Buen 'thriller' de coacción y angustia
La cita | Crítica

La ficha
*** 'La cita'. Thriller, EE UU, 2025, 100 min. Dirección: Christopher Landon Guion: Jillian Jacobs, Christopher Roach. Música: Bear McCreary. Fotografía: Marc Spicer. Intérpretes: Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Jeffery Self, Gabrielle Ryan Spring, Violett Beane, Jacob Robinson.
Nada podía hacer sospechar que Christopher Landon pudiera dirigir un buen thriller de alta tensión dada su trayectoria como guionista de películas de terror (La marca del lobo, tres entregas de Paranormal Activity) y como director que perseveró en este género iniciándose con una nueva entrega de la saga (Paranormal Activity: los señalados) para proseguir -en un tono desenfadado y un punto gamberro- con Zombie Camp, las dos entregas de Feliz día de tu muerte, Este cuerpo me sienta de muerte y Un fantasma anda suelto por casa. Es cierto que había escrito el guión de un thriller, Disturbia, que guiñaba a La ventana indiscreta, pero no parecía bastar, como experiencia, para que mostrara tanta seguridad al filmar este buen guión -pese a un final poco satisfactorio- no exento de trampas (pero, qué thriller se suspense y angustia no recurre a ellas: lo importante es la astucia con que se tiendan para atrapar a los espectadores) escrito por dos guionistas también, como el director, más ligados al terror (Verdad o reto, Fantasy Island) que al suspense.
Lo importante es que las trampas están bien tendidas y que la película está bien filmada. Una viuda de pasado matrimonial tormentoso quiere rehacer su vida a través de una página de citas. Como Douglas Sirk ya nos contó en El asesino poeta (1947), entonces en versión de anuncios de contactos, en las películas (y por desgracia a veces en la realidad) es peligroso recurrir a ellas. Mientras cena en su primera cita con un tipo encantador empieza a recibir mensajes de alguien que la amenaza y presiona para que cometa un asesinato. De no hacerlo, por supuesto, lo pagará su familia. ¿Recuerdan Vuelo nocturno? Pues algo parecido, pero en un restaurante, en principio, en vez de un avión.
Lo mejor, las secuencias claustrofóbicas que Landon sabe explotar muy bien, la tensión en espacios reducidos en los que necesariamente está quien le envía los mensajes. Y por encima de todo, la excelente interpretación de Meghann Fahy, auténtico punto fuerte de esta entretenida y hábilmente angustiosa película.
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