Las 'escorts' de Rosa Loy, en Yusto / Giner
ESKORTE -acompañante, en cristiano- es el título de la exposición que, tras un largo proceso, Yusto/Giner (Pol. Ind. La Hermita, calle Madera, 9) ha tenido a bien traer a España. Rosa Loy, una de las pocas féminas de la llamada Nueva Escuela de Leipzig, aterriza en la galería marbellí con su coro de retratos a la caseína (un tipo de pintura derivada de la proteína de la leche, ecológica, que la propia artista alemana elabora; otorgándole así una dimensión orgánica a su trabajo). La textura acuarelista de esta técnica dota a sus lienzos de un barniz de cuento de hadas (brujas incluidas). Y -lo más interesante-, obliga a Loy a decidir rápidamente su acción sobre el lienzo ante el secado rápido de la pintura, con lo que ésta gana en frescura. Lo cual no aligera el discurso, más bien lo contrario: la artista alude a la reciprocidad entre creador y creación, el círculo en el que según Heidegger se mueve el artista. Uno no es sin el otro, sujeto y objeto artístico se hacen mutua compañía. De esta manera, se supone que detrás de los tipos de mujeres que ella explora, estaría ella misma. Metamorfoseada en amazona campestre (Spätsommer im Garten, 2013), o en ama de un jardín volcánico (Vulkam im Garten, 2013), con figuraciones que dan la espalda a la mirada, o están insertadas en contextos surreales donde habita la sensualidad inteligente (Sinnliche Intelligentz, 2010). Una sensación de (en)sueño bordea la serie de pequeños formatos, donde lo onírico coloca a las modelos inventadas en un paisaje en el que la luna mece un columpio, o una beautiful freak -que parece sacada del álbum de Eels- suspende barquitos de papel, navíos, barcas (Schiffe, 2012), en la deriva de esa nueva figuración a la que Loy se encuentra adherida.
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