La extinción del mapa sonoro

El 2014 confirma ya que será un año no precisamente memorable para la música en Málaga. La ciudad ensimismada por su pujanza cultural, a menudo por motivos peregrinos y a tenor de una acumulación de agenda en la que deberían establecerse filtros para que pudiera ser tomada en serio, ha perdido en los últimos años buena parte de su programación musical con la extinción de ciclos que nunca debieron haber desaparecido si es que, a estas alturas, todavía queremos seguir poniéndole a Málaga el apellido cultural. Ocurrió hace ya algunos años con el Festival Ciudad del Paraíso, que Unicaja dejó de financiar después de que el certamen trajese a Málaga a algunas de las orquestas, directores y solistas más prestigiosos del mundo. Este mismo año, el Ciclo de Música Contemporánea, organizado por la Orquesta Filarmónica de Málaga, no celebró la que debió haber sido su nueva edición después de más de dos décadas de actividad, por iguales motivos. Y ahora, el Festival de Música Antigua, que desde 2004 venía aportando la posibilidad de escuchar a compositores y géneros distribuidos entre la Edad Media y el Barroco, también bajo la organización de la OFM, como excepción a la adormilada oferta cultural de la ciudad en verano, tampoco va a celebrar su décima edición. La razón, la misma: imposibilidad financiera. La reducción progresiva en los últimos años de los presupuestos aprobados por el Consorcio para la OFM, sustentado al 50% por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, han conducido sin remedio a esta decisión. A estas fechas, la Consejería de Cultura aún no ha ingresado a la orquesta la cantidad comprometida para 2014; y el Ayuntamiento, que amagó con la posibilidad de hacerse cargo del festival a través del Teatro Cervantes (donde se celebró la última edición el pasado mes de julio en su integridad), finalmente ha dado marcha atrás. De modo que Málaga pierde su Festival de Música Antigua, y ya está. Estuvo bien mientras duró.

A lo largo de sus nueve ediciones, bajo la dirección artística de Luis Naranjo en sus primeros años, el certamen llevó a diversos escenarios (el Teatro Cervantes, la iglesia de San Agustín, la Alcazaba, la Sala María Cristina, el Museo Picasso, la Catedral y la iglesia de San Julián, entre otros) a agrupaciones y artistas como la Orquesta Barroca de Sevilla, Accademia del Piacere, Ara Malikian, La Caravaggia, La Colombina, Al Ayre Español, Ara Malikian, Eduardo Paniagua, la Camerata Iberia, In Modo Antiquo, La Hispano Flamenca, La Capilla Real de Madrid, Nao D'Amores, La Tempestad, Carmina Nova, Zarabanda y Graindelavoix, entre muchos otros, además de la propia OFM, que cerraba cada edición en el Teatro Cervantes (algunos de los grupos invitados, además, estaban formados por maestros de la Filarmónica). El festival dedicó sus convocatorias a compositores como Tomás Luis de Victoria y Antonio de Cabezón, y a aspectos como la presencia de los músicos y compositores europeos en el Nuevo Mundo tras el descubrimiento de América, las músicas tradicionales mediterráneas y las postrimerías del Barroco. De esta manera, el Festival de Música Antigua, junto al Ciclo de Música Contemporánea, ofrecían al aficionado la posibilidad de escuchar programas que no tenían cabida en la temporada de abono de la OFM, consagrada en su mayor parte al clasicismo y el romanticismo. Actualmente, esa posibilidad ya no existe.

Del Festival de Música Antigua queda, eso sí, un testigo de excepción: la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA), que debutó hace cuatro años con instrumentistas de todas las provincias de la comunidad y que, con un programa especialmente pedagógico para la introducción en el repertorio barroco de los futuros maestros andaluces, renueva su formación al completo cada dos años. La JOBA ha sido uno de los grandes atractivos en las últimas ediciones del Festival de Música Antigua, y fuentes de la OFM, impulsora del proyecto, confirmaron ayer que la agrupación actuará en la próxima edición del Festival de Música Antigua de Sevilla (Femás), además de Jerez y varias plazas españolas. Por ahora, paradójicamente, no hay fechas cerradas en Málaga. Es lo que llaman la fuga del talento.