El patrimonio mundial se llama Repompa
Flamenco en Málaga
El homenaje a Rafaela Reyes protagonizó la gala inaugural de la Bienal de Arte Flamenco en la plaza de toros, que incluyó el espectáculo ‘Repompeando’
Málaga/En una entrevista concedida allá por 2004, caliente aún la inauguración del Museo Picasso y con planes firmes sobre la mesa para hacer de Málaga una verdadera ciudad de los museos, afirmaba Rafaela Reyes La Repompa que, por muchos museos que llegaran, no había que olvidar que Málaga necesitaba un tablao. Después de casi veinte años y de algunos intentos infructuosos, no hay más remedio que admitir que aquel gran tablao con el que soñaba Rafaela Reyes nunca llegó, en parte porque los tiempos ya son otros y la gloria de estos rincones quedó reducida, al final, a la nostalgia. Pero no estaba todo dicho: La Repompa tuvo este viernes la plaza de toros de La Malagueta convertida en un gigantesco tablao puesto a su servicio en la gala inaugural de la séptima Bienal de Arte Flamenco, que entrañó todo un homenaje, de principio a fin, a la cantaora, cuya aportación a tan patrimonial expresión fue celebrada a lo grande. Primero, la artista recibió el premio de la Bienal de manos del presidente de la Diputación, Francisco Salado; y posteriormente el público disfrutó a lo grande con el estreno absoluto del espectáculo Repompeando, en el que participaron cerca de treinta artistas malagueños incluidas diversas luminarias del flamenco contemporáneo.
Nacida en Málaga en 1949, hermana de la legendaria Enriqueta Reyes La Repompa, Rafaela Reyes debutó a los cinco años en el seno del grupo Los Vargas y a los doce años ya era titular en la Bodega Gitana de Torremolinos. Referente clave del esplendor de la Costa del Sol a finales de los 60, trabajó con asiduidad también en los tablaos de Madrid hasta que decidió hacer las Américas con un éxito notable, especialmente en Estados Unidos, donde llegó a ser una figura harto reclamada hasta el punto de actuar en varias películas de Hollywood. Ha compartido escenario con Cristina Hoyos, Enrique Morente y Mario Maya, entre otros muchos, y ha continuado el linaje familiar trayendo al mundo a la cantaora Amparo Heredia Reyes La Repompilla y la bailaora Raquel Heredia Reyes La Repompa. Ambas actuaron este viernes en las filas de Repompeando tras secundar el acto previo del homenaje oficial, que incluyó, a modo de laudatio, la intervención de periodista y divulgador Gonzalo Rojo como dueño de la voz del flamenco.
Además de Amparo y Raquel Heredia actuaron, entre otros, La Tobala, El Álvarez, Mari Peña, Mara Rey, Paqui Ríos, Antonio Torres Chato de Vélez, Eli Heredia, Manuel de la Curra, Sergio Gómez El Colorao, Raúl Molina Mikey y Juan Ángel Tirado, en lo que resultó toda una reivindicación del flamenco alumbrado en Málaga. En lo que se refiere al baile, hicieron lo propio figuras del calibre de Rocío Molina, La Lupi, Carmen González, José Maya, Adrián Santana y Luisa Chicano, con las guitarras de Antonio Moya, Pedro Sierra, Francisco Vinuesa, Curro de María, Kiki Corpas, Yeray Cortés y Luis Mariano. El resultado hizo las delicias del público, que así lo expresó a raudales a pesar de las limitaciones y protocolos impuestos por el coronavirus. En la reivindicación del estilo propio de La Repompa, Repompeando tuvo también mucho de viaje en el tiempo, de recuperación de esencias perdidas y de reencuentro con una Málaga que fue y que, en muchos más sentidos de los aparentes, resiste y perdura.
Queda por delante ahora la nueva edición de la Bienal, que se desarrollará hasta el 17 de septiembre con 80 actividades en 26 municipios de la provincia para un público estimado de un millón de espectadores. Tomará el relevo este sábado, en la misma plaza de toros de la Malagueta, nada menos que Sara Baras, quien presentará su último espectáculo, Momentos, en el que la artista gaditana recupera sus esencias más puras con una propuesta tan íntima como ambiciosa. Málaga vuelve a ser, por tanto, lo que al cabo nunca ha dejado de ser: un territorio flamenco abierto a todos.
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