Sin embargo, se mueve

El Centro Pompidou inaugura hoy 'Move', un proyecto multidisciplinar que durante un mes indagará en los vínculos entre la danza, el vídeo y la 'performance' a través de diversas propuestas

Sin embargo, se mueve
Pablo Bujalance Málaga

13 de octubre 2016 - 05:00

Cuando abrió sus puertas hace ya cosa de año y medio, el Centro Pompidou Málaga prometía una superación de la tradicional política museística contemplativa a través de instrumentos como la danza, a imagen y semejanza del referente paternal parisino. Y así ha sido: en el programa de actividades desarrollado hasta ahora, la expresión artística del movimiento ha tenido un protagonismo esencial por empeño directo de los programadores franceses pompidousianos para la sucursal malagueña. El camino andado hasta ahora invitaba, por tanto, a continuar indagando en los vínculos entre arte, danza, performance e imagen en movimiento, y justo con este objetivo se inaugura hoy en el Cubo del Puerto el proyecto Move, ciclo promocionado como manifestación multidisciplinar que durante un mes justito, hasta el 13 de noviembre, ofrecerá argumentos de peso a la exploración: actuaciones en directo, conferencias, proyecciones de vídeodanza, talleres y otros instrumentos se ponen así desde hoy al servicio de los malagueños interesados en descubrir las proximidades de la danza y sus correlatos plásticos y audiovisuales, siempre en conexión con las ideas que sobre el cuerpo humano vierte la colección del centro.

El eje central de Move es la exposición Hips don't lie, que establece un diálogo entre obras de artistas plásticos y visuales y coreógrafos. En este trance, la danza se revela como "una materia plural y transnacional que pertenece a esferas múltiples y simultáneas: la de espacios de divertimento y de ritualización de numerosas sociedades, la de su práctica aficionada, que conoce un entusiasmo internacional sin medida, y la de sus encarnaciones recientes en la escena de la danza contemporánea", según describe el propio Centro Pompidou Málaga a la hora de definir el proyecto. En cuanto a las actividades, el programa empieza ya hoy a las 13:00 con el bailarín libanés Alexandre Paulikevitch y su performance Mouhawala Oula (Primer acto), que volverá a representar mañana viernes a las 19:00 y con la que recrea la danza tradicional baladí a través de técnicas contemporáneas y con el único acompañamiento de un violín (Paulikevitch impartirá el sábado 15 a las 11:00 un taller de danza baladí, género próximo a la conocida como danza del vientre).

El programa continuará mañana con la proyección en vídeo de la coreografía Roseland, del bailarín, fotógrafo y cineasta belga Wim Vandekeybus, mientras que el sábado 15 Cabello/Carceller traerá al Pompidou su performance Rapear filosofía, con textos de Michel Foucault y Susan Sontag, entre otros, servidos en clave de hip-hop. Especial atención merece la conferencia que la docente e investigadora Paulina Antacli pronunciará el miércoles 19 en torno a la obra y la influencia de la bailarina y coreógrafa Pina Bausch, bajo el título La teatralidad del gesto danzado y la mueca del absurdo; así como la que traerá el jueves 27 a la antropóloga Noha Rousdhy, quien analizará el papel de la danza baladí en la construcción de la identidad femenina en el mundo árabe. Antes habrá tiempo para otros pases de vídeodanza, como el de So Schnell de Dominique Bagouet el viernes 21 y el de la Dance de Lucinda Childs el sábado 22. También el vídeo abrirá paso a la danza baladí con la proyección el viernes 28 de Cuando los árabes bailaban, documental creado a partir de la singular obra del coreógrafo Radhouane El Meddeb, quien se remonta a la edad de oro del cine egipcio en busca de la más fidedigna danza del vientre.

El apartado de actuaciones en directo se reserva otras dos performances de impacto y bien explícitas a la hora de hacer cristalizar la condición universal de la danza: el mismo sábado 29, el iraní Ali Moini presentará su asombrosa My paradoxical knives y la caboverdiana Marlene Monteiro Freitas hará lo propio con Guintche. Desde que a Shiva le diera por crear el mundo bailando, el asunto sigue en movimiento, tal y como atestiguó Galileo. Un baile cósmico e infinito que tiene algo que ver con nosotros.

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