antonio Jiménez Millán (Citerea, isla mítica. De Watteau a Rubén Darío) y Ben Clark (El náufrago autoestopista). El resto de contenidos se distribuyen entre las Islas mitológicas (con versos y prosas de de Pablo Neruda, Platón, Lord Byron, Luis Alberto de Cuenca, Aurora Luque y Carlos Fuentes, entre otros), Insularidad (Alejandro González Luna, José María Micó y Alexis Díaz-Pimienta), Islas escritas (Ludovico Ariosto, Tomñas Moro, Rabelais, Cervantes, Shakespeare y su Tempestad, Poe, Collodi, Verne, Robert Louis Stevenson, H. P. Lovecraft, Aldous Huxley, Bioy Casares y Umberto Eco, ente otros), Islas invitadas (ManuelAltolaguirre, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Blas de Otero, Álvaro Cunqueiro, Odiseas Elitis, Jesús Aguado, Ramón Gómez de la Serna, José Emilio Pacheco y Fernando Pessoa, entre otros), Islas fantásticas (Seamus Heaney, Eduardo Galeano, Anatole France y Andrés Ibáñez, ente otros), Aisladas (Rafael Cadenas, Michel Houellebecq y Gioconda Belli, entre otros) y un abrumador Crucero con paradas localizadas geográficamente en los cinco continentes con escrituras recogidas de Emily Dickinson, Yorgos Seferis, Julio Cortázar, Pere Gimferrer, Emilio Salgari y Luis Eduardo Aute, entre muchos otros. Islas a la deriva, Islas de los malditos, Islas Cementerio y El séptimo continente completan los apartados literarios, mientras lo artístico transita de Eduardo Arroyo a Paul Gauguin pasando por Arnold Böcklin con igual asombro. Y mayor tesoro.
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