El Kanka crea un recuerdo imborrable en el Brisa Festival con sus amigos

El cantautor invitó al escenario a siete artistas para esta noche irrepetible, entre ellos, JavyPablo y María Peláe

El público coreó las canciones desde el primer verso y bailó hasta el último acorde

Brisa Festival se reinventa en su cuarta edición en el Dique de Levante de Málaga

El Kanka  en su concierto en el Brisa Ferstival
El Kanka en su concierto en el Brisa Ferstival / Mar Bassa

Muchos eran los malagueños los que tenían apuntado el 27 de julio en sus calendarios. Algunos de fuera de la provincia tampoco pudieron oponerse a las ganas de asistir a un concierto que se presenta en el cartel del Brisa Festival como El Kanka y amigos. Eso era indicativo de que algún invitado podría pisar el escenario con el cantautor local y el director del evento, Leopoldo Mérida, ya avanzaba días atrás a este periódico que no iba a dar detalles para sorprender a los asistentes. Tampoco el propio artista, que aseguró que iba a ser "una locura". La intriga se ha mantenido hasta el momento en el que ha iniciado este espectáculo, cinco minutos pasados la hora prevista.

El Kanka apareció con su guitarra y acompañado por su banda a las 23:35 horas y fue recibido por una masa que deseaba conocer qué sorpresas tenía guardadas consigo. Gritos, aplausos y furor impulsaron al artista a arrancar con el primer tema, Youtuber, con un toque más flamenquito. El público se vino arriba con el estribillo, que fue coreado con ímpetu. De fondo, los audiovisuales mostraban una fotografía en la que destacaba la catedral de Málaga. "Buenas noches, Málaga, llevo aquí desde las cinco de la tarde, he sudado como para tres años, pero siempre es un placer cantar para mis paisanos, muchas gracias por estar aquí", saludó.

La fiesta siguió con Por tu olor y, con su guitarra, animó a los asistentes a cantar a capella el estribillo. Pero también se marcó una pequeña coreografía junto con su guitarrista, a quien cariñosamente se dirige como Alvarito. Los seguidores de El Kanka entraron en el ambiente festivo desde la primera estrofa y acabaron de entregarse por completo con Para quedarte. Sin duda, el artista puede presumir de que su público lo acompaña en todo momento, cantando con tanta fuerza que podría escucharse desde el Dique de Levante hasta el Muelle Uno.

No jodan la marrana levantó el ánimo de los pocos que aún no se había atrevido a bailar. "Podéis cantar, ¿eh?", dijo para que el público hiciera los coros del estribillo, que, como no podía ser de otra manera, rugió con fuerza. Pero faltaban los "amigos" del Kanka. Los primeros en aparecer fueron los malagueños JavyPablo, quienes entonaron la primera estrofa después del estribillo. Los asistentes gritaron con emoción al verlos junto con el protagonista de la noche. Los tres consiguieron transmitir una muy buena energía desde el primer instante e hicieron saltar a los allí presentes. A quien más y a quien menos le costó asimilar la sorpresa. "Fuerte aplauso para JavyPablo", gritó El Kanka. "Un brindis por El Kanka y su banda", se despidió Pablo.

De pronto, las luces se tiñeron de verde. El malagueño empezó a cantar Andalucía, tema dedicado a la comunidad autónoma y que animó a los asistentes a bailar mientras cantaba. Y, de nuevo, otra amistad apareció para compartir un buen momento. Gritos y saltos de emoción al descubrir que se trataba de Masi Rodríguez. Después continuó con O algo y, tras esta, llegó el momento de presentar a su banda. Más que grupo o banda de música, parecía su propia familia. Y seguramente así lo sienta: su familia musical. El grupo de amigos de El Kanka es extenso y también se sumó a esta fiesta particular Xoel López para interpretar Para vivir, canción que da mucho protagonismo al saxofón.

El cantautor dejó de lado su guitarra para continuar con el ukelele con un ritmo algo más tropical. Sí que puedes fue muy sentida y el público cantó a capella el estribillo. Nada más tocar un par de acordes de Eres, el artista confesó entre risas que se le partió una uña justo en ese instante, arrancando carcajadas de los asistentes, y luego los sorprendió con la presencia del cantante chileno Benjamín Walker. "Esto está bastante guay, pero este concierto en concreto ha sido una especie de obligación hermosa porque no sé si lo hubiera hecho, pero una vez lo estoy haciendo, estoy encantado", explicó el malagueño.

Según sus propias palabras, le habían "obligado a traer a un montón de gente" a la que quiere y admira para cantar sus canciones. "La persona que viene ahora es el canalla más tierno que conozco", presentó antes de salir al escenario El niño de la hipoteca para cantar juntos Alquitrán y carmín, que hizo enloquecer a las miles de personas que estaban disfrutando de una cita irrepetible. Este tema cede buena parte del peso instrumental a un acordeón que se llevó la atención de varios asistentes. Luego siguió con Sabéis quiénes sois y se produjo uno de los momentos más bonitos, donde la conexión del público con el artista fue innegable. El Kanka acompañó las voces de los asistentes con su guitarra y una sonrisa que no podía ocultar.

Al igual que se crea una atmósfera envolvente y mágica, el malagueño es capaz de armar una fiesta y de poner a todo el mundo saltando y bailando. Así fue con Lo mal que estoy (y lo poco que me quejo), con unas luces rojas que invitaban a pasarlo bien. Pocos segundos después de acabar esta canción, María Peláe apareció sobre el escenario y la recibieron con una fuerte ovación por parte del público. Ambos cantaron el himno del 120 aniversario del Málaga CF, Una cosa inexplicable, con mucho guitarreo y luces blancas y azules. Manos al cielo y una letra muy coreada. "¡Que viva El Kanka y que viva Málaga!", exclamó la malagueña antes de desaparecer.

Continuó con A dieta de dietas y después agradeció al festival el crear un evento "que es más que un festival", por ser el padrino de esta cuarta edición y, por supuesto, a todos los presentes por disfrutar de una noche única con él. La recta final asomaba y la siguiente invitada fue Carmen Boza, con quien interpretó Vengas cuando vengas. Después siguió él solo con Volar, otro de los temas estrella de la noche, ya que el público y el cantautor se fundieron en el estribillo sin necesidad de acompañamiento musical. Canela en rama volvió a arrancar los pasos de baile de los allí presentes, que abarcaba todas las edades: desde niños hasta personas mayores.

"Muchísimas gracias, gente, arriba boqueronlandia", dijo el artista. Para acabar, el malagueño interpretó No estamos lokos, de Ketama, con los aplausos de un público que no quería que acabase la fiesta. El broche de oro de esta cita irrepetible lo puso No se dice suerte, con mucha percusión, y al final de la canción la gente cantaba el laralala con la voz desgarrada, arañando cada segundo. Como si pretendieran hacer de esta noche una eterna. Y, como dice en un verso de la canción: "músico he nacido y músico moriré". El Kanka ha nacido para ser músico y así lo demostró. Anoche fue un concierto especial, único e irrepetible. Una fiesta con amigos que se convertirá en un recuerdo que perdurará en la mente de los afortunados que pudieron vivirla. 

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