Van Gogh o la danza de los sentidos
Exposición
La exposición multimedia instada en el Muelle Uno recibe una entusiasta respuesta del público malagueño en su primer fin de semana, con más de dos mil visitantes
Málaga/El primer motivo para la sorpresa nada más entrar a la exposición Van Gogh Alive tiene que ver con el movimiento: las imágenes creadas por el artista adquieren en las proyecciones un dinamismo armónico plenamente cautivador, y es esta suerte de danza, más incluso que el color y el tamaño de las reproducciones, la que cautiva con más fuerza los sentidos del visitante. La noche estrellada es aquí una constelación mecida a un cadencioso ritmo, mientras en Trigal con cuervos los pájaros alzan el vuelo y apuntan directamente al cielo. A partir de aquí, las imágenes se despliegan en cauces que abarcan todo lo abarcable en tres dimensiones para que quien se asoma a sus encantos quede, más que envuelto, incorporado a la magia. La muestra, que abrió sus puertas al público el pasado sábado en el Muelle Uno, donde podrá visitarse hasta el 9 de junio en la carpa instalada en el Paseo de la Farola, da así todo lo que promete como experiencia y seguramente mucho más. Este lunes tuvo lugar la inauguración oficial con la correspondiente presentación a la prensa de mano de la directora de la exposición, Elena Gorskova; y el director de exposiciones de Grande Exhibitions (firma productora de Van Gogh Alive), Rob Kirk. Ambos, de paso, confirmaron que la respuesta del público malagueño en los dos primeros días de andadura no ha podido ser más entusiasta, con más de dos mil visitantes registrados, lo que apunta a un nuevo récord de afluencia similar a los ya registrados en otras cuarenta y cinco ciudades de todo el mundo (incluida Roma, donde la muestra, instalada en el el Palazzo degli Esami, en el Trastevere, se saldó con tal éxito que la organización garantizó su regreso tras la clausura).
Calificar Van Gogh Alive de espectáculono es ni mucho menos descabellado, pues se trata justamente de esto: el espectador asiste a una función de una duración de unos 35 minutos en los que se proyectan más de tres mil imágenes en pantallas gigantescas, de seis metros de altura, distribuidas a lo largo y ancho de una superficie de ochocientos metros cuadrados. El concepto multimedia adquiere aquí un rango superior (no en vano insiste Gorskova en recordar que Van Gogh Alive es la experiencia multimedia más visitada del mundo) a través de la tecnología Sensory4, un sistema envolvente multicanal creado especialmente para la muestra que permite, con una fidelidad inédita, saltar dentro del cuadro. El recorrido de Van Gogh Alive se compone de tres salas: una primera parte de carácter didáctico en la que se repasa la vida del creador en un mural gigante, se detallan sus etapas en lugares como París, Arlés, Saint-Rémy o Auvers-surOise y se incluyen reproducciones de los cuadros "muy nítidas, hechas con una tecnología puntera". También se ha habilitado otra sala para que los visitantes más inquietos, especialmente los más pequeños, puedan dibujar. Finalmente, en la tercera sala, las obras de Van Gogh cobran vida y reservan al visitante una experiencia única. "Nuestra intención es ofrecer una experiencia muy distinta de la que se puede adquirir en un museo", explica Gorskova, y tiene razón: los amantes de la obra del neerlandés encontrarán aquí seguramente detalles que han podido pasar inadvertidos y, en todo caso, la posibilidad de admirarla desde una perspectiva única; en general, el público se llevará una impresión inolvidable respecto a las posibilidades del arte.
Tras la visita de Van Gogh Alive cuesta creer que Vincent van Gogh alumbrara estas imágenes en la más estricta soledad y fuera de la atención del mundo. En gran medida, Van Gogh Alive es un tributo tecnológico a la imaginación de un artista único, capaz de mover el mundo.
No hay comentarios