Un siglo de arte español, al desnudo en el Museo Carmen Thyssen Málaga
'Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970)' puede visitarse hasta marzo de 2025
El Museo Thyssen de Málaga presenta la exposición 'Desnudos', en imágenes
"El número de desnudos que pinta un país indica el nivel de represión que sufre", decía el escritor y psiquiatra español Luis Martín-Santos. La desnudez se ha visto como la representación de lo erótico, pero también de lo natural del humano y, en muchas ocasiones, se ha censurado en el arte. Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970) es la exposición del Museo Carmen Thyssen Málaga que explora la evolución del desnudo como catalizador del arte moderno en 100 años, periodo en el que se refleja la liberación progresiva del cuerpo en la fotografía, la pintura y la escultura. Puede visitarse hasta el 9 de marzo de 2025 y reúne 86 obras de 54 artistas, entre los que destacan Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró.
En palabras de la directora artística del museo, Lourdes Moreno, esta muestra no se limita a recopilar un inventario de desnudos, sino que "analiza la transformación estética y conceptual del cuerpo en el arte español como eje de la modernidad". La exposición propone un recorrido heterogéneo y abierto a la interpretación del visitante, invitando a reflexionar sobre temas como la belleza, el canon artístico y la constante metamorfosis de las formas de representación. La bienvenida la dan Pablo Picasso, "antes de ser Picasso", y Salvador Dalí, con su reinterpretación de Las señoritas de Aviñón.
La muestra contnúa con una serie de piezas académicas, donde "el dibujo prevalece sobre el color", reflejando la tradición de representar cuerpos desnudos como ejercicio académico. Según la directora artística, la maestría en el dibujo del cuerpo desnudo era esencial para luego vestirlo. Por el contrario, la obra "revolucionaria" de Dalí marcó una ruptura radical con los cánones clásicos de belleza, armonía y claridad. Se trata de un viaje a través de diferentes corrientes artísticas a lo largo de un siglo, donde el desnudo dejó de ser una alegoría a la divinidad para convertirse en un cuerpo real. Este enfoque permite ver cómo los artistas españoles rompieron con los prejuicios morales y académicos, contribuyendo a la transformación del arte y la percepción del cuerpo humano.
Entre las obras destacadas se encuentra una pintura de Julio Romero de Torres que rompe con la representación tradicional de la mujer como diosa, retratando a la cuplista Raquel Meller. Esta obra reafirma cómo el arte del siglo XX despojó al desnudo de su carácter divino, acercándose a la representación de mujeres reales. También se encuentran piezas como Desnudo de frente, de Ignacio Pinazo; Viejo al sol, de Mariano Fortuny y propuestas más abstractas y modernas, como una litografía de gran formato de Joan Miró y la pintura Ágata, de Antonio Saura, dando cabida a todos los estilos que convivieron entre 1870 y 1970.
El museo ha buscado hacer una balanza de género, incluyendo no solo pinturas que retratan a mujeres, sino también a hombres desnudos. También hay presencia de mujeres artistas como Teresa Condeminas, Maruja Mallo y Menchu Gal, que aportan una perspectiva femenina en un ámbito que históricamente ha sido limitado o relegado a un segundo plano. Pese a las restricciones impuestas por la academia, lograron dejar su huella en la historia del desnudo en el arte, tal y como cuenta Lourdes Moreno. Ejemplo de ello es Desnudo de mujer, de Aurelia Navarro, que creó en un guiño a la Venus en el espejo de Velázquez.
A lo largo del recorrido de la muestra se entrecruzan imágenes de cuerpos desnudos que van desde lo recatado hasta lo irreverente, la belleza idealizada frente a la fealdad, y la presentación de cuerpos humanos y maniquíes, en una oda a la diversidad del cuerpo en el arte. Todo esto bajo el marco de los cambios históricos, sociales y políticos de España, desde el siglo XIX hasta el franquismo. Se muestran obras que, aunque vinculadas a la tradición académica, comienzan a desafiar las normas establecidas, como el realismo crudo de Fortuny, influenciado por el barroco español. De igual manera, el retrato de mujeres poderosas, como La Oterito en su camerino, de Ignacio Zuloaga, que muestra a una cantante orgullosa de su cuerpo, alejada de la divinidad.
En la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Carmen Thyssen Málaga se pueden apreciar novedosas aportaciones de pintores como Gabriel Morcillo, Gregorio Prieto o Juan Hidalgo. Asimismo, se exponen obras de escultores como Eduardo Chillida, Mateo Inurria o Julio González. La exposición ha sido organizada por Bárbara García Menéndez y Alberto Gil, del Área de Conservación del Museo Carmen Thyssen Málaga, con la colaboración de más de cuarenta instituciones y colecciones públicas y privadas. Además, se ha editado un catálogo con textos de reconocidos especialistas en la materia como Carlos Reyero y Estrella de Diego, que profundizan en los temas abordados por la exposición.
La directora artística ha señalado que es un proyecto "muy especial" para el museo y que este catálogo es una "aportación a la bibliografía española, bastante escasa, sobre el género del desnudo". El conservador general de la Colección Carmen Thyssen, Guillermo Cervera, ha asegurado que la muestra explica el arte "bajo un prisma poco habitual" y que hayan participado 45 prestadores es algo que el visitante no sabrá, pero que es una "brutalidad conseguirlo con las particularidades que tenemos a la hora de prestar obras". Por su parte, la concejala delegada de Cultura y Patrimonio Histórico, Mariana Pineda, ha indicado que se trata de una "reflexión sobre la unión de la belleza, el arte y la creación de diferentes épocas": "Espero que el público responda desde ya acudiendo a las salas".
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