Encuentro con los Machado en Málaga

Málaga/“Querido Santullano: No he podido contestar antes a su carta porque a mis ya viejos achaques ha venido a sumarse un funesto catarro bronquial que –aunque mejorado– me tiene fastidiado”, comienza el último escrito de Antonio Machado del que se tiene constancia contrastada. Sobre un oxidado papel azul salpicado de tachones y correcciones escribió el poeta uno de las doscientas piezas que se pueden disfrutar a partir de hoy en la exposición Los Machado. Fondos de la colección Fundación Unicaja que la institución inaugura mañana en el Centro Cultural del Palacio Episcopal.

Se trata, según Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja, de la “muestra más amplia y más diversa” organizada por la organización; ya que incluye “nuevos temas y casi el doble de espacio que las anteriores”. La fundación posee uno de los mayores fondos machadianos (adquirido en dos operaciones en 2003 y 2018), “más de 5.500 documentos”, en palabras de Antonio Rodríguez Almódovar, comisario de la exposición y uno de los encargados del fondo.

La exposición que llega a Málaga después de haber pasado por Sevilla y Madrid, ha sido calificada por Mercedes de Lacea Machado –sobrina-nieta de los autores– como “una muestra de vitalidad desbordante”, recoge documentación manuscritos, dibujos, fotografías, cartas y el bastón sobre el que Antonio se apoyó en sus últimos y apesadumbrados pasos y que le ayudó a recordar “los días azules, el sol de la infancia”, últimos versos del poeta. El afán de esta muestra es mostrarse “atractiva para el público”, ya que tiene un gran afán divulgativo, en palabras de Medel.

La exposición reúne el primer texto conservado de Antonio Machado, una carta dirigida a su padre en verano de 1892, y el que es, posiblemente, el último escrito del autor, una carta dirigida a José Bergamín, expuesta por vez primera en Madrid en la exposición que se inauguró en noviembre de 2019, fechada con posterioridad al 15 de febrero de 1939, muy cercana al fallecimiento en el exilio del poeta. Además del discurso manuscrito y mecanografiado de ingreso en la RAE que preparaba el poeta y en le que ahondaba sobre qué es la poesía.

El valor principal de la muestra y, por tanto, el elegido como punto de partida, es la relación entre Manuel y Antonio y de ellos con su familia. Unos lazos que marcaron profundamente a los sevillanos. La influencia de su familia –especialmente de su abuelo y de su padre– comienza cuando la familia se muda a Madrid para que estudiasen en la Institución de Libre Enseñanza. Rodríguez Almódovar destaca que la relación con la familia era inquebrantable y que contaba con una “unidad extraordinaria”, como demuestran las cartas que se enviaron entre los hermanos. A este respecto Carlos de Lecea Machado quiso destacar que Antonio aprendió a leer con el Romancero General que compiló su bisabuelo Agustín Durán, como el mismo poeta cita en Campos de Castilla.

La muestra está estructurada en doce zonas habilitadas en la planta baja del edificio y en la primera planta del singular inmueble. Esta se inicia con una serie de espacios que contextualizan la vida y obra de Antonio y Manuel Machado, puesta en relación con los nexos familiares y los orígenes intelectuales de la familia. Se prosigue con la zona dedicada a “Los otros Machado”. A continuación, dos de las ciudades que tuvieron mayor importancia para ambos hermanos, dedicándose sendos espacios a las ciudades de Sevilla, donde ambos nacieron, y a la de Madrid, donde desarrollaron y vivieron sus mayores éxitos literarios, especialmente los relacionados con el teatro.

Seguidamente, encontramos una inédita sala que muestra los nexos de la Generación del 27 con ambos hermanos. Esta sala muestra las relaciones con Francisco Giner de los Ríos y su familia, así como la relación que mantuvieron, especialmente Antonio, con Rubén Darío. Se acerca a la relación existente con Juan Ramón Jiménez y Moreno Villa, así como a las relaciones frecuentes, personales y literarias de cada uno de los hermanos con los poetas de la Generación del 27.

La siguiente sección está dedicada en exclusiva a Antonio Machado. Se divide en tres vitrinas, donde se realiza un repaso a su obra, tanto en verso como en prosa, y donde se puede observar una serie de objetos personales. Entre ellos se encuentra el ya mencionado cayado, su cartera en piel de cocodrilo, el carnet de afiliación a la Izquierda Republicana o la primera y la última carta que escribió el poeta.

Manuel Machado es el protagonista del siguiente espacio de la muestra, donde se revisa su extensa producción poética, con algunas de sus más célebres creaciones, como ‘Canto a Andalucía’. Dentro de sus documentos se exhibe la carta de pésame remitida por la Hispanic Society of America por la muerte de su hermano Antonio. En el espacio dedicado a su creación en prosa destacan sus Estampas madrileñas o el borrador manuscrito del soneto Goya. Los fusilamientos, que está incluido en la obra Apolo. Teatro pictórico (Madrid, 1911).

Es muy difícil entender a Manuel sin Antonio y a Antonio sin Manuel. Por eso, la siguiente sala está dedicada a la obra teatral que escribieron a cuatro manos “y no lo hicieron con la poesía porque es tan personal que era imposible”, añadió Medel. En esta sala se lleva a cabo un importante repaso a la obra La diosa razón, ya que se exponen cuatro actos casi completos de esta pieza ambientada en la Revolución francesa, y que además contiene la primera página de uno de los archivos de texto en caligrafía de José Machado y una de las páginas de preparación que articuló Antonio. Igualmente, se dedica una sala al atrezo y a la preparación de los vestuarios de sus obras de teatro.

Ya en la planta baja, el visitante puede encontrar la recreación de lo que pudo ser una de las aulas en las que Antonio Machado impartió sus clases de catedrático de Lengua Francesa en Soria, Baeza o Segovia. Las sillas y los pupitres de madera trabajada y humilde descansan sobre un suelo de azulejos cerámicos.

Por último el visitante encontrará un espacio dedicado al homenaje plástico que tanto Manuel como Antonio recibieron. Presidido por los magníficos bustos que Emiliano Barral y Juan Luis Vassallo dedicaron, respectivamente, a Antonio y Manuel Machado, destacan, en primera instancia, las obras en homenaje a Antonio Machado firmadas por los artistas malagueños Joaquín Peinado y el universal Pablo Picasso.

Uno de los retratos más reconocidos de Antonio Machado fue obra de uno de los genios de la historia del arte: Pablo Ruiz Picasso. El malagueño pintó al escritor como reclamo del cartel de la exposición que le sirvió de homenaje en 1955 y que le brindaron artistas exiliados en París. También el pintor rondeño Joaquín Peinado plasmó en varios paisajes de Colliure, la población en la que descansan los restos mortales de Machado, el cariño y la admiración que sentía hacia el sevillano.

Los Machado. Fondos de la colección Fundación Unicaja podrá visitarse en el Centro Cultural que la Fundación Unicaja de Málaga tiene en el Palacio Episcopal del 12 de marzo al 30 de junio de 2020, en horario de lunes a viernes de 10:00 a 20:00 horas, sábados, domingos y festivos: de 09:00 a 14:00. El precio de la entrada será de 3 euros, siendo los domingos la visita gratuita.