David Bisbal vuela con las alas de una Málaga rendida a sus pies

El almeriense reunió a cerca de 8.000 personas en el Palacio de Deportes Martín Carpena

"Cómo canta la gente de Málaga, es un espectáculo", afirmó el artista

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David Bisbal en su concierto en el Palacio de Deportes Martín Carpena
David Bisbal en su concierto en el Palacio de Deportes Martín Carpena / Carlos Guerrero

Dicen que lo bueno siempre se hace de rogar. David Bisbal es la excepción. Con una puntualidad absoluta, las luces se apagaron a la hora prevista del inicio de su concierto, dentro del 101 Music Festival. El Palacio de Deportes Martín Carpena rugió al verlo aparecer sobre el escenario vestido de negro, sin su ya icónico traje rojo. La encargada de romper el hielo fue Tengo roto el corazón, que consiguió conectar con el público desde el primer momento. Las siguientes canciones lograron levantar a las cerca de 8.000 almas de sus asientos en grada: Podría estar peor, Torre de Babel o Lloraré las penas.

Volaré Tour 2024 es más que una celebración por sus años de carrera, es un reencuentro con los seguidores. Asistir a los conciertos de David Bisbal podrían convalidarlo con ejercicios de cardio del gimnasio: no hay quien esté quieto, y mucho menos el almeriense, que el escenario se le queda pequeño al recorrerlo de extremo a extremo. "Mi gente, bienvenidos y bienvenidas al tour Volaré, ¿dónde están todos esos rockeros andaluces?", preguntaba. El artista, con una energía caótica marca Bisbal, no paraba de moverse sobre el escenario con los ritmos más movidos, como Quién me iba a decir.

También hubo tiempo para descansar y coger aire con un cambio de ritmo y la versatilidad del almeriense al pasar de temas más bailables a sus baladas. Quiero perderme en tu cuerpo, Esta ausencia -acabándola con un guiño a Málaga-, Culpable o Dígale, la más sentida de todas y donde quedó plasmada la conexión del cantante con sus seguidores al cantar a pleno pulmón bajo la mirada iluminada del almeriense, consiguieron arrancar algunas lágrimas y desgarrar gargantas al entonar con fuerza las letras. "Así cantan mis malagueñas, como siempre", dijo con una emoción que no podía contener.

"Mi gente, ¿vamos a cantar una rumbita o qué? El meneito bueno no nos lo quita nadie, en los últimos seis años he hecho una pila de colaboraciones con artistas de otros países de Latinoamérica y lo he disfrutado mucho", anunciaba antes de entonar Vuelve, vuelve, tema en el que colabora con Danna Paola. Así, los malagueños volvían a ponerse en pie. La entrega fue tan grande que el cantante, a mitad de canción, exclamó que "cómo canta la gente de Málaga, es un espectáculo" y acabó con un "Te quiero, Málaga". La fiesta siguió con Si tú la quieres y Dos veces, en las que el público se dejaba llevar por los ritmos y movía los brazos como el vaivén de las olas.

El almeriense se atrevió con un middle que combinaba varios de sus grandes éxitos como A contracorriente, Perdón o A partir de hoy, con la que quiso jugar con los asistentes. Él cantaba una parte de la frase, "a partir de", y dejaba que sus seguidores gritasen "hoy" con tanta fuerza que podía escucharse en cada rincón del Martín Carpena. No hay dudas de que David Bisbal es uno de los artistas más carismáticos del país y que más conexión tiene con sus fans. Málaga volvió a ser testigo de ello.

Después de una breve pausa en la que su guitarrista se lució con melodías flamencas, el almeriense reapareció vestido de cuero granate para cantar Me enamoré de ti. "Esta es una canción que la canto por petición de los clubes de fans, hay banderas de Almería, Granada o Castilla La Mancha, lo que me gusta es ver la unión de las banderas que es lo más bonito que hay", contó. El artista anunció que era el turno de "una serie de baladas" y que "la vamos a cantar todos juntos": "Gracias por hacerme sentir vivo una y otra gira, seguiré esforzándome para dar siempre lo mejor, ¡que viva Andalucía, viva Málaga, viva Almería y viva España!". La respuesta del público: aplausos incontables.

Parejas presentes aprovecharon el momento más romántico de la noche para cantarse mirándose a los ojos Nuestro secreto, De alguna manera, El mañana o Me siento vivo. "Aquí hay muchas personas que ya no están, pero yo las siento de alguna manera", avisó segundos antes de que Ruido empezase a sonar. Fue coreada con mucho sentimiento y manos en el pecho. Uno de los momentos más mágicos vino de la mano de Mi princesa. Con las luces prácticamente apagadas para crear un ambiente íntimo. David Bisbal se hallaba en el centro del escenario sentado entre sus dos guitarristas. El público se dejó la voz acompañando al cantante a capella en el estribillo. Al final de la canción, una ovación del palacio entero con toda la grada en pie.

Después de unos minutos de intensidad emocional, volvió la intensidad física. Un cambio a un ritmo más bailable con Diez mil maneras y siguió con Volaré, canción que le da título a la gira. Pidió lo contrario a lo que incita el título de Silencio, y los malagueños respondieron con un rugido que dejó sin palabras al artista. Tal era la entrega que tuvo que deshacerse de la chupa de cuero y quedarse con la camiseta de tirantes.

El final se acercaba después de dos horas de espectáculo. La metralla final la abrió uno de sus himnos, una canción que lo acompaña desde sus inicios: Corazón latino. La enganchó con otro de sus grandes éxitos y la gente se miraba entre sí en cuanto sonaron las primeras notas. Bulería resonó hasta en la esquina más remota del Martín Carpena, que poco le faltó para venirse abajo. El colofón final de esta fiesta de grandes éxitos fue Ave María. El público, que ya venía muy animado por los temas anteriores, enloqueció.

"Lo más importante de esta noche es el pedazo de público que hemos tenido esta noche en Málaga", exclamó el almeriense antes de desaparecer del escenario. Tras unos breves minutos de hacerse de rogar por un público que tenía más que metido en su bolsillo, reapareció con una camiseta blanca de lentejuelas para ofrecer los últimos temas: Ajedrez, que mantuvo a los asistentes en pie, y la guinda del pastel: Esclavo de tus besos.

Se despidió al más puro estilo bisbalero: saltando de la tarima del escenario en el último golpe de batería. Así, David Bisbal volvió a demostrar que su música está más viva que nunca y que se trata de uno de los artistas nacionales más importantes y más queridos no solo por su música, sino por un carisma que conectó en todo el concierto con los malagueños en una noche para dejar abrir las alas y echar a volar.

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