Salva Reina: "Málaga debe mirar a otras ciudades y aprender de sus errores para no morir de éxito"
La obra ‘Abre fácil’ se estrenará en la Cochera Cabaret el 5 de mayo poniendo en el punto de mira la ansiedad y algunos problemas de Málaga como ciudad
Salva Reina: "No voy a incitar a la gente a que sea infiel, pero sí está bien tener una vía de escape"
La Mari resucita Chambao: "Ya no me siento una impostora dentro de mi marca"
Málaga/Entre las paredes negras de la Cochera Cabaret unos focos ponían en contraposición dos escenas separadas por una gran caja marrón. Un mar de sillas plateadas vacías y numeradas hacían de público silencioso y atento ante las voces que retumbaban sobre la tarima del final de la sala. A un lado, unos inquietos Salva Reina y Álvaro Carrero, libreto en mano, se movían con soltura mientras que, al otro lado, las carcajadas de Natalia Roig y Roció Rubio hacían de banda sonora. La comedia había cobrado vida en forma de ensayo preparatorio para la función de Abre fácil, un corto reconvertido en teatro que se inaugura el próximo 5 de mayo en ese mismo lugar y permanecerá en cartelera hasta el 28 de ese mismo mes.
El guion convertía a los actores en personajes, que volvían a su ser entre pequeñas anotaciones del director y también actor de la obra, Álvaro Carrero. Con el ensayo terminado y con una tranquilidad pasmosa acompasada por sutiles risas que aún permanecen en las caras de los actores, el director explicaba el trasfondo de la comedia de situación que pone sobre las tablas: “Realmente trata sobre cómo una mujer se queda atrapada en su hogar con su hermana, que es muy peculiar, y con una pareja que está intentando meter un frigorífico en casa. Es un caos completo. Por eso la obra está dedicada a la ansiedad y al empeño de enloquecer ante una adversidad que, si te paras un minuto a pensar, se vuelve muy relativo y encuentras la solución. De alguna manera cuando escribí el corto fue terapéutico para mi”.
Todo el elenco asentía ante una verdad ineludible que salía de los labios del mismo: “La ansiedad es algo muy latente en la sociedad actual”. Una mirada cómplice entre el director y las dos actrices que protagonizan la obra pone en valor otro gran punto a tener en cuenta que el director destaca y que ellas corroboran: “Quería poner en valor el papel de la mujer no como la que sirve el chiste en bandeja al protagonista masculino, sino como la protagonista de verdad que hace reír al público”.
El caos desatado en el escenario, ya sin actores, se componía de algunos detalles que dejaban entrever pequeños atisbos de la vida de los personajes, como la barriga de embarazada sobre el sillón o el pequeño perro que se dejaba acariciar por uno de los rostros más conocidos de la comedia española, Salva Reina: “En esta obra también se habla de algunos problemas que vemos en Málaga, aunque sin intención de sacar ninguna moraleja o solución. Simplemente como realidad de la ciudad con la que la gente se siente identificada”, comentaba el actor apoyado en cada palabra por el equipo que le rodeaba y que, como ellos mismos decían, se sentían parte de la ciudad aunque no hubieran nacido en ella. Con el calor propio de la Costa del Sol azotando cada esquina, la ciudad se convierte en un personaje de tragicomedia con sus dos máscaras hechas pros y contras: “Es el lugar de moda, todos quieren venir aquí. Estamos proyectando una imagen muy chula al resto del mundo. Por eso creo que Málaga debe mirar a otras ciudades que han crecido de la misma manera para aprender de sus errores y no morir de éxito”, declaraba el actor sin perder ni un ápice de su simpatía.
Tras las puertas de la Cochera, el paso de los coches se convertían en el sonido por excelencia; el mar, que se vislumbraba lejos, se escondía tras las hileras interminables de edificios que ahora inundan Málaga; la gente corría de un punto a otro agarrados a sus móviles. El estrés se ha convertido en el telón de fondo de la obra de teatro más importante: la vida. “Como digo, al final todo tiene sus pros y sus contras. Los precios han subido y se ha puesto en debate precisamente con el tema de los alquileres; la gentrificación de la ciudad es evidente, y la situación laboral para los jóvenes es complicada. Tengo sobrinas y sobrinos jóvenes que están empezando a entrar en el mercado laboral, o aquí mismo en el teatro lo puedo ver”, aclaraba el actor, no sin aportar un grano de bondad en sus palabras: “Entiendo que las políticas que se crean y se ponen sobre la mesa están hechas con las mejores intenciones siempre para los malagueños, o así quiero pensarlo aunque algunas veces no las entienda del todo. Somos una ciudad muy turística y eso es fantástico, pero también tenemos que seguir creando cosas para que lo disfruten los propios malagueños”. Los ojos azules se clavaban en sus manos, que se impulsaban con unas palabras más que meditadas: “Ojalá supiera cuáles son las soluciones a estos problemas. Si las supiera haría lo posible por estar en el Gobierno para ponerlas en marcha”.
Las palabras se atropellaban en las comisuras de sus labios y se reflejaban en una mirada que de repente volvía atrás en el tiempo, a su propia juventud, a sus paseos por el Perchel con su madre y a cuando descubrió su vocación: “Es lo típico, pero actuar en inglés es play, como jugar. Para mi era totalmente eso, un juego. Recuerdo jugar al ‘poli ladro’ y meterme muchísimo en el papel de uno o de otro, no era sólo correr sino que disfrutaba de la fantasía, de crear el personaje”. Cuando la infancia quedó atrás y la vida adulta tocó a sus puertas, el teatro seguía en su corazón pero puso las miras en otros caminos por miedo a unas salidas laborales que al final llegaron solas: “Empecé ingeniería y he pasado por muchos trabajos muy distintos. Al final, he acabado cumpliendo mi sueño de ser actor y también el de crear una sala para todos los malagueños. Con 18 años no empecé por un poco de cobardía y al final la vida me ha ido llevando hasta aquí”. Con el camino ya recorrido y los pasos que le quedan por recorrer, alegaba a los que hoy viven esa inquietud hacia el futuro: “Ánimo. Nadie puede decirte qué tienes que hacer con tu vida. Tú siempre tienes la última palabra”.
Un futuro lleno de proyectos se abre ante el reconocido actor, que continuaba sentado en su pequeño lugar del mundo observando su propia vida y su profesión con un semblante algo más serio del que acostumbra a lucir, que desmonta con pequeñas sonrisas. Los guiones han ido pasando ante sus manos, convirtiéndole en numerosos personajes en la gran pantalla, en la televisión y en el teatro, siendo este último especial para él: “El teatro es mágico. Creo que si eres actor te tiene que gustar el teatro, aunque no tengo la verdad absoluta, pero es una conexión directa con el público, es un salto al vacío en cada función y es una de las cosas que más engancha en esta profesión”. Entre los libretos más conocidos, hay algunos que le gustaría haber tenido en sus manos y que en algún momento le gustaría interpretar, como él mismo explica: “Por lo general me gusta hacer papeles muy distintos. Eso sí, al no haber tenido una formación clásica no he tenido que enfrentarme a esos grandes clásicos del teatro y serían un reto muy gratificante para mi donde además creo que aprendería mucho”. Entre algunas carcajadas que rompe el silencio del lugar, la broma de interpretar a un Romeo con algunos años más de los que originalmente tenía el Montesco trae de nuevo unas palabras sobre ‘Abre fácil’: “Málaga es cultura y me alegra aportar mi granito de arena. Esta obra ha supuesto un gran esfuerzo a nivel personal, profesional y económico. Solo espero que la gente la disfrute y se ría tanto como nosotros”.
También te puede interesar
Lo último