El arquitecto Francisco Peñalosa muere sin ver concluido el Echegaray
El que fuera dos veces decano del Colegio de Arquitectos y uno de los profesionales más reputados de la ciudad falleció ayer en su estudio de La Malagueta, de un posible infarto, a los 66 años de edad
Como todas las muertes que llegan antes de tiempo y aparcan proyectos por cumplir, ésta deja al arquitecto segoviano Francisco Peñalosa sin ver concluida su última obra, la recuperación del antiguo cine Echegaray para convertirlo en un emblemático y moderno espacio escénico, el sueño incumplido de quien también fuera un brillante escritor y articulista de Málaga Hoy desde 2005. Ayer, a los 66 años y después de visitar los trabajos -ya muy avanzados- en el futuro teatro, Peñalosa falleció en su estudio de La Malagueta. Al parecer, un infarto se llevó la vida de un hombre "con una clase extraordinaria, una especie a extinguir", según sus amigos más cercanos, como el también arquitecto Salvador Moreno Peralta.
Después de estudiar Arquitectura en Madrid, vino a Málaga en 1972. Aquí, totalmente integrado en una sociedad que era capaz de diseccionar con el mismo cariño que ironía, comenzó una carrera profesional que tiene como hitos "la manzana de la plaza de las Américas y un edificio frente a la estación Vialia", resaltó ayer Moreno Peralta, opinión compartida por Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo Superior de Arquitectos de España y también amigo de Peñalosa. Académico de San Telmo, fue dos veces decano del Colegio de Arquitectos durante la década de los 80. "Transformó al colegio en una institución puntera culturalmente hablando, algo que no se ha vuelto a repetir", dijo Moreno Peralta. No sólo supo traer a Málaga a nombres principales de la arquitectura sino que supo convertir el centro en el principal punto de encuentro de la movida artística malagueña junto a Tecla Lumbreras.
Detrás del proyecto del Echegaray llevaba más de cinco años. Aunque también firmó el proyecto con César Olano y Moreno Peralta, Peñalosa era el que realizaba, sobre todo, el trabajo de seguimiento. "Tenía una simpatía desbordante y una gracia tremenda, como los grandes escritores y humoristas de los años 40 y 50, fue un vividor en el mejor sentido de la palabra", recordó emocionado su amigo Moreno Peralta.
"Era un hombre comprometido con la ciudad y la Arquitectura", destacó Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo Superior de Arquitectos de España. "La suya era la posición de un libre pensador de tono progresista, la de un arquitecto crítico", añadió Pezzi, quien no pudo olvidar que "tuve el honor de que apadrinara mi libro sobre García de Paredes", desde su posición de decano del Colegio de Arquitectos.
Una de las paradojas en la carrera de este arquitecto segoviano, cuyo compromiso con Málaga es señalado por todos los que le conocieron, es que tanto una de sus construcciones predilectas, el silo, como su mejor obra propia, los América Multicines, también han desaparecido.
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