Sergio Peris-Mencheta: "Generar nuestro propio contenido musical es apostar por una 'rara avis"
Del 3 al 5 de junio llega al Teatro del Soho el musical 'Castelvines y Monteses', bajo la dirección teatral de Sergio Peris-Mencheta
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Málaga/Prácticamente al mismo tiempo, Shakespeare en Inglaterra y Lope de Vega en España se inspiraban en un cuento del siglo XV para contar las dificultades de dos amantes de familias enfrentadas. De ahí nació la universal Romeo y Julieta pero también la menos conocida Castelvines y Monteses. El pasado 2021, se estrenó la adaptación de Sergio Peris-Mencheta y José Carlos Menéndez que llega la próxima semana a Málaga. Del 3 al 5 de junio se podrá ver este musical cercano y festivo en el Teatro del Soho Caixabank.
-Dice que Castelvines y Monteses es una fiesta del teatro, ¿por qué?
-El primer propósito que tuvimos cuando planteamos el proyecto fue el tratar de acercar a Lope de Vega a los más jóvenes, a esos que piensan que es una parte del temario de Lengua y Literatura. Yo que he sufrido las hordas de chavales en el Teatro de la Comedia que vienen a ver teatro por obligación, me apetecía plantearles un espectáculo más abierto, menos elitista, en el sentido intelectual de la palabra, no forzar al público a tener que entrar en un verso con el que le cueste sintonizar. Me apetecía hacer una fiesta del teatro, una celebración con el trasfondo de Lope. Intentar hacer un clásico de una manera distinta.
-¿Con el propósito de atraer a este público joven?
-Sí, y a toda la familia. Que fuera una función que atrajera a abuelos, padres y hermanos. En base a eso diseñamos un espectáculo musical y disciplinar, donde no solamente hay versos, también hay coreografías, bailan, trepan muros, los actores componen el cuerpo de baile y la propia orquesta, todos son músicos, cantan y bailan… quisimos hacer un homenaje al arte del teatro que permite esto, aunar diferentes disciplinas sobre un escenario.
-¿Por qué optaron por el género musical?
-El que fuera un musical nos lo hemos encontrado sobre la marcha. Yo siempre que trabajo con adaptaciones teatrales necesito encontrar a qué suena esta función. Luego puedo utilizar o no la música en la obra. En este caso, a medida que avanzaba, inspirado por la cultura italiana que he mamado en casa desde pequeño, terminamos decidiendo que podía ser un musical. Probamos a ver cómo casaba el verso de Lope con Domenico Modugno, Franco Battiato o Renato Carosone y lo hace muy bien. Y así lo dejamos, cruzando los dedos, la verdad. En la Compañía Nacional de Teatro Clásico podía suponer poco menos que una herejía hacer un espectáculo de esta índole, pero ha sido todo lo contrario. La recepción ha sido maravillosa y el público lo ha recibido muy bien. Los jóvenes no encendían el móvil en las dos horas y pico que dura la función.
-¿Por qué la tragedia de Shakespeare se hizo universal y la comedia de Lope no corrió la misma suerte?
-Para empezar habría que comparar el número de obras que escribieron ambos. Lope escribía como media función al día y Shakespeare creó 36 en toda su vida. Lo que está clarísimo es que Lope no se inspira en la obra Shakespeare. Si hubiera querido copiar, habría copiado lo mejor y creo que lo mejor de los personajes de Shakespeare son la nodriza, Mercucio… que no están en la obra de Lope. Nosotros nos inspiramos en la obra de Shakespeare también para adaptar algunos personajes, termino dibujando a un Anselmo muy parecido a Mercucio y acercando a Celia a la nodriza. Es más, creo que el primer acto de Castelvines y Monteses es mejor que el primer acto de Romeo y Julieta, sin lugar a dudas. Está mejor construido y es más divertido el relato de Lope que el de Shakespeare, plagado de casualidades. Lo que pasa es que luego el vuelo que toma la tragedia es brutal…
-¿Son dos obras muy distintas?
-Sí, el que espere ver Romeo y Julieta lo que verá es la versión mediterránea de esa historia en la que se inspiraron tanto Shakespeare como Lope, el cuento de Matteo Bandello.
-No se representaba esta pieza desde 2004... ¿Cómo ha sido retomarla?
-Pues se hicieron muy pocas representaciones de esa función y yo no llegué a verla. Descubrí el texto en 2015, me llegó a través de José Carlos Menéndez, coautor de la adaptación. Y me enamoró el carácter juvenil que tiene. Hemos tirado de un elenco eminentemente joven, es la única función en la que hemos hecho audiciones largas. Fueron varias etapas, hemos sido muy exigentes porque necesitábamos a actores que bailaran y tocaran instrumentos… También había que ver su capacidad de trabajar en equipo y entregarse a un proyecto común. Muchos de ellos han terminado siendo covers o en el último proyecto, Ladys Football Club.
-Ladys Football Club ha sido su aventura más reciente…
-Sí. Estrenamos hace un mes y medio en Bilbao, estuvimos en Pamplona, en Logroño... En Madrid hemos llenado todos los días, ha sido un éxito y ahora empezaremos a girar. Pasaremos también por Andalucía y estaremos en Málaga y en Sevilla. En diciembre volveremos a Madrid.
-¿Se trata de una reivindicación feminista?
-Es eminentemente una reivindicación feminista y pacifista. Es la historia de once mujeres que se rebelaron contra el sistema en la Primera Guerra Mundial. Salieron de sus casas para cubrir los huecos que habían dejado los hombres en las fábricas y decidieron montar equipos de fútbol. Fueron mujeres que llenaron estadios, eran portadas de los periódicos y nunca más se supo de ellas. En 1920 prohibieron los equipos femeninos, volvieron los hombres de la guerra y las metieron en casa otra vez. Es un homenaje también a nuestras abuelas, a esas mujeres que siempre estuvieron a la sombra de un hombre. Y es hacer justicia con la historia de estas trabajadoras que estuvieron en el apuntalamiento del sufragio femenino en la Inglaterra de principios del siglo XX.
-¿La apuesta está saliendo bien?
-Estamos apostando por un tipo de teatro que es una rara avis porque sí que hay musicales en España, pero son casi todos franquicias, van a tiro hecho. Se remontan tal cual están en Broadway o en los grandes teatros europeos. Tenemos esa tendencia. Esto no, es una apuesta por intentar generar nuestro propio contenido musical. No son musicales al uso, yo soy un director de teatro al que le gusta mucho incluir la música en sus espectáculos.
-¿Cuesta programar este tipo de espectáculos?
-Este tipo de espectáculos no caben en la Gran Vía porque no son franquicias y el Teatro piensa que no puede poner un precio de la entrada como suele, por encima de los 30 euros, que es el máximo que se suele pagar en Madrid. Pero, al mismo tiempo, son espectáculos que cuestan más que eso. Levantar un proyecto con 13 actores, con música en directo, con la escenografía móvil y súper orgánica que tenemos, que se usa y que es un personaje más de la función, pues no vale 30 euros. Obras como esta con tantos actores en escena pero que se representan en escenarios en los que no se hace teatro comercial es difícil levantarlas. Y ahora mismo estamos con dos proyectos de esa índole.
-Esto están intentando hacer en el Teatro del Soho…
-Sí, están intentado equipararse al teatro que se ve en Europa, en Estados Unidos y en las grandes ciudades. La apuesta es muy arriesgada, pero al mismo tiempo justa. Lo que se está pagando por la entrada para ver Company es el precio real de la entrada, lo que cuesta realmente si no está subvencionada, si no es un teatro público. Esto es difícil de hacer entender al espectador español, que está acostumbrado a pagar un precio que no equivale al precio de coste de la butaca. Si son más de cinco actores sobre el escenario, es muy probable que se esté pagando un precio muy por debajo de su coste real. Por eso no estamos acostumbrados a ver montajes con más de cinco actores, porque se encarece mucho el proyecto. Es una especie de círculo vicioso del que están intentando sacarnos Aurora Rosales y Antonio Banderas con el Teatro del Soho. Están queriendo apostar y hacer teatro en su más amplio sentido. Que el público vaya a ver calidad y pague por ella.
-¿Se tiene que seguir tirando de subvenciones?
-Sin subvenciones, dado como está el sistema, compañías productoras como Barco Pirata no podrían subsistir, ni la nuestra ni ninguna. Necesitamos las subvenciones porque las ayudas llegan solo por esa vía. No nos han ofrecido otra manera de gestionar según qué espectáculos. Si no nos vemos avocados a hacer montajes de dos o tres actores en escena porque es lo que puede girar y caber en un teatro privado.
-Como actor, ¿en qué anda?
Acabo de terminar el rodaje de una película en Londres, la segunda parte de Megalodón, hago del malo malísimo, pegándome todos los días con Jason Statham. Terminé de rodar en Los Ángeles la quinta temporada de Snowfall, que llevo rodando desde 2015 y este año hago la sexta y última temporada. Y se va a estrenar en pocos días un proyecto que rodé el año pasado sobre la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, que se llama Sin límites. También interpreto al malo, hago del capitán Cartagena.
-¿Está bien hacer de malo?
Sí, es una buena manera de exorcizar y de expurgar la mala leche de uno mismo. Hacer de malo es muy terapéutico, la verdad.
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