Paseando por Roma XVII: Foro-Laterano, El Capitolio

El jardín de los monos

A comienzos de la Vía del Teatro di Marcelo hay dos grandes escalinatas que salvan el desnivel de la Colina Capitolina formando prácticamente una “V”

Paseando por Roma XVI: Foro-Laterano, del Coliseo al Capitolio

XVII Roma: Foro-Laterano (El Capitolio) / M. H.
Juan López Cohard

12 de noviembre 2022 - 06:00

Málaga/A comienzos de la Vía del Teatro di Marcelo, monumento que se divisa al final de la calle, hay dos grandes escalinatas que salvan el desnivel de la Colina Capitolina formando prácticamente una “V”: Scalinata dell' Ara Coeli por la que se accede a la Basílica di Santa María in Aracoeli, y la Cordonata Capitolina que desemboca en el Campidoglio que es la plaza diseñada por Miguel Ángel en la que se encuentran los Museos Capitolinos.

De la mano de nuestro cicerone Indro Montanelli comenzamos a subir hacia la Basílica: --Esta iglesia quizá sea la más sugestiva y entrañable de Roma. Cuenta una leyenda que la sibila Tiburtina, una ninfa profética llamada Albunea, que vivía en las fuentes sulfurosas de Tibur (Tivoli), se le apareció en sueños al emperador Octavio Augusto y le anunció que del cielo vendría un dios hecho hombre que reinaría en el mundo por los siglos. Augusto entonces tuvo la visión de una virgen en un altar con un niño en brazos y escuchó una voz que le decía: “Ecce ara primogeniti Dei” (Este es el altar del Señor del Cielo). Quedó impresionado y mandó construir, en el lugar donde se encontraba, un altar. De ahí viene el nombre de “Ara Coeli” (Altar del Cielo) de la Iglesia de Sta. María. En definitiva, que la basílica se construyó siglos después sobre un ara de Augusto.

La realidad es que en su lugar estuvo el templo de Juno Moneta, la diosa protector a de la ceca de Roma, después hubo una abadía bizantina, en el siglo IX, ya propiedad de la la Iglesia, se le entregó a los benedictinos y, posteriormente, a los franciscanos y, durante la Edad Media, s. XIII-XIV, en la llamada “experiencia republicana”, la basílica se convirtió en el centro de la vida religiosa y civil de Roma. Fue entonces, después de la peste negra que asoló Roma, cuando Cola di Renzo, personaje del que después hablaremos, mandó construir la escalinata de 124 escalones.

La iglesia di Santa María in Aracoeli

--La iglesia, que presenta una modesta fachada de ladrillo del s. XIII, esconde un suntuoso interior, con tres naves separadas por columnas reutilizadas, en cuya decoración intervinieron los mejores artistas de Roma. Es de destacar su rico artesonado, mandado hacer por el Senado Romano para celebrar la victoria en la batalla de Lepanto. Es la iglesia que acoge la devoción de las familias poderosas y adineradas de Roma. ¿Quizá porque está levantada donde estaba la casa de la moneda? Pero también goza de un gran fervor y devoción del pueblo llano por contener la imagen del “Santo Bambino” (s.XV), un Niño Jesús tallado en madera de un olivo del huerto de Getsémaní. Además, allí están las reliquias de Santa Elena, madre de Constantino, y como muestra del cariño de los italianos, por esta iglesia y por la difunta, en ella se celebraron los funerales de Rafaela Carrá, la simpática y querida cantante que tanta fama nos dio a los del Sur para hacer el amor.

Continuó Montanelli: --En los jardines, junto a la escalinata se encuentra una escultura de Cola di Renzo. Es curioso que este individuo tenga una estatua en Roma. Fue un notario papal y tribuno popular, pero sobre todo un importante “chalao” que, en el siglo XIV, quiso instaurar un gobierno parecido a la República Romana que llamó “El Buen Estado”. Después de pasar por libertador del pueblo, fue un tirano excomulgado por pagano y hereje. Huyó de Roma. Y volvió de nuevo, aclamado otra vez por el pueblo como libertador. Y nuevamente reincidió en su tiránico gobierno lleno de arbitrariedades y crueldad. Así hasta que provocó un levantamiento popular. Terminó siendo procesado y decapitado. Pero es que… ¡Estos romanos están locos! Que diría Asterix.

--La Cordonata Capitolina es la vía escalonada diseñada por Miguel Ángel en el s. XVI para dar acceso al Campidoglio. Está pensada para el tránsito de personas y de caballerías y presenta una increíble perspectiva de la plaza conforme se va subiendo por ella. Se abre con dos leones egipcios de basalto negro y mientras se va ascendiendo por ella se puede ver que arriba está rematada por dos enormes esculturas de los dioscuros Castor y Polux con sus inseparables caballos. Ambas proceden del Templo de los Dioscuros del Foro Romano. A su lado se colocaron los “Trofeos de Mario” cuya procedencia es la Fontana de la Piazza de Vittorio Emanuele II (donde nos encontramos la Puerta Mágica). Estos elementos escultóricos se colocaron después del diseño de Miguel Ángel.

La Piazza del Campidoglio

--La Piazza del Campidoglio -continuó Indro Montanelli- está enmarcada por tres edificios: El Palazzo Senatorio, construido entre los siglos XIII y XIV en el antiguo Tabularium romano (edificio donde se guardaban las tablas de bronce que contenían las leyes y actas oficiales del Estado), presenta en su frente una doble escalinata, diseñada por Miguel Ángel, en cuyo centro hay una fuente con una escultura de Minerva, diosa de la sabiduría y protectora de Roma, y los dioses Nilo y Tiber en cada uno de sus lados. Actualmente es el Ayuntamiento de Roma.

A la derecha se encuentra el Palazzo dei Conservatori, construido en la Edad Media sobre el Templo de Júpiter Capitolino, es del s. VI a.C. La fachada, remodelada por el genio renacentista, presenta dos plantas de pilastras gigantes de estilo corintio. Es la primera vez que se utilizaban este tipo de pilastras. Miguel Ángel las combinó con las columnas jónicas de la planta baja y las que enmarcan las ventanas de la planta alta, creando un juego con la balaustrada (que remata el edificio) y los elementos horizontales a fin de realzar la perspectiva de la plaza al enfocar hacia la fuente del Palazzo Senatori y a la torre con el reloj, (éste añadido posteriormente por Martino Longhi el Viejo).

Y, a la izquierda, el Palazzo Nuovo, construido a comienzos del s. XVII, que cierra la plaza por el lado de la iglesia de Santa María in Aracoeli. Su fachada sigue el mismo diseño del anterior palacio. Este Palacio, junto con el Palazzo dei Conservatori, albergan el Museo Capitolino.

Según Indro Montanelli, Miguel Ángel le dio una importancia enorme al eje central de la plaza buscando la perspectiva, que fue la gran protagonista del Renacimiento. Por ello centró la estatua de Marco Aurelio de forma que la Cordonata, que cierra la plaza por su frente, la estatua ecuestre, única de estas características que se conserva en Roma, y la fuente del Palazzo Senatori, estuviesen alineados formando dicho eje central. De esta forma consiguió darle mucha más profundidad a la plaza. --Ese diseño -según Montanelli- marcó el urbanismo posterior. Y no solo consiguió eso, sino que además, al ordenar la plaza más importante de la ciudad de espaldas al Foro Romano, como símbolo de dejar atrás el pasado y mirar al futuro, orientando su frente hacia la zona del Campo de Marte, consiguió que el centro de la Roma moderna se desplazara hacia dicha zona.

--Os diré como curiosidad que el papa Pablo III le encargó a Miguel Ángel la remodelación de este espacio, para impresionar al emperador Carlos I de España, ya que iba a ser el lugar elegido para albergar su desfile triunfal. Sabed también que la escultura de Marco Aurelio que se encuentra en la plaza es una reproducción de la original que está en el Museo Capitolino. Por primera vez una estatua se había situado en el centro de un espacio público, por lo que la plaza de Miguel Ángel marcó el diseño de lo que serían después las plazas y jardines monumentales, tal como hoy los conocemos.

Museo Capitolini

Entramos al Musei Capitolini por el Palazzo dei Conservatori. Nada más entrar, en el patio del Museo nos encontramos con otro pórtico presidido por la estatua colosal de “Roma residente”, una escultura griega del s. V a.C. restaurada en el s. II, en época de Adriano, como diosa de Roma. En el patio también se encuentras otros restos monumentales, tales como la “cabeza de Constantino” o un “Alivio del Sarcófago del Guerrero”.

En una inmensa y luminosa sala nos encontramos con la gran estatua ecuestre en bronce del emperador Marco Aurelio (la original) a la que aún le quedan restos del dorado primitivo: --La escultura sobrevivió -nos contó Indro Montanelli- porque en la época medieval se pensaba que representaba al emperador cristiano Constantino. Estuvo en el Palazzo de Letrán y en la Piazza del Campidoglio hasta que se le sustituyó por una copia y se trajo al Museo. El museo contiene muchas colecciones, de ahí que se le llame en plural “Museos Capitolinos”, tanto de arte romano como renacentista y barroco.

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