Una apuesta por la Trinidad

Arquitectura

Eduardo Rojas Moyano lee de manera contemporánea las casas corralas en el edificio San Pablo, 47 viviendas de riesgo

El patio central del edificio San Pablo, su corazón.
El patio central del edificio San Pablo, su corazón.
José Luis García Gómez

06 de diciembre 2008 - 05:00

En plena Trinidad es donde se la ha jugado Eduardo Rojas Moyano, porque en una trama urbana de marcado carácter histórico este arquitecto -profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Málaga- ha leído con mirada contemporánea las casas corralas que ocupaban la barriada en el siglo XVI. Las 47 viviendas del edificio San Pablo conviven alrededor de un patio central cruzado por pasarelas con tramex -elemento constructivo que usó con profusión en el Mercado Provisional, "es que me encanta, cambia según la luz y puede dar sensación sólida o casi transparente", explica Rojas-.

"Me gusta más lo vacío que lo lleno, y este patio es como si fuera un bloque sólido que yo hubiese horadado", comenta el arquitecto, que afirma que lo que más le interesa de este edificio "son los recorridos espaciales en el patio". San Pablo es un pequeño bloque medianero en la calle Trinidad, 47 viviendas -de tres tipologías: estudios y piezas de uno y dos dormitorios- se reparten en un edificio de bajo, dos plantas sobre rasante y bajocubierta, además de dos plantas subterráneas. Para Rojas, este proyecto es "una apuesta por la Trinidad que hacen el promotor, la constructora y yo mismo", y es que desde el principio se asumió la intención de usar un lenguaje arquitectónico contemporáneo que hiciera uso del planteamiento que recomienda el PEPRI: la casa corrala.

Dentro de la modestia del programa -obra de las promotoras Desarrollo Urbano de Málaga 2004. S.L. y Progestión Málaga S. L.-, San Pablo cuenta con algunos lujos como el mirador acristalado que corona el edificio, visible desde el patio: "Es un recurso a modo figurativo, como un ojo, un elemento que observa", cuenta el arquitecto Eduardo Rojas Moyano, autor del proyecto.

Todo lo que tenga que ocurrir en este edificio pasa por su patio. Una característica particular del proyecto es el cerramiento de los accesos a las viviendas, que según se quiera pueden ser totalmente abiertos o cerrados. "Hago unas casas de tal naturaleza que se cierran y se abren", analiza Rojas.

Si el interior es arriesgado y marcadamente contemporáneo, su exterior busca cierto anonimato, de una forma muy premeditada y humilde. "En el fondo de la calle está la iglesia de San Pablo, así que la fachada es lo más sencilla posible para que destaque la iglesia. Por otro lado, tiene huecos y salientes, además de un juego con las ventanas, que forman un homenaje a Otto Wagner", descubre Rojas. Así, se respeta la torre, que se percibe sea el referente iconográfico más importante del barrio.

Este riesgo casi invisible es una de las piezas que deben rejuvenecer una trama de la ciudad que ha sido destrozada en las últimas décadas, y que en los últimos años parece recuperar el aliento, aunque hasta ahora sólo por las promociones públicas. El edificio San Pablo debe servir de ejemplo de que en la Trinidad se puede construir bien.

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