Arte en Málaga para mitigar la sed

Exposiciones

Este mes de agosto los principales museos de la capital de la Costa del Sol mantienen su temporada alta con propuestas para todos los gustos a la vez que ultiman los preparativos para la próxima temporada expositiva

Pedro Mañach, el primer marchante de Picasso

09 de agosto 2024 - 19:48

Desde que los museos ejercen el santo y seña de la cultura en Málaga, la temporada alta del ramo coincide con la del turismo en los meses de mayor canícula. Así, particularmente en agosto, cuando las temporadas escénicas y musicales andan a buen recaudo y la mayor parte de los festivales más afamados han celebrado ya sus correspondientes ediciones, la posibilidad de disfrutar una buena exposición se convierte en una alternativa excepcional al tedio o a otros atractivos que ofrece la ciudad en este tiempo, como su multitudinaria Feria de Agosto. Al mismo tiempo, los museos y centros de arte ultiman ya las propuestas con las que darán contenido a sus salas la próxima temporada, a partir de septiembre. Y, tanto en clave presente como respecto al futuro inmediato, Málaga resuelve su oferta, a tenor de su espíritu más fidedigno, a caballo entre el canon histórico de las artes plásticas y visuales (con Picasso, claro, como gran protagonista, aunque no se trata, ni mucho menos, del único personaje de esta función) y la creación contemporánea, seguramente donde más sorpresas podrá encontrar el visitante. Va aquí, de esta manera, un repaso a lo que se podrá ver en Málaga en lo que queda de verano y lo que se podrá disfrutar inmediatamente después, en los primeros compases de un curso donde, de nuevo, habrá en juego mucho más que la afluencia turística.

Corresponde, para empezar por el principio, detenerse en la exposición que más ha dado que hablar este verano y la que, seguramente, mejor carta de presentación puede ofrecer a día de hoy en la Málaga de los museos: De Rafael a Bacon, la muestra con una selección de obras maestras de la Colección Abelló que la Fundación Unicaja acoge en su Centro Cultural en Málaga (en el Palacio del Obispo). A quienes no la hayan admirado aún, les conviene no dormirse en los laureles: la exposición llegará a su término el próximo día 18, pero vale la pena dejarse caer a lo largo de esta próxima por este festín para el que no hay muchos precendentes en la misma ciudad andaluza. La selección es ajustada, pero impecable, con un repaso a la historia del arte a través de obras de Francis Bacon, Miquel Barceló, Fernando Botero, Georges Braque, Picasso, Paul Cezánne, Zurbarán, Murillo, Ribera, Marc Chagall, Salvador Dalí, Edgar Degas, Lucian Freud, Paul Gauguin, Goya, El Greco, Juan Gris, Antonio López, Édouard Manet, Rothko, Modigliani, Rembrandt, Matisse, Warhol, Rafael Sanzio, Gerhard Richter, Van Gogh y muchos otros. Sin respeto a la cronología (la puesta en escena coloca la abstracción de Mark Rothko entre Ribera y Berruguete, y funciona), la exposición abarca seis siglos de creación para abordar una aproximación a la historia de la pintura, una tentativa de reunir la mayor muestra del talento humano en la discreción pedagógica de un gabinete. Especial mención merecen las obras nunca antes exhibidas en España de artistas como Rafael y Gerhard Richter, pero, en cualquier caso, la visita a este tesoro resulta del todo imprescindible.

Emblema justo y necesario de la Málaga museística es el Museo Picasso, cuya colección, recientemente renovada bajo el lema Estructuras de la invención. La unidad de una obra, brinda una mirada igualmente íntima y cómplice a Picasso desde las líneas fundamentales de su intuición artística. Pero, además, el centro presenta dos muestras de notable interés: la retrospectiva de María Blanchard, Pintora a pesar del cubismo, celebrada como la más importante exposición de la artista celebrada en España que, a modo de reivindicación de la pionera del cubismo, tristemente olvidada durante demasiado tiempo, podrá verse hasta el 29 de septiembre; y Europa 1966-1967, una abultada selección de las imágenes que el fotógrafo estadounidense Joyel Meyerowitz tomó durante su estancia a este lado del charco en el periodo indicado, con un protagonismo altamente ilustrativo de Málaga, donde el artista tuvo su arcadia particular durante un buen puñado de meses en aquella España atrasada que soñaba entonces con sacudirse el lastre más regresivo del franquismo (las fotografías de Meyerowitz podrán disfrutarse todavía durante una buena temporada, hasta el 15 de diciembre). Por su parte, el Museo Carmen Thyssen también combina pintura y fotografía para satisfacer a sus visitantes: Modernidad latente brinda otro abrumador repaso a la aportación de la figuración española a la vanguardia del siglo XX, con obras procedentes de la Colección Telefónica de artistas como Juan Gris, María Blanchard, Daniel Vázquez Díaz, Francisco Bores, Picasso, Óscar Domínguez, Benjamín Palencia, Godofredo Ortega Muñoz, Juan Manuel Díaz-Caneja, Delhy Tejero, Carmen Laffón, Menchu Gal, Manuel Ángeles Ortiz y Antonio López (en cartel hasta el 8 de septiembre); mientras que Material provocativo para pensar reúne parte de la colección de fotografía japonesa contemporánea de la colección de José Luis Soler Vila, un revelador paisaje con instantáneas de referentes como Araki, Tomatsu, Hamaguchi, Nishimura, Hamaya, Hosoe, Ishiuchi, Kawada, Moriyama, Nakahira y Sato, entre otros, vigente hasta el 13 de octubre.

Otro de los ases de la temporada estival malagueña se lo guarda el Museo Ruso con Utopía y vanguardia, una jugosa selección de obras de la histórica colección de Georges Costakis, procedentes del Museo de Arte Moderno de Salónica, que reunirá hasta marzo de 2025 obras de Malévich, Liubov Popova, Ivan Kliun, Gustav Klucis, Mikhail Larionov y Pável Filonov entre otros maestros del arte ruso. El mismo centro de la antigua Tabacalera malagueña ofrece también estos días, entre otras propuestas, las obras de la colección de arte ruso de José María Castañé y la recreación del Guernica picassiano a cargo el artista malagueño Julio Anaya Cabanding. Mientras tanto, el Centro Pompidou Málaga mantiene también hasta marzo de 2025 su semipermanente Place-ness. Habitar un lugar, con obras de Gerhard Richter, Charles y Ray Eames, Fernand Léger, Victor Brauner, Giuseppe Penone, Hamilton Finlay, Lucien Clergue, Bill Brandt, Wi

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