Vetusta Morla, el indie sobre todas las cosas
Los madrileños cerraron la segunda jornada del Andalucía Big Festival con un directo sencillamente espectacular
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Málaga/“Señores, señoras y señoritas, lo siento, no podemos tocar más”, dijo Jay Kay, el líder de Jamiroquai, que comenzó a tararear Livin' la vida loca. Ya eran las 00:30, la hora señalada para que los madrileños Vetusta Morla iniciaran su concierto en el escenario de enfrente. Pero los británicos no tenía ganas de irse. Tampoco el público quería dejarlos marchar y pedían, eufóricos, a gritos y silbidos cada vez más altos, otra canción.
Así que, rompiendo las reglas del juego, de la precisa maquinaria que reinó durante dos días, y fueron los únicos que se pasaron de su marca establecida. "Siento haber tardado tanto tiempo en volver, jodido Brexit, jodido mundo", dijo Jay Kay justo antes de marcarse un bis y, contra todo pronóstico, dejar en espera a los madrileños un cuarto de hora.
Con 15 minutos de retraso salieron al escenario Vetusta Morla, que comenzaron con Puñalada trapera para seguir con La Virgen de la Humanidad, dos de los primeros singles de su último disco Cable a Tierra, publicado el pasado año. "¡Buenas noches, Málaga! ¿Cómo estamos?", saludó antes de empezar con El hombre del saco. Pidieron palmas al público, que encantado le siguió el rollo para cambiar el paso a Golpe maestro, aplaudido con ganas al final.
"Muy buenas noches, es un gustazo estar de vuelta", dijo Pucho, el vocalista de la banda. Y explicó el significado de su disco. "Hay que tener la cabeza bien puesta, por eso este Cable a Tierra, ese que nos conecta con los seres queridos, con las raíces, con la música. Hemos venido a celebrar la vida, el amor y la música", comentó.
Hizo referencia a la guerra, al cambio climático, a que lo importante ahora es también lo urgente. "Tenemos que ser muy conscientes de lo que hay fuera para saber apreciar esto que tenemos aquí dentro", subrayó, reivindicativo, antes de continuar con Corazón de lava. A continuación, Maldita Dulzura. Finisterre y su sátira de los terraplanistas fue uno de los grandes éxitos de la noche. Y desde allí a Copenhague para obsequiar al público con un subidón más, que precedió a La vieja escuela.
En 23 de junio cantó "haz que este baile merezca la pena, yo haré lo propio con esta canción”, y pidió a la gente que bailara, "esta vez agarraditos a ser posible". Consejo de sabios fue el siguiente tema del setlist elegido para la cita malagueña. Tocaron después Palabra es lo único que tengo, otro de los temas de su último disco.
Con la roquera Te lo digo a ti hicieron saltar al público. Sálvese quien pueda brindó igualmente uno de los momentos estelares y Valiente puso todos los brazos en alto y las gargantas a prueba, igual que Saharabbey Road. "Bueno esto se está acabando", anunció y agradeció el trabajo a todas las personas que forman parte de la industria musical, que trabajan duro "para que salga bien este ritual que somos afortunado de vivir cada noche". Destacó el año tan duro que ha vivido el sector tras la pandemia y pidió "un fuerte aplauso para todos los que trabajan en este negocio".
Pero seguro de que es el público el que "concierto a concierto nos hace seguir aquí", su máxima gratitud fue a parar a las miles de personas que estaban vibrando con el directo de los madrileños. "Que le queden muchos años más a nuestro público favorito", rogó. Cuarteles de invierno y Los días raros, una verdadera catarsis celebrada con coros y aplausos, fueron las canciones elegidas para cerrar un concierto sencillamente espectacular.
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