Debían haber obedecido al cuervo de Poe

El actor Bill Skarsgård protagoniza el filme. / M. G.

La ficha

* 'El Cuervo'. Thriller, Estados Unidos, 2024, 111 min. Dirección: Rupert Sanders. Guion: Zach Baylin, William Schneider. Música: Volker Bertelmann. Fotografía: Steve Annis. Intérpretes: Bill Skarsgård, FKA Twigs, Danny Huston, Isabella Wei, David Bowles, Paul A Maynard, Laura Birn.

La novela gráfica El cuervo de James O' Barr, publicada en 1989, está rodeada de historias trágicas. El autor la creó como catarsis tras un terrible drama personal. Cuando se llevó al cine en 1994 su intérprete, Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, murió durante el rodaje al recibir un disparo a causa de un fallo en la preparación del revólver. Fue dirigida por el mediocre Alex Proyas que alcanzó cierta notoriedad con esta película, Dark City y Yo, robot para acabar en la horrenda Dioses de Egipto. El tono oscuro, como de punk gótico, de la película en fidelidad a la historieta, la música de The Cure y la negra orla de la muerte de Brandon Lee contribuyeron a un éxito que devino en eso que llaman una película de culto. El personaje tuvo una pobretona carrera cinematográfica posterior con El cuervo, ciudad de los Ángeles (1996), The Crown: Salvation (2000) que fue lanzada solo en vídeo y The Crown: Wicked Prayer (2005) de muy fugaz paso por las pantallas. A las que hay que añadir la serie televisiva El cuervo: escalera al cielo (1999) -durante cuya grabación se produjo la muerte accidental de un especialista: la cosa pinta mal- que fue cancelada tras la primera temporada.

El cómic de O’ Barr, con todo su prestigio, sigue sin tener suerte en el cine porque esta versión rodada 30 años después de la de Proyas queda muy por debajo de aquella. El no muy brillante, aunque visualmente ruidoso, director Rupert Sanders, perpetrador de Blancanieves y la leyenda del cazador y de Ghost in the Shell: el alma de la máquina- ha querido darle su propia personalidad adornando la conocida historia de Eric y su novia, asesinados la víspera de su boda, y del regreso de Eric de la tumba para vengarse, con lacitos que pueden entenderse como pretensiones mitológicas -Orfeo y Eurídice- con ribetes teológicos un poco demodés -el purgatorio- y la ha llenado de una intensidad dramática y violenta que, al no estar logradas, rozan el ridículo. Incluida la culminación con la ópera Robert le diable de Meyerbeer.

La interpreta un siempre intenso Bill Skarsgard, cuyo mayor mérito, además de mantener durante toda la película una cara de ajoporro (muy deudora de Joker en el maquillaje) que debe entender como lo más parecido a un rostro atormentado por el sufrimiento y el amor, es exhibir su cuerpo tatuado. Su amada es interpretada -es un decir- por la cantante inglesa FKA Twigs (antes conocida como Tahliah Debrett Barnett) que pone flácido y desganado contrapunto a la intensidad de Skarsgard. Ya que de cuervos vamos, quizás los productores hubieran debido plantearse antes de hacer este remake tuneado lo que repetía el de Poe: Nunca más.  

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