El centro pierde 20 salas de cine en menos de tres décadas
Aunque el Consistorio y Alfil acordaron mantener la programación del Albéniz, aún no saben hasta cuándo podrán permanecer abiertos · Astoria, Victoria y Andalucía fueron las últimas desapariciones
La historia no es la misma, pero en sus componentes esenciales se repite. En diciembre de 2004 escribíamos sobre el cierre de las míticas salas Astoria y Victoria, locales que se convirtieron para muchos en "una referencia", como comentaba el cineasta Ramón Salazar. El formato y las últimas tecnologías de los multicines se ha ido comiendo poco a poco a estos gigantes del séptimo arte. Como huella imborrable de ese pasado quedaba el cine Albéniz, que se ha distinguido desde hace años por programar películas ajenas a circuitos comerciales, además de ser sede de la Cinemateca municipal hasta el pasado septiembre. Aunque el Ayuntamiento y la empresa Alfil llegaron a un acuerdo para mantener la programación, el cierre -a pesar de ser temporal por reformas en el inmueble- es una realidad aplazada por el momento. Pero si se hacen cuentas y sin sumar el Albéniz, el centro ha perdido una veintena de sus salas históricas en menos de tres décadas. De éstas, 14 han desaparecido en los últimos cinco años, empezando con el desmantelamiento en 2003 del América Multicines.
El Cine Avenida, que estaba situado frente a los antiguos Almacenes Mérida -hoy Hotel Málaga Centro- cerró sus puertas en 1982. Un año antes lo había hecho el cine Zayla, especializado en producciones de arte y ensayo. Pero fue en 1984 cuando cayó uno de los clásicos, el Capitol, inaugurado un año más tarde que el Albéniz, el 22 de septiembre de 1946, en Armengual de la Mota. Después de casi cuatro décadas de servicio, en su lugar se instaló un bingo. El siguiente en desaparecer -en 1986- fue El Coliseum, que se encontraba a la espalda de la calle Armengual de la Mota y que trajo a Málaga películas como La guerra de las galaxias. Cuatro años más tarde, fue un incendio el que se llevó por delante al Atlántida, situado en la calle Refino. "Tenía una pantalla superama, es decir, que estaba curvada por los extremos y daba una proyección maravillosa", recordaba el director del Festival de Cine Fantástico, Ramón Reina. Luego se convirtió en dos salas, una de ellas destinada al cine X.
Pero la entrada del siglo XXI fue absolutamente determinante para la caída de los grandes locales que aún mantenía el centro de una ciudad que ya proyectaba su ocio en centros comerciales. En abril de 2001 se firmó una permuta entre el Ayuntamiento y la sociedad anónima que gestionaba el Echegaray. El Consistorio compró el inmueble para transformarlo en un moderno equipamiento escénico que aún se encuentra en obras y que abrirá sus puertas a finales de este año. Y para las generaciones que vieron en el América el primer multicines de la ciudad -con posibilidad para elegir hasta siete películas-, su derribo supuso también una lástima. Fue en 2003 y de sus escombros resurgió un bloque de vivienda muy cerca del hoy Centro Comercial Vialia, que aportó 14 nuevas salas de la cadena Lux.
En un momento en el que los sonidos envolventes, las proyecciones de alta definición y los asientos en rampa -con butacas comodísimas, todo hay que decirlo- comenzó a primar sobre la película en cuestión para el público general espacios como el Astoria, el Victoria y el Andalucía dejaron de tener mucho sentido. Con los últimos días de 2004 también se marchó una época para el negocio del celuloide en la ciudad.
Sin embargo, el edificio diseñado por González Edo en lo que hoy es una de las calles más hermosas de la ciudad parecía quedar a salvo de la quema. Sobre todo por lo diferente de su oferta y porque mantenía a un público fiel que buscaba largometrajes y documentales que raramente podían encontrar en otro lugar de Málaga. Aunque su titularidad ha pasado a ser municipal y se van a hacer reformas en el edificio, la intención de Cultura es continuar con proyecciones de cine y dejar la sala 1, la mayor de ellas, como escenario teatral.
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