La adecuación total del Bellas Artes se aplaza al menos hasta finales de 2015

Si en Málaga hay una deuda histórica en materia cultural ésa es la que se mantiene con el Museo de Bellas Artes. La rica y extensa colección pictórica sigue archivada desde hace casi 18 años, justo desde que su anterior sede, el Palacio de Buenavista fue desalojada para convertirse posteriormente en casa del Museo Picasso. Y, por lo que se ve, la espera seguirá prolongándose, al menos, hasta finales de 2015. El nuevo calendario rompe la previsiones ya generosas mantenidas por el Ministerio de Cultura, que tras hablar de primero de finales de 2013, aplazó el paso a finales de 2014.

Sin embargo, todas estas referencias hay que tirarlas a la basura ante las últimas aportaciones del Gobierno central. Así consta al menos en una respuesta parlamentaria emitida firmada el pasado 21 de noviembre pero publicada en el Boletín del Congreso de los Diputados el 26 de diciembre. En el escrito, al que tuvo acceso este periódico, se concluye que dada la programación actual, "se considera que los trabajos de implantación expositiva y dotación de equipamientos necesarios para la apertura podrían estar terminados a finales del año 2015". Es decir, que la aproximación temporal que se realiza es para la culminación de las tareas previas a la puesta en funcionamiento de la pinacoteca, con lo que no es para nada descartable que tan señalado hito no se produzca, realmente, hasta principios de 2016.

La modificación de este escenario encuentra su justificación en la fabricación e instalación de la museografía y el mobiliario, cuyo coste se estima en unos cuatro millones de euros. Conforme a la respuesta oficial, la licitación de esta fase de la actuación tendrá lugar a lo largo de 2014, sin que se haga mayor precisión. De hecho, Cultura aplaza la formalización de este paso administrativo a la entrega del proyecto museográfico, adjudicado el pasado mes de marzo a la empresa Frade Arquitectos por 302.500 euros. La firma disponía de 25 meses para culminar su trabajo, plazo que no se cumpliría hasta principios de 2015.

Lo que pone de relieve la contestación del Gobierno es que los compromisos asumidos en sede parlamentaria por el Ministerio de Cultura no tienen base alguna. Cabe recordar que el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, apuntó a finales de 2014 para la apertura del Bellas Artes y acotada a una apertura parcial y por fases.

El diseño expositivo que finalmente se realice deberá encajar en la Aduana un puzzle nada sencillo, con más de 2.000 obras de arte y 15.000 piezas arqueológicas, según el proyecto museográfico que en su día presentó la directora del mismo museo, María Morente (que obedece a la propia evolución de la ciudad, desde comienzos del siglo XIX en lo que se refiere a la sección de Bellas Artes y desde la fundación fenicia respecto a la Arqueológica).

El tiempo transcurrido desde que se formalizó el primer paso para convertir el Palacio de la Aduana en Museo de Bellas Artes alcanza ya casi los seis años. Fue en junio de 2008 cuando el Gobierno contrató a la empresa Sacyr los trabajos de adecuación del inmueble, con un coste estimado de 23,6 millones de euros (casi 12 millones menos de los fijados en la licitación). Sin embargo, los trabajos no tuvieron inicio hasta 2009. El plazo de la proposición finalmente seleccionada era de 36 meses, con lo que tendría que haber estado culminado a mediados de 2012. Un hito que, grosso modo, se ha cumplido sin excesiva demora.

Pero en la línea de lo ocurrido con los plazos previstos para la puesta en valor de la colección del Bellas Artes y la sección arqueológica, el presupuesto final poco o nada tiene que ver con la cuantía de la adjudicación, que ya se sitúa en unos 34 millones, incluyendo la remodelación del entorno del Palacio de la Aduana.

Hasta que se abra definitivamente la nueva casa del Museo de Málaga sus fondos seguirán resguardados en la nave destinada a ello en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), instalación que la Junta de Andalucía acondicionó para su conservación. En los 1.400 metros cuadrados de esta estancia se conservan más de 2.600 obras, de las que 900 son pinturas, 350 grabados y 170 esculturas, además de creaciones de orfebrería, cerámica, mobiliario, pinturas murales y un fondo bibliográfico de 450 volúmenes.