Una biografía recorre los 30 años de Loquillo, su música y su tiempo
'Loquillo. Rock & Roll Star' se presenta "como el reflejo de una España concreta y sus personajes", según el cantante
Pertenece a la primera generación española de compositores de rock que después de treinta años sigue en activo. Una trayectoria, la de José María Sanz Loquillo, que ahora recorre un libro biográfico, y que está por encima de géneros y del devenir de los años. "Amo el paso del tiempo", afirma. Loquillo. Rock & Roll Star es la biografía que recoge la historia del ecléctico artista. Un recorrido que parte de su niñez y transita por treinta años de trayectoria, a través de fotografías, del Loco y ajenas, y del testimonio de aquellos que de un modo u otro han sido testigos de ese camino y su evolución. Los "creadores del monstruo", como él mismo explica.
El resultado es un tomo de cuidada presentación que salió ayer a la venta y que, como él apunta, es también "el reflejo de una España concreta y sus personajes". Una etapa que retrata pero que no echa de menos. "Ahora puedo permitirme el lujo de decir y hacer lo que me da la gana; de joven también lo hacía pero tenía que dar explicaciones. Y dentro de una década estaré mejor, amo el paso del tiempo, me gusta que se me note, y las arrugas". Una afirmación que pueden permitirse artistas que creen "firmemente en una forma de hacer las cosas", que tienen plena libertad, un bien preciado que se consigue si sabes decir "no" -Mi vida está llena de noes", apunta- y que han llegado lejos.
Logros conseguidos a base de trabajo. "No lo he tenido fácil, pero lo prefiero porque no le debo nada a nadie", asegura. No como otros que, según él, en las últimas tres décadas han recibido suculentas ayudas del Estado por sus ideas políticas. "Estoy totalmente en contra de las subvenciones, han sido sectarias y arbitrarias. Ya me hubiera gustado a mi recibir la ayuda que le dieron a Serrat, pero yo soy un artista incómodo", apunta.
Su independencia va más allá del factor económico, se extiende a géneros musicales y a las espectativas de su público. "No he tocado techo ni de coña. Tengo demasiados proyectos en la cabeza como para esperar a que el rock me salve la vida. Tienes que trazar tu camino y trazar tus límites, el rock no puede hacerlo", afirma. Proyectos entre los que figuran esas "paradas", como él las llama, en las que cumple con la "obligación" de cantar a la poesía contemporánea. Una faceta que empezó en los años 90 y que no gustó demasiado a buena parte de sus seguidores. Pero él lo tiene claro: "Si sorprendes a los demás es bueno, quiere decir que has dado en el clavo".
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