El corralón de Málaga donde Pepa Flores fue feliz antes de ser Marisol

Una placa colocada en el número 10 de la calle Refino, lugar en el que la artista nació, se suma a los reconocimientos recibidos

La actriz sigue apartada de la vida pública por voluntad propia

Pepa Flores, la pequeña Marisol, cumple 75 años

Y Pepa Flores renunció (también) a recoger el Goya de Honor

La placa dedicada a Pepa Flores / Javier Albiñana
José Luis Picón (Efe)

08 de marzo 2023 - 13:10

Málaga/Pepa Flores siempre asegura a los más cercanos que la etapa más feliz de su vida fue la que pasó en el corralón de vecinos de Málaga donde nació y pasó su infancia hasta que se convirtió en Marisol, un lugar señalizado desde este miércoles, Día Internacional de la Mujer, para rendir homenaje a la artista.

Una placa colocada en el número 10 de la calle Refino de Málaga, donde estuvo ese humilde corralón, se suma a los reconocimientos recibidos por Pepa Flores, apartada de la vida pública por voluntad propia.

"Mi hermana está muy agradecida por esto pero no va a venir, evidentemente. Todas estas cosas que le hacen le gustan porque son un reconocimiento a su carrera y a su trabajo", ha afirmado Vicky Flores, hermana de Pepa, que ha asistido al acto de descubrimiento de la placa.

Pese a haber logrado premios como el Goya de Honor en 2020, Vicky asegura que esta placa es el homenaje "más emotivo" que Pepa ha recibido porque en este lugar pasó "el tiempo más feliz de su vida".

En el corralón que existía aquí, "con dos patios y sus corredores", vivían sesenta familias "en un ejemplo de convivencia y de solidaridad", por lo que la vida se desarrollaba entre sus paredes como si fuera "un pueblo".

"Los niños jugábamos en el patio y no nos dejaban salir a la calle nada más que para ir al colegio", un centro ya desaparecido, Santa Teresita del Niño Jesús, ubicado cerca de donde ahora está el Museo Picasso.

Momento en el que ha sido colocada la placa / Javier Albiñana

La familia vivió en este lugar hasta que Vicky tenía 14 años y Pepa, con 12, "ya empezó a ser Marisol", porque la fama que alcanzó les permitió "mejorar el nivel de vida".

"Mis padres no quisieron irse entonces a un sitio superfantástico sino a algo donde nos sintiéramos cómodos y a gusto con lo que teníamos y con lo que éramos", explica.

También recuerda que cuando le hicieron a su hermana la prueba para que trabajara en el cine "vino el productor y le dijo a los vecinos que los invitaba al cine Echegaray, y todos los vecinos fueron a ver las pruebas de la Pepi", como conocían entonces a su hermana.

Pero ya antes de alcanzar la fama como Marisol, los vecinos del corralón eran conocedores del arte que atesoraba Pepa ya que su padre "organizaba unos teatros magníficos en los que la niña bailaba y cantaba, porque de chica era un torbellino".

"Todo el mundo colaboraba poniendo cortinas, y cuando venía el cura a dar la extremaunción a un vecino enfermo se pintaban los portales y se sacaban las sábanas, y esto era un ejemplo de convivencia y solidaridad".

Vicky Flores considera que "ya era hora" de que se colocara una placa en el lugar donde nació su hermana porque "es la persona que más ha llevado a Málaga y a España por el mundo y todavía tiene clubes de fans en Rusia, en Japón, en China o en Grecia, pero nadie es profeta en su tierra".

Pepa, que vive en el barrio malagueño de La Malagueta, cumplió el pasado febrero los 75 años y "lo ha celebrado el mundo entero, pero ella no", bromea Vicky, que asegura que han estado "siempre unidísimas".

Al acto ha asistido también Tamara Esteve, hija de Pepa Flores, que ha desvelado que su madre tiene en su casa "una cerámica que pone Calle Refino, número 10, con dos jazmines y dos geranios", por lo que, "aunque todos los premios le hacen mucha ilusión, esto es muy simbólico".

Lo corrobora Vicky, que está segura de que su hermana no tardará muchos días en pasar de forma anónima por el lugar para contemplar la placa que recuerda el lugar donde fue más feliz.

"En esta casa nacimos y de aquí salió ella siendo Marisol. Nuestros padres nos decían que cuando nos preguntaran dónde vivíamos, respondiéramos: En la calle Refino, número 10, para servir a Dios y a usted".

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